Acción Nacional ayer y hoy: política, júbilo y esperanza

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La semana pasada —dentro de las celebraciones del aniversario de Acción Nacional— tuve la oportunidad de presentar el libro Acción Nacional, ayer y hoy de Luis Felipe Bravo Mena, lectura obligada para los panistas que sin duda lo disfrutaremos. Por su parte, los no panistas conocerán, sin duda el sentir de un militante entregado a ese partido.

El libro inicia con un viaje al interior del PAN, ahí Bravo Mena nos advierte del peligro que corremos al dejar vacío lo que tiene contenido medular en todos los términos: históricos, políticas públicas e ideas. Nos señala el riesgo de los grupos y del despropósito que es que los fines de los agentes se contradigan con los fines de la obra.

En este recorrido, el autor da cuenta de la cultura política panista como elemento articulador entre los fines y los agentes, nos recuerda los principios de doctrina y nos explica sus proyecciones a lo largo del tiempo. En varios capítulos nos lleva de la mano por la historia del PAN y de México y resalta los elementos de identidad del partido; y además aprovecha para dar dos o tres codazos a quienes se burlaron del PAN y de Don Manuel Gómez Morín, lo cual se agradece.

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Las páginas dedicadas a la historia producen alegría y emoción y otras silencio y reflexión, las relativas al presente: atención y preocupación.

Durante su lectura, recordamos a Conchello y revivimos a López Sanabria; escuchamos al conciliador de Manuel González Hinojosa y vemos la templanza de Abel Vicencio Tovar. La prosa de Bravo Mena permite al lector emocionarse con la biografía y la audacia de Don Luis H. Álvarez y la genialidad del Maquío y de muchos más que en la oleada de personas heroicas se nos olvida recordar.

Luis Felipe escribe con alegría y con pasión reflejando, así su talento y vocación política. Nos dice que frente a lo que puede venir, en el 2015 será mejor respondamos con ideas y organización; con convicción y eficacia. Responder con lo que nos hizo ganar: el panismo de ideas y propuestas; el cercano a la gente; con visión y orgullo de sí mismo.

Bravo Mena denomina a los años ochenta como un periodo de ofensiva; yo entré en esa época al PAN y tuve la oportunidad de ver juntos a dos personalidades fundamentales de esa década en que empezó la transición mexicana: Don Luis H. Álvarez y Maquío.

El 1° de octubre, recordaremos los 25 años del fallecimiento de Manuel J. Clouthier, el Maquío, el sinaloense que puso su arrolladora personalidad al servicio de México y de los mexicanos. Con él, millones de hombres y mujeres salimos a las calles.

Como Bravo Mena, Don Luis H. Álvarez —hombre incansable— presentó en el Fondo de Cultura Económica, hace unos días su libro: La política: júbilo y esperanza. En él, el autor nos comparte su correspondencia con Don Manuel Gómez Morín, entre otras reflexiones de sumo interés para el panista y para cualquier mexicano. Supongo que Don Luis fue con Maquío, lo que Don Manuel Gómez Morín fue con Don Luis: guía política y filosófica para acompañarlo en la lucha por la democracia de nuestro país a través de Acción Nacional.

Acción Nacional, ayer y hoy y Política: júbilo y esperanza son dos libros extraordinarios sobre el PAN; sobre hombres y mujeres que vieron en el partido un instrumento para servir a México, como dijo Don Luis el día que presentó el libro: “La política no debe ser un ámbito de mezquindad, resentimiento, ni bajas pasiones sino una oportunidad para servir a los demás con convicción y esperanza”.

La lectura de los dos libros nos obliga a militantes y especialmente a dirigentes a pensar en Acción Nacional, en su necesaria fortaleza más allá de las coyunturas y de los deseos personales. Ser consecuente con lo que propone el PAN, honrar la historia y a los hombres y mujeres que trabajaron por México nos lleva a trabajar para fortalecer al PAN sobre cualquier aspiración o ambición personal.


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