Inicio Política Insólita ¿Eric Hugo Flores Se Rinde al Narco?

¿Eric Hugo Flores Se Rinde al Narco?

Hoy revisamos el abrupto viraje discursivo del diputado federal morenista Hugo Eric Flores Cervantes, quien el 7 de octubre de 2025 soltó una bomba al afirmar que el 70% del territorio mexicano está bajo control del narcotráfico, insinuando un «narco-gobierno» que decide presidentes y gobernadores. Apenas tres días después, ante la tormenta mediática y presiones internas, Flores matizó su postura, rebautizándola como «narcosociedad» —un mal endémico de la sociedad, no del gobierno de la 4T— para exculpar a la administración de Claudia Sheinbaum. Este episodio ilustra las tensiones en Morena: ¿libertad de expresión o autocensura disciplinada?

Flores, fundador de Encuentro Social (aliado histórico de Morena) y actual legislador por el Distrito 1 de la Ciudad de México, ha cultivado una imagen de crítico interno «progresista». Su intervención inicial ocurrió durante una entrevista en el programa de Azucena Uresti en Radio Fórmula, donde declaró: «No nos engañemos, el crimen organizado pone a los presidentes, gobernadores y alcaldes. El 70% del país está tomado por el narco». Citó datos no especificados de inteligencia gubernamental, alegando que siete de cada diez municipios responden a cárteles, un eco de reportes de la DEA y el Departamento de Estado de EE.UU., que en su Informe de Narcotráfico 2025 estiman que el 35-50% de México enfrenta influencia criminal directa. La declaración desató indignación opositora: Xóchitl Gálvez tuiteó «¡Por fin un morenista lo admite!», mientras Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el Senado, desmarcó al partido, exigiendo pruebas y tildando las afirmaciones de «irresponsables» sin sustento.

El retroceso llegó el 9 de octubre en una rueda de prensa improvisada. Flores, visiblemente a la defensiva, aclaró: «No hay un narcogobierno, hay una narcosociedad que necesita transformación. El narco no se inventó hace siete años; es herencia del neoliberalismo». Atribuyó el malentendido a una «mantra opositora» y enfatizó que la 4T combate la corrupción raíz, citando la Guardia Nacional y la política de «abrazos, no balazos». Fuentes internas de Morena, consultadas por Latinus, sugieren un «regaño» de la dirigencia, posiblemente de Alfonso Ramírez Cuéllar o incluso de Palacio Nacional, para evitar fracturas ante las elecciones de 2027.

Este cambio no es aislado. Refleja la disciplina férrea en Morena, donde disidencias han terminado en expulsiones. Políticamente, valida críticas de analistas como Denise Dresser, quien en El Universal lo llamó «evasión táctica»: el narco controla rutas clave en Sinaloa, Michoacán y Guerrero, con homicidios superando 30 mil anuales bajo Sheinbaum, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Encuestas de Mitofsky (octubre 2025) revelan que el 58% de mexicanos percibe al crimen organizado como amenaza mayor que la economía, erosionando la aprobación de la 4T al 52%.

El caso Flores expone vulnerabilidades: si un diputado «leal» osa nombrar al elefante en la habitación, ¿qué dice de la estrategia oficial? Sheinbaum, en su mañanera del 10 de octubre, evadió el tema, enfocándose en «resultados sociales». Para Morena, este giro preserva unidad, pero a costa de credibilidad. Si el «narco-gobierno» es tabú, la transformación queda en retórica. México urge diagnóstico honesto, no eufemismos. El verdadero test: ¿investigará Flores sus propias afirmaciones, o se sumará al coro de excusas?


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