Sinaloa enfrenta dos meses de violencia luego de la detención de Ismael El Mayo Zambada; en Guanajuato explotaron dos coches bomba; en Tabasco se tienen bloqueos y enfrentamientos que obligaron al nuevo gobernador, Javier May, a pedir que le exijan respuesta de la relación con el narco al anterior mandatario; en Querétaro un comando armado mató a 11 personas en un bar cuando buscaban a un integrante del cártel rival; en el Estado de México otro comando mató a 6 personas en el bar Bling Bling.
También en Sinaloa se suspende la Feria Ganadera, luego de amenazas y de disparos en contra de la taquilla de la sede del evento; en Sonora, Ejército y Guardia Nacional detienen a 11 personas con un arsenal y vehículos con blindaje artesanal; en Apatzingán atacan a unidades del Ejército Mexicano; en Guerrero detienen a un exmilitar retirado que era secretario de Seguridad Pública designado por el alcalde Alejandro Arcos, quien fue secuestrado y decapitado, el detenido está relacionado con el crimen; el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, asegura que la estrategia de “abrazos no balazos” no funcionó y urge a la presidente Sheinbaum a que acepte la ayuda de su país en el tema de seguridad.
En Chilpancingo son encontrados los cuerpos de 11 personas pertenecientes a una familia desaparecida en Chautipan, en momentos en que la gobernadora se encontraba en la inauguración de una casa de la cultura cantando a dúo con Coque Muñíz.
Y los ejemplos podrían seguir, pero lo mencionado en sólo parte de lo que ha sucedido en el sexenio que está iniciando, uno en el que la excusa de que todo es culpa del pasado ya no podrá seguir utilizándose más porque el anterior gobierno fue de su mismo partido y culpar una vez más a Felipe Calderón sólo hace que se vuelva un recurso cada vez más ineficaz.
En momentos en que la presidenta Claudia Sheinbaum promete que ahora sí habrá investigación e inteligencia para combatir al crimen organizado y las miradas se dirigen a Omar García Harfush como la esperanza para que se detengan este tipo de eventos sangrientos, nos debemos preguntar si lo que estamos viendo en el poco más de un mes que lleva en el cargo la exjefa de gobierno de la CDMX es parte de lo que los cárteles perciben como una debilidad inicial por el poco tiempo que llevan en la administración federal o si se rompió un pacto que no conocemos.
Y es que la curva de aprendizaje, los cambios en la estructura de gobierno, la llegada de nuevos funcionarios al Centro Nacional de Inteligencia y a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, así como los relevos en Defensa y Marina pueden ayudar a entender las acciones de los grupos criminales en varios estados del país, como en Querétaro o lo sucedido en Guanajuato, pero también nos debemos preguntar si hay otra opción.
El sexenio pasado se reavivó la discusión acerca de si se debía pactar o no con el narco para que disminuyeran la violencia asociada a su guerra por el control del país, fomentada por miembros del partido oficial como Manuel Espino, quien en dos ocasiones en la anterior administración insistió en este tema, pero adicional al rechazo que en su momento expresó el entonces secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y el expresidente López Obrador, llamó la atención la cantidad de ocasiones que este último visitó Badiraguato en Sinaloa, sin que hubiera una justificación entendible para tantas giras por dicha población.
También fue el sexenio en el que se supone, por las visitas de AMLO al citado municipio y la ayuda que dio a Morena para ganar las elecciones estatales de 2021 en las que llegó a la gubernatura el actual mandatario estatal, el Cártel de Sinaloa estaba siendo favorecido hasta que llegó lo que la facción de los Mayitos llama traición de parte de Joaquín Guzmán López para llevar a Estados Unidos a El Mayo Zambada para que fuera detenido.
Al menos en Sinaloa analistas locales se preguntan que futuro le espera al gobernador Rubén Rocha Moya, por las acusaciones de proteger a los Chapitos, a lo que se puede agregar otra interrogante: ¿también estará preocupado por esto el expresidente?
Quizá la manera en que se han presentado los incidentes que mencionamos al inicio a manera de ejemplo son parte de algo que no alcanzamos a ver, un acuerdo secreto que se rompió y ayudaría a entender lo que está pasando en varias entidades del país.
Al menos la periodista Anabel Hernández afirma en su más reciente podcast que López Obrador no está tranquilo después de dejar la presidencia y no sólo por las declaraciones de los próximos integrantes del gabinete de Donald Trump en Estados Unidos, que buscarán acabar con los cárteles incluso con la clasificación de terroristas para justificar combatirlos de frente.
Y es que de que el río suena…
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