Por Rafael Morgan
Casi desapercibida pasó la noticia publicada en Noroeste y en la prensa nacional, sobre la eliminación por la SEP del Programa de Escuelas de Tiempo Completo y de otros 4 programas específicos de educación a indígenas, migrantes, convivencia escolar, desarrollo de aprendizajes en educación básica y el Programa de Fortalecimiento de la Calidad Educativa. Lo más significativo es que estos programas están dirigidos precisamente a la población más pobre y marginada. Estos programas tenían un presupuesto de más de 20 mil millones de pesos, pero en el presupuesto de 2022 ya no aparecen.
Se está viviendo una crisis en la educación que ha pasado mediáticamente a un segundo plano, ante la crisis de salud, la caída en la economía, el incremento en la violencia y los desplantes distractivos del Presidente, quien no menciona a la educación como factor contra la pobreza y contra la desigualdad social que, junto con el empleo, son los dos pilares para mejorar el nivel de vida de la población; educación y empleo son los factores reconocidos y aceptados por expertos, maestros y dirigentes sociales; se requieren presupuestos y programas para más y mejores escuelas, más y mejores maestros y una mejor educación de calidad, moderna y en constante actualización.
Según estudio del Centro de Investigación Económica y Presupuestal, publicado en nota periodística de Azucena Vázquez en Reforma del 8 de febrero, “el gasto en educación en México será de (casi) 884 mil millones de pesos… es decir 3.1% del PIB, que es la proporción más baja en los últimos diez años”. Se añade que “en los 30 proyectos y programas prioritarios de Gobierno Federal, se tendrán un billón 680 mil millones de pesos, un 26.5% más que lo asignado en 2019”. Para el Presidente, Senadores y Diputados, las obras y los programas político-electorales son más importantes y urgentes que atender la crisis educativa.
En entrevista realizada por la periodista María Cabadas al ex subsecretario de Educación Básica en la SEP, el maestro Gilberto Guevara Niebla, declara que “México vive una regresión en el sector educativo nacional; se ha castigado a la educación indígena, a la escuela para los más pobres, a los discapacitados… A la educación básica en general”. “Tampoco… hay políticas dirigidas a la educación media superior ante la falta de unidad académica, ausencia de personal académico de tiempo completo, los bajos aprendizajes y la deserción que se ubica entre 20% y 25%”. Sostiene el ex subsecretario Gilberto Guevara Niebla en su libro La Regresión Educativa que “cuando uno ve lo que hace (el Presidente) en educación, es crear un sistema educativo pobre para pobres…” Por cierto, el maestro Guevara fue subsecretario en la SEP en este gobierno, del cual se muestra desilusionado.
Ante la pandemia, se considera que el sector que más ha sufrido, además del sector salud, es el de educación, pues aunque es muy notable el sector económico, este tiene más recursos para recuperarse en menos tiempo, pero la educación golpea el presente y el futuro, se habla de un retraso que tardaría años en recuperarse, pues no sólo se pierden estos años, sino toda una generación. Aunque el Presidente habla de “una pausa en las relaciones con España”; la que verdaderamente está en “pausa” es la educación, con escuelas cerradas, maestros y alumnos sin clases presenciales y con muy limitadas clases virtuales por desconocimiento en las tecnologías digitales, además de que la SEP no tiene programas adecuados de educación digital, ni equipamiento, ni internet, ni conocimiento de nuevas tecnologías y de la metodología para su aprovechamiento. Vaya, ni siquiera se preparó la SEP ni los Gobiernos Estatales para tener preparados los edificios escolares y ahora se sabe que muchos no tienen luz ni agua, están enmontados, no han tenido mantenimiento y no tienen equipo básico suficiente, pues algunos han sido saqueados y vandalizados.
En su tiempo el Presidente Fox inició un programa para equipar al magisterio con 10 mil computadoras, ya hace casi 20 años; lo hizo con desorden pues no se acompañó con un programa de capacitación a maestros y supervisores. El programa fue muy criticado, acusado de corrupción que nunca se comprobó y la sociedad no se percató que era un inicio para actualizar al magisterio y a todo el sistema educativo en las nuevas tecnologías de digitalización; así, las computadoras se perdieron y prácticamente no hubo avances.
En artículos posteriores trataremos de comentar otros intentos de modernización, sus fracasos y sus consecuencias.
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