La Realidad: Es un Peligro para México
Alejado de Principios, Doctrinas e Ideologías
Atracción por la Imposición y no por la Justicia
Si bien es cierto que cada vez que inicia el proceso para renovar la presidencia norteamericana, por lo regular estamos al pendiente del desarrollo de esos acontecimientos, prácticamente por motivos donde gana la curiosidad, sin embargo, en esta ocasión, como nunca antes – hasta donde recuerdo –, le estamos dedicando una especial atención, pues el hecho de que un personaje tan peculiar -por decir lo menos-, sea uno de los posibles candidatos a ocupar ese cargo.
Este multimillonario empresario, ha optado por fincar su candidatura en una estrategia que raya en lo homofóbico, de corte racista y discriminatoria, arremetiendo en su discurso en contra de México, de los migrantes mexicanos y de las relaciones fronterizas, exponiéndolo de tal manera que, desde su particular punto de vista, somos nosotros los causantes de todos los males que aquejan a ese país, descalificándonos, utilizando un lenguaje injurioso y atentando contra la dignidad.
No obstante, esa posición populista y autoritaria es adoptada y aplaudida por un segmento importante del electorado americano, muchos de los cuales se agrupan en sectores afectados, que no buscan quien se las debe, sino quien se las pague. Despertando un ánimo de venganza y alentados por un sesgado espíritu nacionalista han arropado las actitudes fascistoides del caudillo Trump, lo que desde luego es causa de manifiesta preocupación.
El construir campañas políticas a base de promover el odio y el rencor, si bien, da pauta para un desahogo ciudadano, también puede desembocar en la comisión de atrocidades so pretexto de la salvaguarda nacional. Es justificar la transgresión a los más elementales derechos humanos e impulsar la apología del delito. Por lo regular este tipo de tácticas electorales se alejan de principios, de doctrinas e ideologías, para concluir en la terrible consigna que tal parece adaptable a Donald Trump: “El Estado soy yo”.
Si bien, entendemos que uno de los temas ineludibles a abordar en las campañas políticas norteamericanas consiste en la relación con México y todo lo que ello representa, también estamos ciertos que lo menos que podemos exigir es el respeto. No obstante, Trump se encuentra empecinado en ser una figura polémica y autoritaria, utilizando la amenaza y la descalificación para generarse simpatías entre quienes se sienten atraídos por la fuerza de la imposición que no de la justicia.
Así dio pauta para que el Papa Francisco hiciera un fuerte comentario en su contra, a la vez que el Presidente Peña hizo lo propio, poniendo en entredicho las relaciones vecinales, haciendo resurgir la célebre frase: «es un peligro para México». En efecto, las frases en contra de México y de nuestros connacionales, es una llamada de atención, que nos convoca a defender los valores universales, con determinación y firmeza.
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