La Facultad de Medicina de la Universidad de Washington dio a conocer datos que podrían desnudar la opacidad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en el manejo de la pandemia, donde la cifra de muertos podría llegar a los 600 mil mexicanos.
De acuerdo con el análisis, de marzo de 2020 a mayo de 2021, México registró por los canales oficiales hasta el 3 de mayo 217 mil 694 muertes, pero se han presentado 617 mil 127 fallecimientos, lo que ubicaría al País como la tercera nación con más fallecimientos por Covid-19 a nivel mundial.
El análisis reveló que muchas muertes por Covid-19 no se informan porque los países sólo informan las muertes que ocurren en hospitales o en pacientes con una infección confirmada.
«En muchos lugares, los débiles sistemas de notificación de la salud y el escaso acceso a la atención sanitaria agravan este desafío», establece el análisis.
El análisis indica que esta cifra sólo incluye las muertes causadas directamente por el virus SARS-CoV-2, no los fallecimientos causados por la interrupción de la epidemia en los sistemas de atención médica.
Según el estudio, a nivel mundial, Covid-19 ha causado aproximadamente 6.9 millones de muertes, más del doble de lo que muestran las cifras oficiales.
El Instituto descubrió que las muertes por Covid-19 no se reportan significativamente en casi todos los países.
El análisis actualizado muestra que Estados Unidos ha tenido más muertes por Covid-19 hasta la fecha que cualquier otro país, con un total de más de 905 mil, y sólo reporta 574 mil.
«Por terrible que parezca la pandemia de Covid-19, este análisis muestra que el número real de víctimas es significativamente peor», dijo Chris Murray, director de IHME.
«Comprender el número real de muertes por Covid-19 no sólo nos ayuda a apreciar la magnitud de esta crisis global, sino que también proporciona información valiosa para los responsables de formular políticas que desarrollan planes de respuesta y recuperación».
El análisis del Instituto encontró que el mayor número de muertes no reportadas ocurrió en países que han tenido las mayores epidemias hasta la fecha.
Sin embargo, algunos países con epidemias relativamente más pequeñas experimentaron un gran aumento en la tasa de mortalidad cuando se tienen en cuenta las muertes no declaradas.
«Muchos países han dedicado un esfuerzo excepcional para medir el número de víctimas de la pandemia, pero nuestro análisis muestra lo difícil que es rastrear con precisión una enfermedad infecciosa nueva y de rápida propagación», dijo Murray.
«Esperamos que el informe de hoy anime a los Gobiernos a identificar y abordar las brechas en sus informes de mortalidad por Covid-19, para que puedan dirigir con mayor precisión los recursos pandémicos», concluyó.
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