Nadie puede darse el lujo de desperdiciar su voto.
A una semana de que acudamos a las urnas a ejercer nuestra obligación y nuestro privilegio de decidir lo que queremos para Chihuahua y para nuestras familias, sólo nos quedan a los chihuahuenses dos posibilidades, dos opciones para dar la cara al futuro: ayudar con el abstencionismo y con el voto desperdiciado a que el PRI de Duarte continúe 5 años más o juntar los votos de todos los demócratas para aplastar a la bestia de la corrupción, la impunidad y el mal gobierno.
He sido y seguiré siendo congruente con mi planteamiento ideológico y con la estrategia coyuntural. Desde antes de mi postulación, junto con un grupo de ciudadanos preocupados por el escandaloso y desvergonzado manejo de los recursos públicos del estado, he venido planteando la imperiosa necesidad de sacar a los bandidos del gobierno y asestar un golpe ejemplar a la impunidad.
Hemos venido planteando en todos los rincones de Chihuahua que es indispensable establecer un gobierno alejado de la corrupción para que los asuntos del estado marchen como debe de ser. Es indispensable acabar con los sobreprecios que se aplican a la Obra Pública por causa de la tajada que se llevan los corruptos, para que podamos hacer más escuelas, más caminos y más hospitales. Es indispensable bajar el descarado sobreprecio de las medicinas que va a parar a los bolsillos de los bribones, para que los medicamentos alcancen para todos y todas de manera suficiente y oportuna.
Porque no se trata sólo de meter a la cárcel al pillo mayor, como un fin aislado. Es necesario romper, desarticular las mafias aliadas a la corrupción que operan en todos los negocios de la administración pública estatal, para que el estado opere sanamente. Es necesario que los recursos que se invierten como estímulos para crear empresas y generar producción, se apliquen verdaderamente a impulsar micros, pequeñas y medianas empresas en las distintas regiones de la entidad, y no sólo se queden en los negocios privados en los que hoy participan el gobernador y sus socios.
Desde el principio de la precampaña lancé la convocatoria de sumarnos los opositores, con quien encabezara las encuestas, consciente de que el principal valor de esta elección es que por ningún motivo continúe en el gobierno el PRI de Duarte, que ha sido el peor PRI de todos los tiempos.
Hoy, a una semana de que vayamos a votar, las encuestas confirman por todos lados que nuestra alianza, la alianza que hemos construido con cientos de miles de ciudadanos de diferentes gremios e ideologías, se coloca como el verdadero frente para derrotar al PRI y a su candiduarte.
Nadie puede darse el lujo de desperdiciar su voto. Su conciencia se lo estaría reclamando como una acción imperdonable. A estas alturas de la contienda, quienes se empecinan en llamar a la ciudadanía demócrata e inconforme a desperdiciar su voto, absteniéndose o emitiéndolo por quien no tiene ninguna posibilidad de sumarlo a la victoria popular, sólo pueden hacerlo por vanidad personal… o en franca traición a las mejores causas de nuestro estado.
La decisión de Barraza de no retirarse de la contienda, aun a sabiendas de que empecinarse en nada ayuda y sólo estorba a la democracia, es una apuesta arriesgada que la historia le puede llegar a cobrar una dolorosa factura: ser recordado como quien hizo posible que la impunidad y la corrupción prevalecieran por otros cinco años en Chihuahua, ser el salvoconducto de Duarte para que puedan disfrutar de lo robado.
Sin embargo, lo más importante es que los electores no son propiedad, ni de los partidos, ni de los candidatos independientes, son personas inteligentes y racionales que saben distinguir los intereses privados del interés mayor que es Chihuahua. En ello confiamos plenamente. Porque los electores sí son, verdaderamente, independientes.
Confío en los ciudadanos porque quienes se empeñan en dividir el voto democrático se equivocan rotundamente. Los ciudadanos que anidaron alguna esperanza de que el candidato sin partido significara una opción, ahora saben con claridad que no tiene posibilidades de triunfo. Son ciudadanos que no se dejarán maniatar ni subordinarán su decisión democrática a caprichos personales o a probables motivos inconfesables.
He coincidido, y así dejamos testimonio desde antes del inicio de campaña, con las exigencias de los ciudadanos que tuvieron entusiasmo por los llamados candidatos independientes. En múltiples ocasiones he patentado mi simpatía por esa visión ciudadana y por ello emprendí luchas, tanto fuera, como al interior de mi partido, para impulsar un candidato ciudadano, antes que a mí. Quienes integramos esta alianza compartimos con ellos sus anhelos, su hartazgo del actual gobierno, su firme propósito de libertad y de justicia, sus aspiraciones de una mejor democracia.
Hoy el electorado nos favorece con una clara preferencia en el conjunto de los análisis y no hay la menor duda de que estamos en una elección entre dos, no entre tres, como era la expectativa cuando iniciamos el período electoral.
Ahí están, para todos los chihuahuenses, las declaraciones del Dr. Jorge Castañeda Gutman, reconocido académico y politólogo que fue el primer impulsor de las candidaturas independientes en nuestro país y su más refinado ideólogo, haciendo un llamado a Barraza y a sus patrocinadores para que se sumen a la alianza que significa la única posibilidad de derrotar a Duarte y a su títere.
Efectivamente, Castañeda fue quien inició abiertamente en México la lucha por el reconocimiento oficial a los candidatos independientes y aquí estuvo, en Chihuahua, la semana pasada, exhortando a Barraza a que abandone el aferramiento al voto inútil y confirmando que somos la única opción viable.
Coinciden en nuestra alianza líderes sociales, académicos y ciudadanos, incluso algunos tradicionalmente distantes de mi partido, como el doctor Víctor Orozco, quien ha razonado su adhesión públicamente y ha salido al debate abierto en defensa de su postura.
En un espléndido artículo, Víctor Orozco llamó al voto razonado a mi favor: “Mis argumentos se basan en hechos. Enumero varios de los actos ejecutados por el candidato del PAN a lo largo de varios años en su desempeño como legislador. Son: su batalla contra la ley Televisa, a favor de la libertad de expresión y del derecho a la información, su oposición a la reforma energética de Peña Nieto y a una de sus perniciosas consecuencias como lo es la técnica de la fractura hidráulica para sacar el gas natural y el petróleo, su defensa del laicismo en las instituciones públicas, su capacidad para establecer acuerdos con fuerzas políticas sobre todo de la izquierda y su lucha contra la corrupción. Ninguno de estos atributos encuentro en otros candidatos a la gubernatura.
“Y sí, Javier Corral es del PAN, el partido tradicional de las derechas. Pero, no son para nadie desconocidas sus disidencias con varias de las líneas principales de las direcciones y gobiernos panistas. Tampoco son desconocidos vaivenes, desdibujamientos e incongruencias de todos los partidos. Esto me ha llevado hace tiempo a definirme electoralmente en torno a las personas y no de las organizaciones que postulan a los candidatos.
Es una mala resultante y una situación deplorable, sobre todo para quienes nos formamos en la idea de que los partidos políticos representaban intereses económicos, políticos y culturales de las clases sociales o al menos de fuerzas muy bien definidas en la sociedad. Pero, hoy, cualquiera de las organizaciones puede postular a cualquier candidato, que hoy son del PRI, mañana del PAN, del PRD, o de Morena.Mi voto razonado a favor de Corral, pienso, abona a favor de varias causas sostenidas por la izquierda a lo largo de muchos años. Y sobre todo, pienso que si triunfa su candidatura, contribuirá a romper un monopolio político que ahora ahoga al Estado. Quizá no vaya más allá, pero esto es suficiente para elegirlo entre el resto”.
El otro Víctor también referencial de la izquierda Chihuahuense, Quintana Silveyra, personaje motor y coordinador de nuestra Alianza ciudadana, ha explicado los motivos de nuestra diversidad en la unidad: “…un nutrido grupo de chihuahuenses de la sociedad civil decidimos formar la Alianza Ciudadana por Chihuahua, proyecto plural, de personas no panistas, para evitar el continuismo duartista-peñista y reivindicar la política como tarea fundamental de ética pública en Chihuahua.
Acordamos apoyar la candidatura de Javier Corral más allá del razonamiento pragmático de que “es quien puede vencer al PRI”, sino porque Corral en la práctica ha demostrado su vocación demócrata y justiciera y su apoyo a causas muy importantes para la Nación y para Chihuahua: se opuso a la Reforma Energética, al duopolio televisivo, ha dado cauce en el Senado a luchas como la de los pueblos indígenas despojados de sus territorios en la Tarahumara, a los campesinos defensores del agua, del precio de sus productos. Ha alzado denunciado los cientos de desapariciones forzadas en Chihuahua que Duarte se niega a reconocer…
En torno a la candidatura de Corral se está gestando un verdadero movimiento social que trasciende al panismo y exige el fin de la tiranía en el estado. Se ha conjuntado, una gran diversidad de personas y organizaciones: activistas sociales, feministas, campesinos, pequeños y medianos empresarios, derecho-humanistas, ambientalistas, académicos, comunicadores, sindicalistas, vendedores ambulantes, barzonistas. Las y los viejos camaradas de muchos combates.
Gracias a ello Corral ha suscrito una serie de compromisos concretos, exigibles y evaluables que conforman una agenda social verdaderamente progresista: equidad de género, defensa del agua y de los recursos naturales, rechazo del fracking, defensa de los derechos, cultura y territorio de los pueblos indígenas, lucha contra la corrupción y la impunidad, gobierno abierto y austero, defensa de la agricultura campesina y de la alimentación sana y suficiente para todos; defensa y promoción de los derechos humanos; investigación de las desapariciones forzadas, plan especial de desarrollo social para Ciudad Juárez; educación gratuita a todos los niveles. Es una agenda construida desde la experiencia y de la inteligencia social colectiva de muchas y muchos chihuahuenses”.
Pocas veces en la historia la ciudadanía chihuahuense ha enfrentado la oportunidad histórica que se le presenta ahora para ordenar con su voto un cambio profundo en el rumbo del gobierno. Tenemos una alianza altamente competitiva y las opciones para el electorado son suficientemente claras: Un gobierno en alianza con la ciudadanía, que actúe con transparencia y por el bien común, o permitir a la misma pandilla que haga más profundo el hoyo de la deuda, para aumentar la montaña de la corrupción.
Impedir esto será tarea de la conciencia reflexiva y del espíritu generoso, esa que por una intuición de lo que es justo sabe distinguir -sobre vanidades y mezquindades personales-, que lo más importante es Chihuahua. Se le llama voto útil, a mí me gusta más llamarlo voto inteligente, voto audaz, voto jubiloso.
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