En el sexenio de Felipe Calderón, sus críticos lanzaron una campaña que buscaba señalar los saldos negativos de su guerra contra el narco con la consigna «No Más Sange» o #NoMasSangre; en el sexenio de Enrique Peña Nieto, lo que sucedía cotidianamente en materia de seguridad también provocó que se lanzara la pregunta constante de ¿Cuántos más Peña? Para protestar por la fallida estrategia de seguridad que implemento.
De hecho, con el lamantable episodio de la desaparición de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, las protestas ponían el acento en la conversación pública con el lema «Nos Faltan 43» o #NosFaltan43, con una campaña que mostraba también la perversa relación entre gobiernos y el crimen organizado.
Lejos de cumplir la promesa de terminar con la violencia, el gobierno de López Obrador terminó con cifras récord de homicidios y desaparecidos, entre otros delitos que no se contuvieron, pues tampoco hubo una estrategia eficaz para prevenir la criminalidad.
Pero a pesar de los resultados, no hubo protestas en redes sociales ni campañas para exigir resultados al gobierno, de hecho, se dejó de comentar los de Ayotzinapa y todo se redujo a seguir culpando a Calderón de los problemas en materia de seguridad, sin recordar que ya se tuvo un sexenio de un gobierno de Morena que no resolvió el problema.
Ahora, la presidenta Sheinbaum, ante resultados iniciales que muestran que las tendencias de delitos no se reducen y si lo hacen se presentan dudas acerca de la manipulación de los datos, muestra su enojo porque en redes sociales se habla de un #narcopresidente y pide que dejen en paz de su antecesor.
Y los desaparecidos, homicidios, secuestros, cobro de piso, huachicoleo, feminicidios, robos, extorsión y otros delitos se mantienen como una de las principales preocupaciones de los mexicanos, quienes no sabe cómo pasamos del «fue el Estado» al «no se metan con mi ex presidente».
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