Caso matatena, una historia de tantas

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Existen 15 casos más de abuso en los que las familias aún no se han decidido a denunciar.

Las denuncias por abuso sexual cometido contra por lo menos 4 alumnos del Colegio Montessori Matatena han indignado a la sociedad y fue gracias al activismo de los padres de familia y a la presión social como se logró que las autoridades rectificaran y giraran orden de aprensión contra el presunto agresor.

Ésta es una de tantas historias en las que se combinan la ausencia de medidas de prevención en centros escolares, así como la falta de supervisión por parte de las autoridades a lo que se suma la omisión y negligencia en la atención de denuncias -cuando éstas se llegan a presentar- y que, a diferencia del caso Matatena, generalmente no tienen exposición pública y prevalece la indiferencia y el olvido, con lo que los pederastas siguen actuando impunemente y las víctimas y sus familias no reciben los cuidados médicos y psicológicos adecuados sufriendo las consecuencias incluso de por vida.

Sin embargo, todo indica que el desenlace en el Colegio Montessori Matatena va a ser distinto pues además de que ya se canceló su incorporación a la Secretaría de Educación Pública y se solicitó su clausura definitiva, se separó del cargo a varios funcionarios de esta Secretaría, en tanto que la Procuraduría General de Justicia practicó nuevas pruebas periciales que determinaron que 3 menores de edad de entre dos y cinco años, fueron víctimas de abuso sexual infantil y otro de ellos de abuso psicológico.

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También se tiene información que el papá de un niño con discapacidad presentará una denuncia por los mismo hechos, en tanto que el Director Ejecutivo de la Red para los Derechos de la Infancia señaló que existen 15 casos más de abuso en los que las familias aún no se han decidido a denunciar.

Desde luego es indispensable que los responsables reciban un castigo ejemplar -hasta el momento Rafael Duarte Pereda quien ya fue detenido, y habría que investigar si tuvo alguna participación su esposa, Patricia Guitian, quien es la dueña del colegio-, pero de igual manera se debe revisar qué fue lo que pasó para que casos como estos no se repitan en otros centros educativos o espacios públicos.

Para empezar, y quizá lo más importante, es que no se contaban con medidas preventivas que impidieran que un adulto tuviera contacto con los alumnos y se pudiera reunir con ellos fuera de la vista de los demás, lo que permitió que, según los desgarradores testimonios de las víctimas y sus familiares, Rafael Duarte al que llamaban “Tío Rafa” perpetrara sus terribles acciones.

Es de llamar la atención que aparentemente este sujeto no formaba parte del personal del colegio y tan sólo apoyaba en labores administrativas al haberse quedado sin empleo, por lo que no se explica su presencia permanente en el plantel y mucho menos el acceso que tenía con los pequeños. También habría que preguntarse dónde quedó la supervisión a que está obligada la SEP.

Por otra parte, las autoridades educativas actuaron con absoluta negligencia cuando en diciembre de 2015 recibieron la primera queja, exponiendo con ello a todos los alumnos durante más de tres meses, aunado a que las primeras diligencias y pruebas periciales que realizó la procuraduría capitalina fueron muy deficientes por lo que tuvieron que reponerse.

Lo anterior revela un descuido inadmisible así como un desinterés generalizado en un tema tan delicado -salvo cuando se genera un escándalo mediático o hay de por medio influencia política o económica-, pero que tiene un impacto muy importante en la sociedad. Resulta ineludible que se aprenda la lección de lo ocurrido en el Montessori Matatena, y realmente se tomen medidas para garantizar la no repetición. Sumémonos a la exigencia «Abuso Sexual Infantil Nunca Más».


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