3 de enero, Baga, Nigeria.- Boko Haram, un grupo islamista entra a la región de Baga e inicia una de las masacres más despiadadas de la historia. Casi dos mil nigerianos son asesinados a manos de los radicales quienes, de acuerdo con su ideología, están en contra de la educación occidental y en favor de la propaganda y enseñanzas de la yihad. La matanza se prolongaría hasta el 7 de enero.
La masacre no se dio a conocer en ningún medio, el mundo permaneció callado y los organismos internacionales ausentes. Baga se enfrentó a la insensibilidad de muchos. El mismo presidente de Nigeria pasó por alto condenar los hechos y lamentar las muertes de probablemente miles de personas.
Ante el desconocimiento, tal vez hasta la indiferencia, Baga no contó con primeras planas mundiales, no fue un tema popular en redes sociales y los mandatarios de las potencias más importantes no marcharon para condenar los hechos. A pesar de haber personas muertas bajo los mismos motivos fundamentalistas, Nigeria no ha sido un tema de discusión internacional. Ni siquiera la ONU ha hecho algo concreto al respecto, salvo condenar los actos.
Es importante comentar este caso, pues Boko Haram es el mismo grupo fundamentalista que secuestró a más de doscientas niñas nigerianas y que aseguraba las vendería como esclavas, el grupo que con sus actos unió al mundo con la petición de “bring back our girls” como mensaje en redes sociales. Un tema igualmente delicado como la muerte de dos mil personas en sus manos.
La situación se complica aún más en Nigeria, dentro de un mes habrá elecciones en un país donde hay una profunda inequidad social, donde 60% de la población vive en pobreza extrema y hay más de un millón de refugiados y desplazados en dos años. Nigeria es un país fragmentado, un país donde desafortunadamente están tomando fuerza grupos fundamentalistas como Boko Haram, una fuerza que se hace visible cuando miramos que tienen la capacidad de destruir a pueblos enteros y su gente.
Hoy Nigeria necesita que el mundo voltee a su país; hoy Nigeria necesita de la colaboración de las naciones con la finalidad de evitar masacres y la imposición de ideas a través de la fuerza; este no fue el primer ataque en Baga, hubo uno más 2013 con 200 víctimas, pero tampoco es el primer ataque de este grupo. En Nigeria no hubo inteligencia que detuviera o abatiera a los responsables, en Nigeria siguen luchando por sobrevivir.
La tarea para la comunidad internacional es grande, no se puede permitir que lo que dicte relevancia en la agenda del mundo sea la atención mediática o el número de usuarios de redes sociales que hablan del tema. La organización y la participación de organismos internaciones es fundamental. Sin acciones multilaterales y una coordinación que contemple ayuda humanitaria, actos como estos corren el riesgo de seguirse multiplicando.
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