He participado activamente en la campaña para la elección de la Asamblea Constituyente que discutirá y aprobará la nueva Constitución para la CDMX. Como candidato en la lista propuesta por Acción Nacional he asistido a foros, mesas de discusión y debates; también he recorrido calles casa por casa entregando las propuestas de nuestra plataforma.
En este tiempo he podido comprobar, con mucha preocupación, la poca información sobre este importante proceso y la desmotivación de muchos ciudadanos para participar el próximo 5 de junio.
La lista que propone cada partido se votará por proporcionalidad directa, igual que la elección de diputados plurinominales. Sin embargo, en esta elección, además de las listas de los nueve partidos habrá 21 candidatos independientes. La boleta de votación tendrá en el lado izquierdo la lista de los candidatos independientes y un espacio en blanco en la parte superior, donde se deberá anotar el nombre del candidato si se desea votar por uno de ellos. Del lado derecho de la boleta estarán los emblemas de los nueve partidos y en el reverso de la misma, la lista de candidatos de cada partido.
Sólo se podrá cruzar el emblema de un partido o anotar el nombre de un candidato independiente; cualquier duplicidad de marcas anulará el voto.
Se elegirán 60 diputados entre independientes y listas de los partidos; 40 más serán designados por las Cámaras de Senadores y Diputados, el jefe de gobierno y el Presidente de la República para integrar una asamblea con 100 diputados constituyentes.
La semana pasada, un Consejero del Instituto Nacional Electoral (INE) afirmó ante medios de comunicación que, de acuerdo a sondeos realizados por el INE, sólo votaría 20% de los ciudadanos registrados en la Lista Nominal. Me parece irresponsable y muy lamentable que el INE haya hecho pública esta información, en lugar de corregir y hacer un mayor esfuerzo para mejorar la participación ciudadana en este proceso electoral. La responsabilidad de la organización y control del proceso es del propio INE y una función primordial es mejorar la información y publicidad del mismo. Es evidente que la publicidad del INE está mal dirigida, lo mismo que la distribución de los tiempos oficiales para los partidos políticos en los medios de comunicación. La famosa “espotización” en radio y televisión solo satura y confunde al público.
Este es un momento crucial para la CDMX; no se trata de una ley secundaria sino de la discusión y aprobación de una Nueva Constitución que marcará el futuro de nuestra Ciudad. En muy poco han contribuido anteriores reformas para mejorar la calidad de vida y el bienestar de los capitalinos; por el contrario, las condiciones en general han empeorado, principalmente, en lo que se refiere a inseguridad, empleo, transparencia, impunidad y combate a la corrupción. Si nos equivocamos y la nueva Constitución no responde a la solución de fondo de los graves problemas en la Ciudad, estaremos ante una situación muy grave.
He comentado en este espacio los vicios de origen de esta reforma como son, por ejemplo: la designación de 40 de los 100 constituyentes; varios constitucionalistas han calificado esto como una “aberración jurídica”; lo mismo al hecho de que dicha reforma le otorgue al jefe de gobierno la atribución de redactar el proyecto de Constitución, lo cual nos lleva a preguntarnos: ¿para qué servirá entonces la Asamblea Constituyente?
Si a todo esto le sumamos una votación muy baja el día de las elecciones, estaremos ante una Asamblea sin representatividad ni legitimidad y tendríamos que analizar si es prudente continuar con el proceso o de plano proponer su anulación.
Todos estamos obligados (ciudadanos, partidos políticos, INE, asociaciones y medios de comunicación), en el poco tiempo que nos queda, a realizar el mayor esfuerzo posible para mejorar la percepción de este proceso; a llamar a la sociedad a participar activamente, informándose, analizando las propuestas y los candidatos y votando con toda responsabilidad y civismo este próximo domingo 5 de junio.
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