Ante crisis, es hora de redoblar esfuerzos

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Entramos a la recta final de la 62 Legislatura con una lista de temas pendientes que se deberán desahogar en los siguientes 90 días; llegamos a esta etapa con la mayor parte de la agenda de reformas estructurales aprobadas, las cuales ha impulsado el PAN desde hace décadas, sin embargo, el escenario nacional no es para nada alentador.

La administración federal en turno enfrenta uno de los escenarios más difíciles de las últimas décadas en donde graves problemas en materia económica y en seguridad se combinan para pintar un panorama muy malo en los siguientes años. Es un error del Gobierno pensar que con las reformas aprobadas en el Congreso se encontrará la solución a este escenario que ya ha dado un primer golpe contundente al desarrollo del país: el anuncio hecho por Hacienda de recortar los recursos.

Los 124 mil millones de pesos menos con los que se ajustará el presupuesto a la baja debido al desplome de la venta del petróleo –principal producto que México vende- ha dado al traste con proyectos emblemáticos del Gobierno, el Tren Rápido México-Querétaro (estigmatizado por el conflicto de interés entre una de las constructora y la familia presidencial), así como el proyecto de tren en la península al sur del país. Ambos  han quedado abandonados ante la imposibilidad de sacarlos adelante sin dinero y las sombras también se ciernen sobre el proyecto más grande del gobierno de Peña, la construcción del nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México, el cual, muy probablemente se vea trastocado y no pueda cumplir con las metas de construcción al cierre del 2018. Aunado a ello, hay proyectos de inversión petrolera que también han quedado congelados, por decir lo menos.

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En materia de seguridad, las circunstancias tampoco nos trazan un escenario halagüeño. México sigue siendo, desafortunadamente, referente mundial de desapariciones de diversa índole; el caso Ayotzinapa ha marcado a México como una nación con un fuerte déficit en seguridad y, sobre todo, en legalidad; la colusión de autoridades y delincuencia es noticia de todos los días. No hay confianza en la autoridad de todos los niveles y la desazón de los ciudadanos comienza a hacer mella en su participación política al grado de que nuevamente se habla de abstencionismo en las siguientes elecciones de junio, así como de protestas e intentos de boicot en los comicios de Guerrero y Michoacán, por ejemplo.

Con este escenario de crisis económica y de seguridad arrancamos en el Congreso de la Unión el segundo periodo de sesiones del último año de esta Legislatura.

Desde el área que nos corresponde, tendremos la obligación y el compromiso de buscar alternativas para paliar estos problemas que aquejan al país, sin embargo hay que recordar que estas propuestas de solución no tienen carácter inmediato, por el contrario, son soluciones de largo plazo y dependen, prácticamente siempre, de quien es el responsable de hacer efectivas las leyes y  ponerlas en práctica con el espíritu que fueron aprobadas.

En la agenda que las fracciones parlamentarias han comenzado a delinear estos días hay coincidencias en temas como las reformas en materias de seguridad y en el impulso al Sistema Nacional Anticorrupción. En el PAN los Diputados Federales tendremos nuestra reunión plenaria este lunes, en la Ciudad de México y de ahí saldrá la agenda de prioridades en concordancia con las necesidades ciudadanas y este, no es un lugar común para llenar de demagogia los discursos. Los diputados panistas estamos comprometidos con los cambios que requiere el ama de casa, el empleado, los trabajadores, los jóvenes, los empresarios, etcétera. Por ello buscaremos, además, que nuestra agenda pueda también contemplar propuestas en materia económica.

Desde el año pasado nosotros insistimos en que una Reforma Fiscal, como la que propuso el Gobierno y aprobó el PRI, no traería buenas consecuencias: los resultados saltan a la vista. No existe la inversión necesaria, no hay un régimen fiscal para micros empresarios que los incentive a invertir, no se ha atacado la informalidad, no se amplía la base de contribuyentes, se carga la mano a los que siempre pagan, entre muchas otras cosas.

Por ello, buscaremos alternativas que propicien el empleo, generen seguridad fiscal, atraigan inversiones e impulsen el desarrollo.

Comenzamos este periodo ordinario, el último de la 62 Legislatura con un panorama gris por las malas decisiones gubernamentales. Es la hora de redoblar esfuerzos porque, ante el anuncio de la crisis que se avecina para 2016, tenemos que dejar bases sólidas que le ayuden a los mexicanos a confrontarla.


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