Decía Cicerón, que los pueblos que no conocen su historia suelen repetir sus errores, y el momento histórico por el que atraviesa nuestro país es similar, proporción guardada, al de hace poco más de veinte años. Es un ciclo de enormes y profundas transformaciones políticas, sociales y económicas.
Hace poco más de veinte años se tomaron decisiones agresivas. El balance general podría ser bueno en términos macroeconómicos puesto que se ha modificado en poco más de 300% la balanza comercial, el ingreso per cápita de los mexicanos casi se triplicó y el índice de desarrollo humano ha crecido, pero ese barco de progreso encalló porque la desigualdad social se multiplicó de manera exponencial, y los políticos omitieron darle un contexto social a ese gran ciclo de transformación.
Someternos a esta reflexión tiene sentido porque lo mismo está sucediendo ahora, pero en esta ocasión tenemos la posibilidad de no reeditar ese error.
De nada sirve haber cambiado la Ley Federal de Telecomunicaciones, y combatir monopolios para abaratar y fomentar competencia en la prestación de servicios, si eso no se traduce en mejores ingresos para los mexicanos. De nada sirve haber hecho la Reforma Energética para impulsar lo que es un potencial rezagado de nuestro país si eso no se traduce en mejores ingresos para los mexicanos.
Acción Nacional es un partido que sostiene como oposición, lo que sostuvo como gobierno y por eso como partido humanista, no sólo aplaudimos sino que coincidimos con el proyecto de Salario Mínimo del jefe de Gobierno.
Después de muchas administraciones que se dijeron de izquierda, inclusive, la que pregonaba que por el bien de todos primero los pobres, jamás voltearon a ver la condiciones generales de trabajo. Estamos frente a la primera acción política importante para dignificar las condiciones de trabajo y el salario de los trabajadores únicos del gobierno de la ciudad.
Los legisladores del GPPAN en la ALDF vemos con buenos ojos el tema. Lo vemos en la comunión de lo dicho por Gustavo Madero, ésta es una causa social y no importa quién y cómo la promueva, no importa la paternidad, lo que importa es que salga adelante.
Por ello, consideramos que es correcto el incentivo denominado “Proveedor Salarialmente Responsable”, en el que según lo anunciado por el jefe de Gobierno sólo podrán vender al GDF aquellos proveedores que se inscriban en la lógica de pagar a sus empleados el salario mínimo de 82.86 pesos.
Pero debemos advertir que el incentivo no debe ser limitado y beneficiar únicamente a las grandes empresas capaces de proveer al GDF, y por ello proponemos un incentivo para que las micro, pequeñas y medianas empresas puedan ser también “Salarialmente Responsables”.
La propuesta consiste en la disminución al ISN en 0.5% para quedar en 2.5% y la creación de la figura “Empresa Salarialmente Responsable”, la reducción se otorgaría por supuesto a las empresas que cumplieran con el salario mínimo de 82.86 pesos.
El impacto positivo se reflejaría de manera inmediata en la competitividad económica de la ciudad al disminuir la carga impositiva de todas las empresas, trayendo como consecuencia la creación de nuevos núcleos productivos, mayor dinamismo del mercado y la mejora en la remuneración económica de los trabajadores.
Ha dicho Gustavo Madero, que éste es el momento de las reformas sociales. La coincidencia con el jefe de Gobierno pone al DF como referente de innovación en política pública en un tema que le da asidero y legitimidad a todas las reformas federales que todavía el gobierno federal no encuentra cómo hacer para que se reflejen en el bolsillo de los mexicanos.
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