6 estampas de un país en decadencia

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México retrocede a pasos agigantados, y se vuelve cada vez más inextricable; un lugar donde suceden las cosas más inverosímiles, impensables en otros lares, y no pasa nada. Esta misma semana ocurrieron varios hechos que dan muestra de ello:

  1. En Zapopan, Jalisco, sus vecinos queman viva a una mujer molestos porque su hijo que padece autismo hace mucho ruido en sus episodios de crisis. Ya la habían amenazado, ya la habían agredido con cloro industrial causándole lesiones en el vientre, y por supuesto, ya ella había denunciado los hechos y había exigido protección. Nadie la ayudó, nadie la acompañó como se supone que debe hacer la autoridad siguiendo los protocolos de atención a mujeres víctimas de violencia. Su nombre era Luz Raquel. Su hijo, altamente vulnerable, ha quedado absolutamente desprotegido, completamente desamparado.
  2. En Sinaloa, fallecen 14 marinos al desplomarse el helicóptero en el que viajaban tras el operativo en el que se capturó a Rafael Caro Quintero. El motivo de la caída del Black Hawk, una aeronave de altísima tecnología habría sido -dice el gobierno- quedarse sin gasolina. Por protocolo, una aeronave de ese tipo no emprende vuelo alguno si no se asegura un abastecimiento suficiente de combustible; máxime si formará parte de un operativo específico contra el crimen organizado. Todo parece indicar que en realidad fue derribado por los delincuentes, o al menos así lo reivindicaron ellos en un video que circula en redes. Como sea, la opacidad en todo el asunto es mayúscula, y el presidente no tuvo siquiera la empatía y el tiempo para acudir al funeral, pero sí lo tuvo para practicar beisbol.
  3. Y ya que hablamos de opacidad, de buenas a primeras, aduciendo “fallas técnicas”, el gobierno decidió cerrar CompraNet. Bajo el eufemismo de que se trata de una “suspensión temporal”, emite un decreto que permite a toda la administración pública realizar adquisiciones sin transparencia alguna, y hasta nuevo aviso. Era más fácil poner a los ingenieros a arreglar las supuestas fallas técnicas que poner a los abogados a hacer el decreto, pero resultaba más conveniente lo segundo. Lo que tanto trabajo ha costado a México, darles cierta transparencia a las compras de gobierno, echado de golpe al caño, y sin que nadie diga nada.
  4. En otra estampa, Estados Unidos y Canadá formalizan la solicitud de consultas y la eventual instalación de un panel para denunciar el incumplimiento de México al T-MEC en materia de energía. El asunto reviste una enorme relevancia económica porque podría derivar en la imposición de aranceles especiales a nuestro país, provocando la caída en la inversión, el cierre de empresas y la pérdida de empleos, en un momento en el que nos urge precisamente todo lo contrario. La reacción del presidente ante esas denuncias sería por demás hilarante, si no fuera por los efectos que puede tener para la economía de las familias, pone en Palacio Nacional la canción de Chico Ché “Uy qué miedo”. La irresponsabilidad, la indolencia y la falta de seriedad, en toda su expresión. Ni en la república más bananera se han visto escenas como esa. Y hay quién hasta se lo festeja.
  5. En la península yucateca, un juez de amparo ordena la suspensión de la obra “Tramo 5” del Tren Maya, por carecer de estudios de impacto ambiental. El gobierno decide declarar la obra como asunto de “seguridad nacional”, y con ese argumento, continuarla. El hecho viola ostensiblemente la orden del juez actualizando el delito de desacato judicial -el mismo en el que López Obrador incurrió alrededor de 900 veces cuando fue Jefe de Gobierno de la capital y que terminó llevándolo a un desafuero-, porque el hecho de que sea de seguridad nacional no le exenta de acatar la resolución. Pero además, declarar esa obra como asunto de seguridad nacional es una simulación; en realidad es una obra de infraestructura turística.
  6. En Nuevo León, en plena crisis por falta de agua, el gobierno federal en vez de ayudar en algo, le exige a las refresqueras y cerveceras que cedan su agua. Esto, no obstante que esas empresas ya están ayudando de manera muy importante, pero además, sin considerar que en ese Estado la industria usa solo el 4% del agua, las ciudades el 26% y la agricultura el 75%. ¿Qué explica entonces la exigencia del presidente hacia las refresqueras y cerveceras, si cualquier rancho utiliza más agua que ellas? La explicación es simple: sus dueños son sus opositores políticos. Resolver el problema es lo de menos, lo que al presidente realmente le importa, en medio de la crisis, es afectar a sus opositores. Es el uso faccioso del poder.

Seis estampas tan solo esta misma semana. La velocidad del deterioro nacional es vertiginosa. La patria llama.


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