¿Y después de ‘El Chapo’ qué?

0
629

El mismísimo criminal sinaloense ya había advertido que su eventual reaprehensión en nada o poco afectaría al complejo entramado que sostiene al tráfico de drogas y al lucrativo negocio que éste genera

Más allá de fortalecer al sistema carcelario, la rocambolesca fuga, búsqueda y aprehensión de Joaquín Guzmán Loera, reveló una dolorosa verdad: no sólo se debe revisar lo acontecido para saber los errores cometidos, sino también para reconocer que el narcotráfico evoluciona a la par de la delincuencia organizada trasnacional.

En la furtiva entrevista que precedió a su detención, realizada al margen de la legalidad por Sean Penn y Kate del Castillo, el mismísimo criminal sinaloense ya había advertido que su eventual reaprehensión en nada o poco afectaría al complejo entramado que sostiene al tráfico de drogas y al lucrativo negocio que éste genera.

Con origen en el contexto social en el que se asienta la pobreza, la exclusión y la marginación, la propia estructura de los grupos criminales se integra esencialmente por personas disímiles que colaboran para lograr ganancias ilícitas, por lo que ya no trabajan de forma exclusiva —como antaño— en torno a un único líder, familia o clan.

-Publicidad-

Al respecto, Pietro Grasso, el connotado ex fiscal antimafia y presidente del Senado italiano, señaló recientemente que en toda ciudad que cuenta con una importante presencia del crimen organizado, existen incontables personas que tienen o han tenido algún tipo de relación con sus actividades, aunque tenga pocos miembros formales.

Esas relaciones abiertas, variadas y cambiantes son de naturaleza económica, social y cultural, por lo que se incrustan en el tejido sobre el que se ubica la comunidad de que se trate, incluyendo varias clases de delincuentes, como lo descubrió la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

Efectivamente: esos grupos —simples o complejos— abarcan pandillas, familias, mafias y redes, tanto de colaboradores inexpertos como de profesionales, mutando estructura y forma de operar, con el propósito de trabajar a través de células o equipos especializados y flexibles, generalmente de carácter transitorio.

Buscan que cada unidad cumpla una función indispensable, complementaria y progresiva para lograr el objetivo final de la organización criminal, con la ventaja de que son difícilmente identificables, al diluirse o desaparecer como eslabones de una cadena armónica, que brinda innumerables ventajas.

De ese modo, esa estructura supone economías de escala y de alcance, como una verdadera empresa multinacional, amén de que oculta la identidad de sus verdaderos líderes, quienes ejercen el control vertical y horizontalmente, de manera que si caen presos sus lugartenientes, aquellos pasan fácilmente desapercibidos.

También, con el ánimo de obtener el mayor número de ganancias en el menor tiempo, esos grupos se hacen de profesionistas independientes, como financieros, abogados e ingenieros, además de colaborar con grupos intermedios, cuyos intereses mutuos los legitiman y con quienes comparten beneficios ingentes.

Por ese inusitado avance, el mismo Pietro Grasso externó su consternación por el surgimiento del “Estado-mafia”, donde la democracia se encuentra comprometida ya que: “Las mafias u organizaciones criminales, pueden (incluso) controlar territorios e intervenir económicamente (e) influyen en la geopolítica en grandes regiones”.

En síntesis, la delincuencia organizada no sólo implica violencia, injusticia e inseguridad, como la que ocasionó El Chapo durante su execrable vida criminal, sino ante todo una amenaza para la democracia, lo que se materializa por medio de la corrupción que genera sobre líderes, autoridades e instituciones públicas, como actualmente tuvo lugar con la presunta “narcodiputada”.

Para superar ese difícil reto en un país de tránsito, en el que aumenta el consumo de estupefacientes y donde crecen delitos que son propios de la criminalidad trasnacional, como el tráfico de personas y armas, y contra la propiedad y el ambiente, se debe reforzar decididamente su prevención, investigación y castigo.

Por esa razón, en nuestra próxima edición, someteremos al juicio del gran público lector, una serie de políticas y acciones que consideramos adecuadas para que México pueda hacer frente —de forma exitosa— a la delincuencia organizada, una vez que se encarceló al narcotraficante de mayor relevancia global de las últimas décadas.


There is no ads to display, Please add some

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí