La situación socioeconómica y política de Venezuela desde 2016 es calificada como compleja en un análisis publicado conjuntamente por Plataforma Democrática, la Fundación Ferrnando Henrique Cardoso y el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), cuya autoría es de Margarita López Maya, quien es historiadora, profesora titular (jubilada) del Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES) de la Universidad Central de Venezuela, miembro del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y actualmente presidenta del Latin American Studies Association.
En el texto, se documenta la profunda crisis económica, caracterizada por una prolongada recesión e hiperinflación, el colapso de la industria petrolera, y la creciente desigualdad social. Además, se examina la política exterior del gobierno de Maduro, marcada por alianzas con regímenes autoritarios, y la difícil situación de la oposición, incluyendo las primarias de 2023 y las perspectivas para las elecciones presidenciales de 2024. Finalmente, se presenta un panorama de incertidumbres sobre el futuro político del país.
Emergencia humanitaria compleja
Margarita López Maya caracteriza la crisis venezolana como una «emergencia humanitaria compleja» (EHC), que es multicausal y multidimensional con efectos devastadores en todas las esferas de la sociedad y el Estado. Esta crisis, reconocida por las Naciones Unidas desde al menos 2016, se manifiesta en diversas dimensiones:
- Económica: Venezuela ha experimentado una de las recesiones más largas y duras del continente, seguida de un período de hiperinflación hasta 2021. Aunque en 2022 hubo un crecimiento del PIB, este fue modesto y la inflación siguió siendo la más alta de la región. La economía ha vuelto a un ciclo recesivo debido a la falta de crédito, salarios bajos, la precariedad de los servicios básicos, la disminución de remesas y un impuesto a las transacciones financieras. La industria petrolera, que fue la principal fuente de ingresos del país, se encuentra en una situación de postración y bancarrota.
- Social: La crisis social se evidencia en el aumento de la pobreza, la pérdida de peso en la población, el desempleo, la disminución de la matrícula escolar, y un éxodo masivo de venezolanos. La desigualdad ha aumentado significativamente, convirtiendo a Venezuela en uno de los países más desiguales del mundo. El salario mínimo es insuficiente para cubrir las necesidades básicas, y la población depende de bolsas de comida subsidiadas y bonos monetarios del gobierno. Los servicios públicos esenciales, como la salud y la educación, se han deteriorado gravemente. La conflictividad social es alta, con protestas frecuentes motivadas por las condiciones laborales y los derechos civiles y políticos.
- Política: El gobierno de Maduro ejerce un control hegemónico sobre los poderes públicos, pero su legitimidad es cuestionable. La oposición, aunque fragmentada, ha buscado una nueva estrategia para las elecciones presidenciales de 2024. El gobierno ha puesto obstáculos a la oposición, incluyendo la inhabilitación de candidatos populares y la manipulación del Consejo Nacional Electoral (CNE). La crisis también se manifiesta en el ámbito internacional, con un alineamiento del gobierno venezolano con autocracias emergentes y una confrontación continua con Estados Unidos. El país enfrenta investigaciones en la Corte Penal Internacional por violaciones de derechos humanos.
En resumen, la crisis venezolana es una compleja interacción de problemas económicos, sociales y políticos, con una profunda incertidumbre sobre su futuro. La autora destaca la fragilidad del gobierno, la profunda crisis social y la necesidad de una transición democrática.
Economía precaria e injusta
Según Margarita López Maya, la situación económica actual de Venezuela se caracteriza por una serie de factores interrelacionados que la hacen precaria e incierta. La autora describe un panorama de contrastes, donde se observan algunos signos de recuperación que, sin embargo, no logran consolidarse en un crecimiento sostenido.
Aquí hay algunos puntos clave sobre la economía venezolana según la autora:
- Recesión e hiperinflación: Venezuela experimentó una de las recesiones más prolongadas y severas del continente, seguida por un período de hiperinflación que duró hasta 2021. Esto llevó a que la economía se redujera significativamente, convirtiéndose en la decimoquinta más pequeña de la región.
- Recuperación Modesta: En 2022, se observó un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), que según la CEPAL fue del 12% y según el gobierno del 18.7%. Sin embargo, esta recuperación fue considerada modesta debido a la magnitud de la caída anterior. La inflación, aunque disminuyó, se mantuvo como la más alta de la región, alcanzando un 146%.
- Factores de la recuperación: La recuperación económica se atribuye a factores como la dolarización de facto de la economía y la flexibilización de regulaciones por parte del gobierno. El aumento de los precios del petróleo debido a la invasión rusa de Ucrania también influyó, aunque de manera limitada debido al deterioro de la industria petrolera venezolana.
- Nuevo ciclo recesivo: A principios de 2023, las proyecciones de crecimiento del PIB fueron revisadas a la baja, y los datos del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) mostraron una caída del 7.6% y 6.3% en los dos primeros trimestres, respectivamente, en comparación con el año anterior. Esto indica que la economía ha entrado en un nuevo ciclo recesivo.
- Causas de la recesión: Expertos coinciden en que la recesión se debe a la falta de crédito, los salarios bajos, la precariedad de los servicios básicos, la disminución de remesas y el impuesto a las transacciones financieras decretado por Maduro. El gobierno atribuye la situación a las sanciones, pero la autora señala que los problemas son estructurales y anteriores a las sanciones.
- Inflación: La inflación acumulada de enero a julio de 2023 fue del 115% y podría llegar al 200% o más para finales de año. El dólar, que en septiembre rondaba los 35.5 bolívares, podría superar los 60 bolívares a fines de año.
- Petróleo: La industria petrolera venezolana, que fue la principal fuente de ingresos del país, se encuentra en una situación de postración y bancarrota. La producción de crudo ha disminuido drásticamente debido a la desprofesionalización, la corrupción, la falta de inversión y las sanciones.
En resumen, López Maya describe una economía venezolana que, aunque muestra algunos signos de recuperación tras años de crisis, sigue siendo frágil, inestable y marcada por la incertidumbre. La inflación, la recesión y el deterioro de la industria petrolera son problemas centrales que dificultan una recuperación sostenida.
Los desafíos de la oposición
Según Margarita López Maya, la oposición venezolana enfrenta numerosos desafíos de cara a las elecciones presidenciales de 2024, que dificultan su capacidad para competir de manera efectiva contra el gobierno de Nicolás Maduro. Estos desafíos se pueden resumir en los siguientes puntos:
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Fragmentación y falta de unidad: Aunque la oposición ha buscado cohesionarse, no está claro si logrará presentarse unida en las elecciones presidenciales de 2024. La falta de coordinación entre los diferentes partidos y movimientos opositores ha sido un problema persistente, como se evidenció en las elecciones regionales de 2021, donde a pesar de tener un mayor caudal electoral que el oficialismo, ganaron pocas gobernaciones debido a la falta de candidaturas únicas.
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Obstáculos del gobierno: El gobierno de Maduro ejerce un control hegemónico sobre los poderes públicos, lo que le permite manipular el proceso electoral a su favor. Esto incluye el control de la información, el uso de recursos estatales para la campaña, la imposición de reglas electorales convenientes, la intervención de las directivas de los partidos opositores y la inhabilitación de candidatos populares.
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Inhabilitación de candidatos: Varios de los principales candidatos de la oposición, incluyendo a María Corina Machado y Henrique Capriles Radonski, han sido inhabilitados por la Contraloría General de la República, un organismo controlado por el gobierno. Estas inhabilitaciones son consideradas inconstitucionales por la oposición, pero generan incertidumbre y dificultan la participación de estos candidatos en las elecciones.
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Manipulación del Consejo Nacional Electoral (CNE): El CNE, que es el órgano encargado de organizar las elecciones, ha sido objeto de controversia. En agosto de 2023, el gobierno designó un nuevo CNE con mayoría de representantes del oficialismo, incluyendo a Elvis Amoroso, quien previamente había inhabilitado a candidatos opositores. Esta manipulación del CNE genera desconfianza en la imparcialidad del proceso electoral.
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Desconfianza y desmovilización: El gobierno ha promovido la desconfianza, desmovilización y desesperanza en la población con sus acciones y estrategias. Estas acciones buscan minar la participación de los ciudadanos en los procesos electorales.
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Necesidad de coordinación estratégica: La oposición enfrenta el reto de lograr una coordinación estratégica entre sus fuerzas para ir de manera unitaria a las elecciones presidenciales, lo que es considerado como la única manera de acumular fuerza y poner en aprietos al régimen.
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Autogestión de las primarias: La Comisión Nacional de Primarias (CNP), encargada de organizar la elección del candidato unitario de la oposición, se ha visto obligada a autogestionar el proceso debido a la falta de apoyo del CNE y a la crisis institucional de este último.
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Mecanismos de reemplazo: No hay un acuerdo claro entre los partidos de oposición sobre un mecanismo de reemplazo en caso de que el ganador de las primarias, que probablemente sea uno de los candidatos inhabilitados, no pueda inscribir su candidatura presidencial en el CNE.
En resumen, la oposición venezolana se enfrenta a un panorama complejo y desafiante, donde la falta de unidad, los obstáculos impuestos por el gobierno, la manipulación del proceso electoral y la incertidumbre sobre la participación de los candidatos más populares dificultan sus posibilidades de éxito en las elecciones presidenciales de 2024. La autora señala que la cohesión de las fuerzas opositoras y la conciencia ciudadana son clave para enfrentar estos desafíos y lograr una transición democrática.
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