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Trump y Morena: tácticas de Cohn

Roy Cohn, el controvertido abogado que moldeó la carrera de un joven Donald Trump, dejó un legado de tácticas políticas agresivas que resuenan no solo en Estados Unidos, sino también en México con Morena y sus líderes, incluida la presidenta Claudia Sheinbaum. Cohn, conocido por su papel en el macartismo y su falta de escrúpulos, enseñó a Trump una fórmula simple: “atacar, contraatacar y nunca disculparse”. Esta estrategia, junto con el control del relato público, ha definido el estilo político de Trump y encuentra ecos en la dinámica de Morena.

En los años 70, Cohn representó a Trump en un caso de discriminación racial en vivienda, instándolo a no ceder, contrademandar al Departamento de Justicia y proyectar una imagen de fuerza. Este enfoque de confrontación constante y rechazo a mostrar debilidad se convirtió en un pilar de la carrera de Trump, desde sus negocios hasta su presidencia. Cohn le enseñó a manipular la narrativa, usando los medios para amplificar su mensaje y desacreditar a sus oponentes, tácticas que Trump perfeccionó con ataques directos y una retórica polarizante.

En México, Morena y sus líderes han adoptado estrategias similares, aunque adaptadas al contexto local. Desde su fundación, Morena ha construido una narrativa de lucha contra el “establishment” y la “mafia del poder”, un discurso que recuerda la retórica de Cohn de atacar sin tregua. Claudia Sheinbaum, como presidenta, ha mantenido esta línea, utilizando conferencias matutinas para controlar el relato, deslegitimar críticas y reforzar la imagen de su gobierno como defensor del pueblo. Al igual que Trump, Morena no suele disculparse ante acusaciones, prefiriendo contraatacar con argumentos que desvían la atención o cuestionan la legitimidad de sus detractores.

La influencia de estas tácticas no se limita a la retórica. Tanto Trump como Morena han usado la polarización como herramienta para consolidar bases leales. En EE. UU., Trump ha demonizado a medios, opositores y hasta instituciones, mientras que en México, Morena ha señalado a la prensa crítica, organismos autónomos y partidos tradicionales como enemigos del cambio. Esta estrategia fortalece la cohesión interna, pero también genera divisiones profundas en la sociedad.

Sin embargo, la fórmula de Cohn tiene límites. En EE. UU., las múltiples investigaciones legales contra Trump muestran que la táctica de “nunca disculparse” no siempre lo protege. En México, el estilo confrontacional de Morena ha alienado a sectores que podrían ser aliados, complicando la gobernabilidad. Aunque Cohn murió deshonrado y sin escapar de las consecuencias de sus acciones, su legado táctico sigue vivo, moldeando líderes y movimientos en ambos lados de la frontera.


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