Pues ya se cumplieron los tres años del gobierno de Enrique Peña Nieto. Por supuesto se han enfrentado imprevistos y accidentes. Incluso se han cometido errores, pero no todo es color negro, eso es para los pesimistas, para los que nada más saben encontrar el negrito en el arroz, el pelo en la sopa, la paja en el ojo ajeno. Gente que vive en la permanente oscuridad porque no sabe apreciar lo que tiene, que no valora los esfuerzos cotidianos de la autoridad por cambiar el entorno de los ciudadanos; personas cortas de entendederas que nada más están viendo en qué se equivocan los demás y a las que uno irremediablemente les tiene que contestar «ya chole con tus quejas». Para ellos un recuento de los éxitos, de los logros no reconocidos por esa visión tan torcida de la realidad que tanto daño nos ha hecho.
El gobierno ha trabajado con ahínco en programas de vivienda. Se ha dejado atrás ese concepto de meter a una familia en una caja, ahora son casas dignas las que permiten a ciertos trabajadores tranquilidad para el resto de sus vidas. Aunque no se ha logrado en todo el territorio nacional, los beneficios ya han llegado a felices ciudadanos de Hidalgo y del Estado de México.
Se ha fomentado la inversión extranjera como pocas veces. Es el exitoso caso de OHL, que obtiene lo que quiera y que no encuentra obstáculo burocrático alguno. Ya no es como en el pasado, una bola de trámites que impedían el concurso de empresas internacionales. Ahora van directo con el titular de la SCT y si es necesario con el Presidente. Todo sea por atraer inversión.
La fuga de El Chapo fue un evento desafortunado, sin duda, pero permitió al gobierno darse cuenta que hay gente en los niveles 15 y 17 de la administración pública que no trabajan acorde con lo que quieren los del nivel 1. Estos malos mexicanos ya son perseguidos y castigados.
Como parte de la voluntad democrática e igualitaria del gobierno se ha repartido por igual el enojo, la frustración, el coraje y la desesperanza. Ya no son patrimonio de unos cuantos.
El combate a la impunidad y al crimen no ha tenido descanso. Se descubrió que un delincuente conocido por todos, insospechadamente despachaba como ¡subsecretario de Prevención del Delito! Esta situación de república bananera fue remediada de inmediato y el peligroso individuo tiene ya orden de aprehensión.
Se ha semidestruido la oposición. Este logro institucional ha conseguido grandes cosas como que el propio Silva Herzog Márquez ande con el Jesús en la boca por la situación en el PAN —partido de sus desvelos y angustias— y que el PRD haya contratado un gerente en ManPower, y que la oposición esté tan desprestigiada o más que el PRI. Ha sido un esfuerzo gigantesco.
En materia de aeronáutica se logró exitosamente el lanzamiento del cohete que no llegó a ningún lado.
Como se desprende de esta sencilla pero contundente enumeración de éxitos, solo desde la mala fe y la ceguera se pueden negar los avances. Y espérense, que todavía faltan otros tres años de éxitos.
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