Un viejo consejo, que la humanidad en general reconoce pero no sigue, es aprender de la historia. Dentro de quienes a veces no aprenden, está Acción Nacional. Al menos respecto a sus triunfos electorales con candidatos no identificados con la doctrina del partido.
Pero ahora el PAN tiene, con tantos triunfos electorales del 5 de junio, en gobiernos estatales y municipales, la oportunidad de reivindicarse. En años pasados, el partido postuló, entre otros, a candidatos ajenos al mismo y hasta de principios ajenos a su doctrina. Una vez en el poder, dichos candidatos electos se olvidaron de panismo que los llevó al poder, e hicieron lo que les vino en gana.
Ya no puede volver a pasar, no debe. En estos meses de transición, se debe asegurar que los flamantes gobernantes electos hagan dos cosas: programas de gobierno apegados a la doctrina y en especial en función del bien común, e integrar sus gobiernos con personas identificadas con sus principios.
Las experiencias previas, esas de las que el PAN no aprendió, pues volvió a repetir las omisiones de gobiernos ajenos en mucho o en todo a sus principios, no deben repetirse. El ejemplo más reciente, y todavía en funciones, es el de Sinaloa. Mario López Valdés, siendo abiertamente priista, fue postulado por Acción Nacional, y al llegar al poder, ha gobernado sin el PAN.
Es importante entonces que el CEN y los comités estatales y municipales cuyos candidatos ganaron el cinco de junio, se comprometan, de preferencia pública y abiertamente a gobernar precisamente con panistas, con servidores públicos identificados con la doctrina, sean o no militantes propios, honestos y capaces.
En el caso de las coaliciones con otro partido, siempre es posible encontrar y aceptar personas que compartan lo esencial en materia de valores como la dignidad de la persona humana, el bien común, la solidaridad y la subsidiariedad.
Hay mucho en juego, no solamente el apego a la finalidad con la que Acción Nacional se fundó y ha luchado tantos años, para rendir los debidos frutos a la sociedad gobernada, sino para demostrar que se cumplen las promesas de campaña y que el PAN merece los votos ciudadanos en nuevas elecciones, en 2017 y 2018.
El CEN de Acción Nacional así lo ha prometido, y es preciso asegurarse, salvadas debilidades humanas y errores ─que se pueden corregir─, que los tan festinados triunfos, lo serán para el bienestar ciudadano, con gobiernos panistas de verdad.
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