Es bueno el que las reformas para combatir la corrupción, con todos sus mecanismos de prevención recién aprobados en el Congreso, coincidan con la presentación de la Reforma Educativa. ¿Cómo podríamos luchar contra la corrupción que le cuesta al país 10% del PIB, y fundar el “nuevo México” que anuncia el Presidente de la República, sin que el grueso de la población nacional tenga las bases educativas que abren esos nuevos horizontes?
¿Cómo vamos a corregir la atonía económica sin contar con una población suficientemente educada y capaz de contribuir al esfuerzo común que se requiere?
La función educativa presente y activa en cada localidad del país es la pieza imprescindible para formar individuos creativos y productivos donde cada mexicano es un agente convencido de su país y clave del progreso nacional.
Esta semana se anunció la muy esperada Reforma Educativa Nacional. En su presentación, el secretario Aurelio Nuño explicó que este gran programa, fruto de un equipo multidisciplinario altamente calificado, busca “formar mexicanos que sepan expresarse correctamente, que se respeten a sí mismos, que tengan valores, amor por México, gusto por las artes y que sean creativos, críticos y analíticos.”
La Reforma Educativa se lanzará en una reunión de gobernadores el próximo 26 de julio, fecha en la que se abrirá una consulta nacional en la que participarán maestros, padres de familia, pedagogos y expertos para ajustar el programa con las aportaciones recibidas y que el CIDE evaluará. La consulta terminará el 29 de agosto y para finales de 2016 se tendrá la versión definitiva que entrará en vigor en el año lectivo 2017-2018.
La Reforma se desglosa en varios ejes: Fines de la Educación, el Modelo Educativo para el siglo XXI y la Propuesta Curricular para la educación básica y educación media superior. El Modelo Educativo a su vez se subdivide en: Escuela, Planes de Estudio, los Maestros, Inclusión y Equidad y finalmente, el de Gobernanza del Sistema.
Entre los numerosos elementos del programa se enfatiza la importancia de dominar la lengua materna, además del español, para que la educación sea incluyente y respete la diversidad cultural del país y al mundo natural y social. Se insiste en desarrollar el pensamiento matemático y en las materias de la formación cívica y ética, los alumnos deben aprender a manejar sus emociones y desarrollar valores.
La organización Mexicanos Primero, que desde hace tiempo analiza y evalúa en detalle la problemática educativa del país, aprobó la presentación de la propuesta de la Reforma Educativa y particularmente el programa de foros semanales en diversos lugares del país.
México requiere ciudadanos conscientes de sus propias facultades y potencialidades, imbuidos de amor y respeto a la patria basado en una cultura básica común como elemento que amalgama a la comunidad.
La formación de individuos socioeconómicamente productivos es un principio toral del programa. Preocupa atender la reducida capacidad del sistema frente a la demanda de sus servicios. A nivel de educación superior, solo el 8 o 9% de los que hacen examen de admisión a la UNAM es admitido. La demanda de lugares en 2015 fue de 186 mil 521. Este año fue de 195 mil 918, pero sólo pudieron entrar 16 mil 958 nuevos estudiantes adicionales a los CCHs que tienen pase automático. A los rechazados no les quedó más que ingresar a las universidades privadas, cuyas altas colegiaturas son discriminatorias y obligan a solicitar financiamientos bancarios para poder estudiar.
La insuficiencia educativa, acentuada por la alta tasa de deserción escolar, repercute en el campo laboral, donde hay que encontrar empleos para más de un millón de solicitantes que carecen de preparación para ubicarse en el mercado de trabajo.
Es abrumadora la amplitud de problemas que la Reforma Educativa está llamada a resolver o al menos aliviar. La CNTE, sin embargo, como era de esperarse, se opone a toda la Reforma y anuncia que seguirán los bloqueos y violentas manifestaciones. Contraria a todo lo que signifique progreso y mejoría, su agenda no es educativa sino política, subversiva y desestabilizadora.
La educación es nuestra tarea más prioritaria para rescatar a nuestro país de la desarticulación social, política y económica en que se encuentra y así enderezar el rumbo hacia una etapa de sólida superación.
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