Se cierra el círculo

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Los primeros 90 días del gobierno del recién electo presidente Andrés Manuel López Obrador (El #AbueloObrador) se ha caracterizado por una serie de desatinos que han causado mucha polémica y un ya aparente daño político en su propia imagen.

Con muchas dificultades algunos de los miembros de su gabinete, en el mejor de los casos, han tratado de corregir la información que el presidente deja ir en sus conferencias de prensa mañaneras, pero con tan mala suerte que o bien terminan empeorando la situación o, cuando logran dar una explicación un poco más coherente, la tozudez del mandatario en mantenerse en sus cuatro, al siguiente día desde su púlpito mañanero vuelve a repetir el desatino, corregido y aumentado y desmintiendo a sus secretarios de estado que en vano trataron de corregir la bochornosa situación.

Esta irreductible posición del anciano presidente ha obligado a que el secretario o secretaria de Estado que esté involucrado en la «novedosa» política o denuncia presidencial en turno, prefieren guardar sepulcral silencio para evitar ser el blanco de la prensa y sobre todo de su adorado amo, convirtiéndose así en parte de la escenografía que tanto le gusta al Mesías Tropical y que a sus ojos le da «realce» a sus lentísimas comparecencias.

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Ha transcendido que cuando suceden estos desafortunados incidentes (los de corregir al presidente) por parte de sus allegados han existido furibundas pataletas, fuertes reprimendas y amenazas por parte del macuspano, en Palacio Nacional o donde quiera que se encuentre cuando tiene conocimiento de estos «deslices» de sus lacayos (quisiéramos llamarlos de otra forma, pero su servil actuación solo permite este calificativo).

Pero si alguna persona ajena al círculo del poder se atreve siquiera a dar su opinión y resulta ser contraría a la opinión del senil gobernante la represalia será con toda la fuerza del Estado, se pondrá la maquinaria política, judicial y extra judicial a funcionar para callar y acabar con la imagen, prestigio de quién se atreve a señalar un error.

Si es una figura pública el Anciano Presidente inventará acusaciones, pecados y dirá que tiene pruebas que nunca mostrará.

Si es un grupo el que exige alguna respuesta o reivindicación la réplica será siempre la misma, la descalificación de los interlocutores por medio de la misma frase que con el paso del tiempo, y eso que apenas van 90 días de su gobierno, ya empiezan a sonar cansadas y ridículas «son los conservadores», «ahora resulta que los que no hicieron nada cuando pudieron ahora» (aquí ponga lo que guste, defienden, buscan, son los que)

El #AbueloObrador exige una total sumisión tenga razón o no, su palabra en verdad divina.

Esta constante intimidación ha hecho que los colaboradores cercanos del presidente se replieguen y se dediquen a aplaudir como focas las ocurrencias y desvaríos del mandatario, evitando a toda costa que personas ajenas se le acerquen a informar o como ellos llaman «mal informar» al #AbueloObrador, creando así una esfera impenetrable que evita que visiones diferentes a la del anciano puedan llegar a importunarlo y provocarle una rabieta de la cual estos serviles funcionarios serían responsables y después víctimas de las iras del «dictador», pero si por alguna razón la información que desmiente al divino tirano, los funcionarios tendrán que correr a inventar, difamar, fingir, repetir mentiras con tal de que el nuevo delirante y dueño de la Silla Maldita no la tome contra ellos.

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Los secretarios de estado que están castrados y dóciles a los designios del senil se encuentran dentro de un escenario que nunca imaginaron y no podían anticipar.

¿Pero como se creó la burbuja del poder que ahora envuelve al presidente?

Muchos analístas dicen que se enfrenta un fenómeno único e inédito y que por lo tanto no hay antecedentes de cual se pueda uno apoyar para tratar de entender la mentalidad del presidente, otros tantos insisten en ver en el actuar del Mesías Tropical una copia fiel de lo hecho por los mandatarios Venezolanos que han destruido al hermano país.

Esta situación de un gobernante con las características febriles como las del perfil del #AbueloObrador NO es inédito, existen varios ejemplos de personalidades delirantes que han poblado las páginas de la historia, Joseph Stalin, Benito Musolini, el mismo Adolfo Hitler, Sadam Hussein, Hailé Mariam Mengistu, Fidel Castro, Ernesto «El Che» Guevara, Idi Amin Dadá, Ignacio Allende, Omar Hasan Ahmad al-Bashir, Hisséne Habré, Slobodan Milosevic, Hugo Chávez y los que ahora se perfilan a inscribir su nombre en la historia con las mismas o peores condiciones que los anteriores personajes: Nicolás Maduro, Donald Trump, Andrés Manuel López Obrador, Kim Jong-um.

Todos ellos señalados por sus atroces crímenes contra sus propios pueblos , por su enorme soberbia, necedad, falta de empatía, mentirosos, carencia de lealtades, megalomanía y una extraordinaria facilidad con la que condenan a muerte a sus enemigos políticos y sobre todo la ceguera que les impide ver la realidad, la cual perciben deformada en donde ven o crean enemigos inexistentes y en donde todo está en su contra lo que les permite justificar sus absurdas y aberrantes ideas.

Un común denominador entre el #AbueloObrador y toda esta constelación de despotas (Despota: Soberano que gobierna con un poder total sin someterse a leyes ni a limitaciones) proclamaban desde el inicio de su gobierno que había enemigos terribles, muchas veces imaginarios, que buscaban descarrilarlos y que finalmente estos enemigos pretendían infiltrarse dentro del círculo más cercano.

Como ya lo dijimos esta situación de zozobra y sospechosismo histérico endurece cada vez más los filtros y accesos al mandatario y genera una bestial competencia entre los más cercanos, por ganarse la gracia del febril gobernante.

Equivocarse dentro de este limitado grupo es equivalente a la exclusión y la caída en desgracia.

Ya se han filtrado notas y trascendidos sobre los efectos que esta competencia ha traido entre los cercanos al abuelo, la Secretaria de Energía Rocio Nahle García, según fuentes muy cercanas ha presentado su renuncia dos veces a consecuencia de las pifias que en las que ha incurrido y que las redes sociales han hecho circular incansablemente.

Ha comenzado la feroz competencia entre los secretarios de estado por tratar de permanecer dentro del selecto grupo de personajes que formarán la cúpula de gobierno, varios de ellos y que formaron parte del selecto grupo en los primeros días del nuevo gobierno han salido lastimados en diferentes grados ya sea gracias a sus deficientes desempeños o por las imprudencias cometidas y se dice que han sido relegados a un segundo plano. Algunos de estos casos son el Secretario de Comunicaciones y Transportes Javier Jiménez Espríu, el Director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, el Secretario de Hacienda Carlos Urzua, la Secretaria de la Función Pública Irma Erendira Sandoval Ballesteros, la Secretaria de Economía, Graciela Márquez Colín, quienes ahora tienen que pedir audiencia vía la Secretaría de Gobernación o por medio del Jefe de la Oficina de la Presidencia Alfonso Romo Garza.

El no estar dentro de este primer esfera de poder y la necia postura del Presidente de concentrar en él todas las decisiones ha hecho que estos secretarios de estado comiencen a pensar en su futuro cercano o como se dice en radio pasillo obedecer a ciegas las instrucciones que les llegan indirectamente como es el caso de Nahle y Romero Oropeza aunque estas directivas sean absurdas o generen más problemas de los que se supone puedan arreglar.

La esfera del Poder se está cerrando y veremos dentro de muy poco las pequeñas venganzas o «apretones» que los miembros de este exclusivo grupo le darán a sus compañeros de gabinete.

Sería de esperar que algunos de estos desafortunados tuviera una reacción de dignidad y se enfrentaran al macuspano, pero como se dice, en voz baja, en Palacio Nacional el miedo no anda en burro.

@EnriqueDavilaV


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