Hasta el 4 de marzo de 2025, los aranceles del 25% impuestos por Donald Trump a las importaciones provenientes de México y Canadá están en sus primeras horas de implementación. Por lo tanto, los efectos concretos en la economía estadounidense apenas comienzan a manifestarse y no hay datos consolidados que reflejen un impacto definitivo, pero los indicios apuntan a noticias no tan buenas para la economía estadounidense.
Reacciones en los mercados financieros: La incertidumbre generada por la guerra comercial ha provocado caídas en los mercados bursátiles, incluyendo una disminución del 1.7% en el S&P 500. Empresas como Dell Technologies y General Motors han experimentado ventas significativas, reflejando la preocupación de los inversores sobre el impacto de los aranceles en las ganancias corporativas.
En las primeras horas desde la entrada en vigor de los aranceles, los mercados financieros estadounidenses han mostrado una reacción negativa significativa. Los principales índices bursátiles han caído debido a la incertidumbre y al temor de una guerra comercial en América del Norte. Esta respuesta inicial refleja la preocupación de los inversionistas por el aumento de costos para las empresas que dependen de las cadenas de suministro integradas con México y Canadá, dos de los principales socios comerciales de Estados Unidos. Dado que más del 80% de las exportaciones mexicanas y alrededor del 77% de las canadienses tienen como destino el mercado estadounidense, cualquier interrupción en este flujo comercial tiene el potencial de afectar profundamente a ambos lados de la frontera.
Impacto en sectores clave: Industrias como la automotriz y la manufacturera, que dependen en gran medida de componentes y productos importados de México y Canadá, enfrentan mayores costos de producción. Esto podría reducir su competitividad y afectar negativamente el empleo en estos sectores.
Un efecto inmediato que se está observando es el encarecimiento de bienes importados clave, como automóviles, autopartes, frutas, verduras y productos energéticos. Por ejemplo, México es el principal proveedor de vehículos y componentes automotrices a Estados Unidos, mientras que Canadá suministra cerca del 60% del crudo importado. Los importadores estadounidenses, quienes pagan directamente estos aranceles en la aduana, ya están enfrentando costos más altos, y es probable que trasladen al menos una parte de este aumento a los consumidores. Esto podría traducirse en precios más elevados para bienes de consumo cotidiano, desde aguacates hasta gasolina, lo que afectaría el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Algunos analistas estiman que los hogares podrían enfrentar un gasto adicional de entre 1,600 y 2,000 dólares anuales si los aranceles persisten, con un impacto desproporcionado en las familias de menores ingresos.
Empresas estadounidenses que dependen de insumos mexicanos y canadienses, especialmente en sectores como la manufactura y la automotriz, están comenzando a ajustar sus estrategias. Algunas ya han anunciado que están reevaluando sus cadenas de suministro, lo que podría implicar mayores costos operativos o una reubicación de la producción. Sin embargo, esto no necesariamente se traducirá en un aumento de empleos en Estados Unidos a corto plazo, como argumenta Trump, ya que muchas compañías podrían optar por trasladar operaciones a otros países con costos más bajos, como Vietnam o Malasia, en lugar de repatriarlas.
Incremento en los precios al consumidor: Los aranceles actúan como un impuesto sobre las importaciones, lo que eleva los costos para las empresas estadounidenses que dependen de bienes de México y Canadá. Estos costos adicionales suelen trasladarse a los consumidores, resultando en aumentos de precios en diversos productos, desde alimentos hasta bienes manufacturados. Se estima que una familia promedio en Estados Unidos podría gastar hasta 1,300 dólares más al año debido a estos incrementos.
Aunque Trump ha insistido en que los aranceles no causan inflación, sino que «generan éxito», la mayoría de los economistas discrepan. El aumento en los precios de los bienes importados podría elevar la inflación general, especialmente en un contexto donde la economía estadounidense ya enfrenta sensibilidades por los costos energéticos y alimenticios. Si Canadá y México responden con aranceles retaliatorios, como han anunciado (por ejemplo, Canadá planea gravar bienes estadounidenses por hasta 155,000 millones de dólares), los productos exportados desde Estados Unidos también se encarecerían, afectando aún más a los consumidores y productores locales.
Perspectivas económicas: Economistas advierten que la continuación de esta guerra comercial podría conducir a una desaceleración económica en Estados Unidos, con riesgos de recesión en México y Canadá. Además, se anticipa un aumento en la inflación debido al encarecimiento de los bienes importados, lo que podría afectar el poder adquisitivo de los consumidores estadounidenses.
A nivel macroeconómico, el impacto en el PIB estadounidense se espera que sea limitado en comparación con México y Canadá, debido a que las importaciones representan solo cerca del 15% del PIB de Estados Unidos, frente a una dependencia mucho mayor de estos países hacia el mercado estadounidense. Sin embargo, los costos acumulados podrían reducir el crecimiento económico en un 0.4% según algunas proyecciones iniciales, mientras que el riesgo de una disrupción prolongada en las cadenas de suministro podría amplificar este efecto.
Los aranceles de Trump a México y Canadá están generando, en estas primeras etapas, una combinación de incertidumbre en los mercados, aumento de costos para empresas y consumidores, y el riesgo de una inflación más alta en Estados Unidos. Aunque Trump argumenta que estas medidas fortalecerán la economía y la seguridad nacional al reducir el déficit comercial y presionar a sus socios para abordar temas como el fentanilo y la migración, los indicios iniciales sugieren que los costos inmediatos recaerán en gran medida sobre los estadounidenses, mientras que los beneficios a largo plazo, como la creación de empleos manufactureros, siguen siendo inciertos y disputados. Los próximos días y semanas serán cruciales para evaluar cómo evolucionan estas dinámicas, especialmente si las negociaciones o represalias alteran el panorama actual.
Respuesta de los socios comerciales: Tanto México como Canadá han anunciado medidas de represalia, imponiendo aranceles a productos estadounidenses. Por ejemplo, Canadá ha implementado aranceles del 25% sobre bienes estadounidenses valorados en 20,000 millones de dólares, con planes de aumentar esta cifra a 90,000 millones. Estas represalias afectan a exportadores estadounidenses y añaden presión a la economía nacional.
Esto ha provocado, de acuerdo a declaraciones a Fox Business del secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, “tanto los mexicanos como los canadienses han estado hablando conmigo por teléfono todo el día de hoy tratando de demostrar que lo harán mejor, y el presidente está escuchando, porque ya saben que es muy, muy justo y muy razonable”.
Por eso, plantea que Trump “va a llegar a un acuerdo con ellos; no va a ser una pausa, nada de eso, pero creo que va a pensar: hagan más y nos encontraremos en el medio de alguna manera y probablemente lo anunciaremos mañana”.
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