Pasados los últimos comicios, se confirma que en la Ciudad de México el Partido Acción Nacional no se comporta como sus contrapartes estatales que presumieron victorias el pasado 5 de junio. La votación se mantiene en niveles que ubican al PAN detrás de Morena y el PRD, aunque en algunas delegaciones se va hasta el cuarto puesto sin que se observen acciones para revertir esta tendencia.
Panorama complicado
Para el panismo capitalino el panorama luce desalentador: es la tercera o cuarta fuerza en el ámbito delegacional, manteniendo una tendencia a quedarse en esas posiciones, además de que se trata de un partido dominado por un grupo que ha sido acusado de prácticas clientelares, con divisiones internas que han llegado hasta a tribunales, con una militancia poco participativa, además de mencionar las deserciones que ha sufrido en últimas fechas.
Los trascendidos en cuanto a enfrentamientos entre el grupo que domina al Partido –identificado con el exjefe delegacional en Benito Juárez, Jorge Romero– con otros liderazgos, como el de Santiago Creel –muy influyente en el entorno de Ricardo Anaya–, son continuos y muestran que lejos de encontrar una solución, el panorama azul en la Ciudad es de los más complicados.
De ser un partido que estuvo a punto de ganar la jefatura de gobierno, los números muestran en las sucesivas elecciones que se han tenido en la urbe desde el año 2000 un declive en la votación que recibe Acción Nacional. En esa fecha, en la que se ganó por primera vez la presidencia de la república, el PAN triunfó en las delegaciones Azcapotzalco, Álvaro Obregón, Benito Juárez, Cuajimalpa, Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza.
Hoy sólo gobierna en Benito Juárez –considerado el bastión y en donde no ha dejado de ganar los comicios para jefe delegacional– y en Miguel Hidalgo, luego de un par de administraciones perredistas.
Pero la perspectiva no ayuda mucho, pues la presencia de Morena en Benito Juárez es creciente y puede poner en riesgo la presencia blanquiazul en 2018. En Miguel Hidalgo, como ya se ha demostrado, la alternancia se puede hacer presente una vez más en dos años, pese a los intentos de mantenerse de Xóchitl Gálvez y su equipo, aunque los constantes escándalos que su “city manager”, Arne aus den Ruthen, pueden perjudicar más que ayudar, recordando que tras su paso por la jefatura de la propia delegación, Arne no quedo con una muy buena imagen.
Otro factor negativo tiene que ver con la militancia y la forma en que se dan las afiliaciones. Es de sobra conocida la forma en que se inscribían ciudadanos al padrón del PAN en la Ciudad de México, en donde las acusaciones por domicilios en los cuales había hasta 70 personas afiliadas sin ser familiares, por citar un botón de muestra, pasaron a ser comunes.
Las auditorias que encontraban irregularidades como la señalada en el párrafo anterior, no ofrecieron sanciones en contra de quienes las orquestaron dejando un ambiente de impunidad entre los pocos militantes que aún creen que se puede salvar al Partido en la ciudad.
Otro tema relacionado, tiene que ver con la marginación de liderazgos que aún podrían aportar su experiencia al proyecto panista, pero que se encuentran alejados de la toma de decisiones por estar ésta en manos de un grupo que no comparte el control del Partido.
El último ejemplo de esto ha sido la ubicación que le dieron a José Luis Luege en la lista para la Asamblea Constituyente, en un lugar que hizo que se quedara fuera de dicho órgano en el que se habría podido aprovechar su paso por la presidencia del propio panismo capitalino, así como el haber sido secretario del medio ambiente en el ámbito federal.
No es el único ejemplo de esto, pues otros exfuncionarios han vivido una experiencia similar, en contraste con las posiciones que detentan los cercanos a Romero.
Tan mal lucen las posibilidades del PAN en esta ciudad, que ya se empieza a hablar de que si se dan las condiciones para formar una alianza en el 2018 con el PRD, no habría ningún problema para que el abanderado de la misma fuera o un externo o un militante del sol azteca.
Y a todo esto, ¿qué se está haciendo para revertir la situación? Al parecer poco, pues desde el CEN no se ha tomado ninguna medida para mejorar el panorama que vive el panismo capitalino, lo cual podría implicar tomar medidas para reducir la influencia y control del grupo de Romero y permitir que otros actores internos tomen parte de las decisiones, algo que parece aún lejano.
La actitud del grupo que ahora domina al blanquiazul en la Ciudad de México, con sus defensores gratuitos, no ayuda en mucho, pues a cada crítica se contesta o con un insulto o con gritos que todo es una campaña de desprestigio promovida por oscuros intereses.
Los números ahí están, junto con múltiples denuncias y quejas, para quien quiera verlas. Y es que la soberbia ha sustituido a la capacidad de autocrítica y de búsqueda del bien común, un término que sólo se usa en discursos, pero que no forma parte de las prácticas de muchos militantes en esta urbe.
Migajas
Aunque aún no resuelven los problemas derivados de las elecciones 2016, por festejar los triunfos obtenidos, ya se empieza a pensar en las entidades que renovarán gubernaturas en 2017, en especial en el Estado de México. En dicha perspectiva, se ha comenzado a mencionar la posibilidad de que Josefina Vázque Mota sea la abadnerada de una eventual alianza el año entrante, sólo que hay colunista que no se ponen de acuerdo, pues mientras Hugo Páez dice que “no hay un NO contundente” de la excandidata presidencial, Salvador García Soto apunta que ella aseguró a sus cercano que “No me interesa. No voy a aceptar ninguna postulación y menos en el estado donde está el PAN más corrupto”. Lo único seguro es que los interesados en la alianza y en la competencia en tierras mexiquenses ya deben ir pensando en un plan B.
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