Migaja semanal: el futuro del PAN

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Luego de las elecciones estatales, el panorama para el PAN luce más positivo que en el pasado, en particular luego de la derrota en 2015 y resultados que no se pueden presumir en 2015. Pero la victoria en las urnas ha generado las condiciones para que vuelva el enfrentamiento interno, pues ahora que se presumen posibilidades de victoria en 2018, los bandos se han reagrupado en busca de quedarse con la candidatura presidencial, algo que puede convertir el triunfo en un fracaso dentro de dos años.

La guerra interna

Al PAN le cuesta aprender de sus errores. En 1976 la división interna generó la renuncia de su presidente nacional y que no presentara candidato presidencial a la elección federal de ese año. Más recientemente, esto ha sido motivo de derrotas electorales en varios estados del país, así como quedar en tercer lugar en los comicios presidenciales de 2012.

Nada indica que esto pueda cambiar en la antesala de la selección del candidato presidencial en 2018, en particular por los resultados positivos que se dieron en la pasada elección del 5 de junio. Si el año entrante, de las 3 gubernaturas en juego –Nayarit, Coahuila y Estado de México– el blanquiazul logra ganar dos de ellas, la lucha por apoderarse de la candidatura será muy fuerte, en especial entre el grupo que encabeza Ricardo Anaya y el calderonismo.

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En el pasado, fuimos testigos de cómo ambas agrupaciones se deshacían de sus rivales internos –como Gustavo Madero o Manuel Espino–, así que nadie se puede decir sorprendido si el nivel de guerra interna sube de intensidad.

El factor Calderón

Felipe Calderón es un personaje de nuestra picaresca política que lo mismo genera apoyos que rechazos. Como presidente del Partido, se conoció su estilo vertical, sus decisiones se hacían tomando a pocos en cuenta y por eso la carta que Carlos Castillo Peraza le dejo al momento en el que el michoacano asumió la presidencia blanquiazul recordándole que si no confiaba en su gente, ésta no confiaría en él. Como Presidente de la República se vio la continuación de ese estilo. Gustavo Madero fue uno de sus víctimas –hasta que termino el sexenio–, pues incluso el chihuahuense comentó en su momento que el mandatario del país le tenía el pie en el cuello.

De sobra conocida la forma en que impulsó a sus cercanos a puestos en el gabinete –pese a la falta de experiencia–, así como a la presidencia del Partido, al igual que la manera en que combatió a Manuel Espino hasta lograr que éste fuera expulsado. Los resultados electorales del PAN en el sexenio calderonista se vieron afectados por la constante intromisión del grupo de cercanos al mandatario federal.

Ya antes, el PAN conoció la tendencia de Calderón a imponer. En el proceso para elegir al sucesor de Luis Felipe Bravo Mena, Alejandro Zapata se enfrentó a la perdida de respaldo luego que recibieran una llamada del entorno calderonista. Se trató de impulsar a Carlos Medina Plascencia, en una competencia interna en la que resultó electo Manuel Espino, algo que no agradó a Felipe.

Luego vendría el sexenio 2006-2012, marcado por la lucha en contra del narcotráfico y las críticas que esto generó, pese a buenos resultados en otras áreas pero sin una comunicación adecuada para dar a conocer estos logros.

¿A qué viene esto? A que todo lo anterior se usará, sin duda, para afectar la posible candidatura presidencial de Margarita Zavala, a quien analistas describen como sumisa en presencia de su esposo. Así, el principal reto de la precandidata azul será mostrarse como una candidata independiente –pero de su marido– si realmente aspira a obtener un buen resultado en 2018. Cómo lo hará, es la principal pregunta que gira en el escenario político nacional, pues si continúa ligada al expresidente no queda duda que las municiones que utilicen en su contra, desde ahora hasta el 2018, serán las que recurran al pasado de Felipe Calderón y sus tendencias impositivas en su práctica política, así como a los damnificados que ha dejado a su paso. Margarita, es cierto, trató de reconfortar a los agraviados, quienes se podrían alejar si perciben que quien controla la campaña e influye en las decisiones de la candidata es el expresidente.

En este sentido, la columna de Alejandro Paéz Varela es un buen ejemplo de lo que hemos comentado en este espacio.

Migajas

Rumbo a las elecciones 2017, ya se comienza a especular la posible candidatura de Josefina Vázquez Mota para el Estado de México, en una alianza con el PRD. Habrá que esperar a ver si ahora sí se anima la excandidata presidencial.

Pablo César Carrillo, en su columna de Milenio Diario, regreso el tema de los sueldos de los dirigentes partidistas, en este caso en Guanajuato, algo que continúa siendo motivo de crítica.

Por cierto, en Twitter apareció una cuenta, @lasradcalderon, que más que parodiar a Margarita Zavala se dedica a ofrecer cifras negativas del sexenio de Felipe Calderón, burlándose de la aspirante con la etiqueta #LaSeñoradeCalderón pues después de dar algún dato remata con un “pero yo no fui cómplice, eh”.


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