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Morena: Pugnas internas amenazan 2027

El Movimiento Regeneración Nacional (Morena) enfrenta una crisis interna que pone en riesgo su cohesión de cara a las elecciones intermedias de 2027, donde se renovarán 17 gubernaturas y la Cámara de Diputados. En el centro de la tormenta, la bancada morenista en la Cámara de Diputados se ha fracturado en dos grupos irreconciliables, lo que llevó a la creación de una nueva coordinación liderada por Dolores Padierna, en un intento por apaciguar las tensiones. Este movimiento, sin embargo, refleja un problema estructural más profundo que podría debilitar al partido en un momento crucial.

Las pugnas internas no son nuevas en Morena, un partido que, desde su fundación, ha albergado diversas corrientes ideológicas y liderazgos provenientes de distintos espectros políticos. En la Cámara de Diputados, las fricciones se han intensificado por el control de agendas legislativas y posiciones de poder. Un grupo, más alineado a la dirección nacional y a figuras como Claudia Sheinbaum, busca consolidar las reformas impulsadas por la Cuarta Transformación. El otro, con liderazgos como Ricardo Monreal, defiende posturas más moderadas, generando choques en temas como la reforma electoral y la eliminación de diputaciones plurinominales. Estas diferencias han escalado hasta el punto de requerir la intervención de Padierna, una figura con experiencia en la conciliación interna, pero cuya designación no garantiza una solución definitiva.

El nombramiento de Padierna como coordinadora alterna busca ser un puente entre las facciones, pero también evidencia la fragilidad de la unidad morenista. La lucha por las candidaturas para 2027 ya ha comenzado, y las tensiones en la bancada podrían ser un presagio de conflictos mayores. En estados como Zacatecas, las disputas familiares y políticas, como las de los hermanos Monreal, han destapado ambiciones y rivalidades que podrían fracturar alianzas locales. La reciente reforma contra el nepotismo, aunque aplazada hasta 2030, ha generado roces adicionales, al limitar las aspiraciones de algunos liderazgos que buscan perpetuar su influencia.

Ricardo Monreal, coordinador de la bancada, ha advertido que estas divisiones son “insalvables” y podrían derivar en un “suicidio político” si no se manejan con madurez. La fortaleza electoral de Morena, que según encuestas mantiene una ventaja del 45% en la intención de voto para 2027, podría diluirse si las luchas internas persisten. La oposición, aunque fragmentada, podría capitalizar esta debilidad si Morena no logra cohesionarse.

El reto para Morena será enorme: mantener la disciplina interna mientras enfrenta presiones externas y las expectativas de un electorado que aún confía en su proyecto. La designación de Padierna es un intento desesperado por contener la crisis, pero sin una estrategia clara de reconciliación, el partido arriesga perder la hegemonía que ha construido desde 2018. Las elecciones de 2027 serán una prueba de fuego para la Cuarta Transformación.


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