México cerró abril de 2025 con 22.4 millones de trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), lo que representa un incremento anual del 4%. Sin embargo, este ritmo de crecimiento es menor al observado en el mismo mes de 2024, lo que sugiere una desaceleración en la generación de empleo formal en el país.
De acuerdo con el informe mensual de TResearch, en abril se registró una pérdida neta de 47,442 empleos respecto al mes previo, marcando la segunda caída mensual consecutiva desde que inició el sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum. Este retroceso rompe con la tendencia general de crecimiento sostenido que se había observado en los últimos años y enciende las alertas sobre la salud del mercado laboral mexicano.
Los estados con mayor número de trabajadores asegurados siguen siendo la Ciudad de México, Jalisco y Nuevo León, concentrando buena parte del empleo formal del país. En conjunto, estas tres entidades suman más de 7.4 millones de afiliados al IMSS, lo que refleja su papel como motores clave de la economía nacional.
Pese a la caída reciente, el número total de asegurados ha tenido un avance significativo desde 1997, cuando apenas se contaba con poco más de 10 millones de trabajadores afiliados. Hoy, ese número se ha duplicado, alcanzando los 22.4 millones en abril de este año, lo cual da cuenta de una expansión histórica del empleo formal en el país.
Sin embargo, no todas las regiones presentan el mismo comportamiento. De acuerdo con los datos estatales, Tabasco, Campeche y Zacatecas son las entidades que han mostrado las mayores reducciones porcentuales en el número de trabajadores asegurados durante el último año, lo que podría estar vinculado a factores como la volatilidad del sector energético o la relocalización de inversiones productivas.
El comportamiento mensual también revela cierta inestabilidad. Aunque en enero y febrero se observaron aumentos considerables en el empleo formal (73,167 y 119,385 puestos creados respectivamente), marzo terminó con una leve caída y abril profundizó esta contracción, con una disminución adicional de casi 48,000 empleos.
Estos movimientos generan incertidumbre sobre la capacidad del actual gobierno para mantener el ritmo de generación de empleo que caracterizó gran parte del periodo anterior. Si bien el nivel total de empleo sigue siendo alto, la tendencia reciente sugiere que podrían estar apareciendo obstáculos estructurales o coyunturales que afectan la dinámica laboral.
En este contexto, será fundamental monitorear los próximos meses para identificar si esta caída responde a factores temporales o si, por el contrario, marca el inicio de una nueva fase de menor dinamismo en el mercado laboral mexicano.
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