Varios apuestan a que gracias a la actuación de gobernadores cuestionados, como los Duarte, la oposición ganará en algunos estados que renovarán dichas posiciones en junio próximo. No obstante que el argumento tiene lógica, en la forma del voto de castigo, la realidad apunta a que el resultado en las urnas no corresponde en muchas ocasiones con la percepción que se maneja en espacios periodísticos y redes sociales.
Voto ¿de castigo?
Es lógico asumir que si un mandatario estatal –al igual que un Presidente de la República o uno municipal–, no recibe la aprobación ciudadana durante su mandato, la factura se cobrará en las urnas dando a la oposición una muy buena oportunidad para ganar.
Desgraciadamente, en la práctica eso no sucede pese a encuestas, columnas y comentarios en redes sociales acerca de mandatarios como Javier Duarte, César Duarte, Gabino Cue o Roberto Borge. Si bien en las pasadas elecciones, Guillermo Padrés y Rodrigo Medina abonaron a la causa opositora para que sus partidos fueran derrotados en Sonora y Nuevo León, en otros estados esto no fue suficiente para que hubiera alternancia.
Basta recordar que luego del escándalo por la falsificación de documentos para la contratación de deuda, así como las cifras que mostraban como ésta se había elevado en porcentajes de tres dígitos, Humberto Moreira no sólo no representó un voto de castigo para el tricolor, sino que contribuyó para que su hermano ganara la elección y lo sucediera en el puesto.
Algo similar ha ocurrido en Tamaulipas, en donde incluso un exgobernador se encuentra prófugo de la justicia, lo cual no ha impedido que sea esta entidad una en las que no se ha dado la alternancia. Quintana Roo puede presumir historias similares.
Y lo mismo se puede decir de Campeche, Veracruz, Estado de México, Durango, entre otros estados del país.
En este contexto, en regiones como las que mencionamos en este espacio, artículos, columnas, análisis y redes sociales mencionan lo que sucederá en los comicios debido a la mala actuación del gobernante en turno… para después pasarse días tratando de explicar por qué no se dio el castigo en las urnas, bajo argumentos en forma de compra de votos, robo de boletas, elección de Estado, manipulación y un catálogo que ya conocemos por muchas crónicas electorales, pero que no refleja el fruto de una investigación seria.
Por supuesto que se debe considerar que este tipo de acciones influyen en una elección, pero se ha visto como en entidades como Nuevo León, con la estructura territorial del PRI, con el apoyo del propio gobierno estatal y federal, con una oposición dividida, el tricolor perdía a manos de un abanderado independiente la gubernatura. Algo similar ocurrió en Sonora o en Yucatán en tiempos recientes.
Así que la primera lección que podemos extraer de estas experiencias, es que una entidad representa un escenario electoral distinto al de otra, aunque las elecciones sean en la misma fecha. Asimismo, que la operación electoral –acarreo, compra de votos, manipulación y demás linduras– puede influir en determinados estados, en tanto que en otros no es definitivo en el resultado. De igual manera, la evaluación que se hace en, por ejemplo, redes sociales no corresponde necesariamente con la de los electores.
Por lo anterior, se podría decir que Veracruz puede representar una derrota tricolor en junio próximo, pero que no necesariamente ocurra lo mismo en Quintana Roo o Chihuahua, a pesar de que los gobernadores de estas tres entidades compiten para ser calificados en la lista de peores mandatarios estatales 2016.
También queda esperar para analizar el comportamiento de las redes sociales y averiguar si, al fin, lograron influir en el ánimo del elector para ayudarle a definir su voto. Si todo el activismo y las opiniones que se ofrecen en las redes es un síntoma de cómo vendrá la elección, desde ahora se pueden cantar derrotas tricolores en más de cuatro estados, pero falta la confirmación de los resultados en las urnas para saber si realmente influyeron o pese a esto se presentan otras cifras.
Y es que una cosa es la que se presenta en medios digitales y otra, muy distinta, la que sucede en el mundo real. Quizá viene siendo tiempo de que aprendamos a distinguir entre un espacio y sus actores y los otros, por muchos mensajes negativos que veamos circular en el ciberespacio.
Del tintero
El INE bajó de la candidatura para el gobierno de Zacatecas a David Monreal, postulado por Morena, con el argumento de que no presentó el informe de su precampaña. Sin duda es un duro golpe contra el abanderado que encabezaba las encuestas, lo que también ha dado lugar a acusaciones en contra de la autoridad electoral. El debate en redes sociales es entre quienes creen que se trata de una maniobra para quitar de la contienda al primer lugar y quienes quieren ver si es una decisión apegada a derecho por una falta cometida.
Lo único que queda claro, es que si el TEPJF le regresa la candidatura a Monreal, la publicidad ganada por este incidente le ayudará en su campaña, algo que el INE no contempló, pero que el aspirante mucho agradecerá.
Twitter: @AReyesVigueras
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