La Ley de Movilidad muestra sus primeros impactos marcando la ruta a seguir para la construcción del Viaducto Santa Fe. Antes de avanzar en la implementación del proyecto, el Gobierno de la Ciudad deberá concluir los estudios que avalen su viabilidad.
Un cambio en la toma de decisiones. Hace unos días la Secretaría de Obras del Distrito Federal anunció la construcción del Viaducto Santa Fe-Periférico, cuya obra estará coordinada con la puesta en marcha del Tren Interurbano Toluca-México. A diferencia del pasado, hoy el Gobierno de la Ciudad deberá cumplir con los mecanismos y procesos técnicos enmarcados en la nueva Ley de Movilidad para valorar y dar conocer socialmente los beneficios reales que traerá la obra, su contribución a una mejor movilidad ciudadana, la integración que tendrá con el sistema de transporte, su viabilidad financiera e impacto ambiental y, a partir de todo ello, rendir cuentas de su autorización a construir dicha vialidad. Sin duda se sienta un precedente.
Metodología, el primer paso. Para fortuna de todos los que vivimos en la capital del país y en su zona metropolitana, el Gobierno del Distrito Federal está avanzando en la ruta crítica señalada por la Ley de Movilidad. En observancia a la ley aprobada por consenso de todas las fuerzas políticas de la Asamblea Legislativa, y promulgada por el propio Jefe de Gobierno, la autoridad local trabaja ya en la creación de una metodología que genere un precedente en la planificación y construcción de este tipo de obras.
Estamos hablando de una exigencia ciudadana. Debemos recordar que la nueva Ley de Movilidad es no sólo producto de reunir las mejores prácticas internacionales, la aportación de conceptos e instrumentos por parte de expertos y académicos dedicados a este importante tema, las demandas y propuestas de las organizaciones de la sociedad civil que han pugnado por un sistema de transporte acorde con la importancia y complejidad de nuestra metrópoli; es también producto de la aspiración de millones de ciudadanos por contar con un transporte público digno, seguro y eficiente a lo largo de todo su trayecto de desplazamiento.
Planeación no ocurrencia. Con base en el conocimiento técnico y la aspiración social, el Gobierno de la Ciudad planeará para el futuro y trabajará en el presente a partir de objetivos y metas claras en materia de transporte, los cuales cumplirá con la instrumentación de estrategias y prioridades conformadas por información técnica y estudios de factibilidad. Estas estrategias serán constantemente reevaluadas y redefinidas de acuerdo con las necesidades evolutivas de la ciudad.Los nuevos mandatos de la Ley sustituyen la ocurrencia por la planeación, para poder realizar una obra pública en materia de movilidad, la ciudadanía podrá evaluar los argumentos técnicos presentados por la autoridad, de lo que la construcción habrá de beneficiar a las familias capitalinas en su tránsito diario. Herramientas que, en el mediano plazo, no sólo dará certeza a nuevas macro obras, sino a la sustitución de sistemas de transporte tan riesgosos como es el microbús.
Apostamos por la transparencia. El Tren Interurbano México-Toluca deberá ser ejecutado bajo estrictos estándares de transparencia. Este miércoles presentaré ante la Asamblea Legislativa un Punto de Acuerdo mediante el cual solicito se ponga en funcionamiento un módulo administrativo de transparencia del proyecto, así como un sitio en internet a través del cual se ponga a disposición de todos los mexicanos la información, que contenga, entre otras aspectos, el plan maestro, proyecto, contratos, convenios, estados finacieros y recursos presupuestales que se firmen para la construcción de esta obra pública. Es importante también que uno o varios testigos sociales sean designados a fin de acompañar la implementación de este proyecto.En beneficio de la vida democrática del país, la exigencia de un gobierno transparente debe ser una prioridad.
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