La Inexorable Unión Ciudadana contra la Corrupción.

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La regresión política asoma en estos días su trágica dimensión. El hecho es vergonzoso y desalentador. Más que la incompetencia del equipo cercano a Peña Nieto, lo que recibimos el martes pasado es un mensaje que entraña una decisión de impunidad: Un Presidente de la República que esperaba el aplauso de reporteros y corresponsales, por anunciar una de las mayores tretas mediáticas frente a la corrupción que lo enloda, le pidió a un subalterno recién nombrado que investigue si incurrió en conflicto de intereses al comprarle sus casas millonarias al contratista favorito de su administración estatal cuando gobernó el Estado de México, y que también lo es en el gobierno federal.

No es falta de buenos consejeros o estrategas en el equipo presidencial, es la decisión de continuar con el pacto de impunidad entre la clase priísta gobernante y ese dato, es uno de los más ominosos en el horizonte de México y confirma la brutal regresión. La que se anticipó si regresaba el PRI.

Nos encontramos envueltos bajo la nube negra de una mentira institucionalizada, de una simulación política profunda, que parten desde la Presidencia de la Republica y que corroe a todo el sistema político mexicano engendrando autoritarismo, corrupción, cinismo y tiranía.

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En Chihuahua tenemos uno de los peores rostros de esa regresión. Aquí pasan cosas execrables para la sociedad chihuahuense. Vivimos una noche oscura. Un gobierno en manos de un personaje salido de las cavernas, insiste en suponer que la ciudadanía es retrasada mental y se tragará el cuento que, de lotero saltó a banquero, a ganadero con la mayor capacidad de exportación de los últimos años en nuestra entidad, a nuevo rico con extensiones de tierra y ranchos inexplicables. De lo único que estamos seguros, es que César Duarte, es el gobernador más repudiado de la historia de chihuahua, que su enriquecimiento de la noche a la mañana es inexplicable, por más que haya vendido todos los carros usados en Ciudad Juarez desde hace 100 años.

En nuestro estado el futuro está hipotecado con una de las mayores deudas públicas del país, la tercera en monto; pero la primera en términos percapita. Mientras a Chihuahua se le sofoca su porvenir con una deuda de 43 mil millones, el del gobernador luce resplandeciente como socio del Banco Progreso a traves del fideicomiso que formó con su esposa por 65 millones para hacerse el accionista mayoritario. Decidió hacerse Banquero y Gobernador a la vez, pues para eso tiene las arcas del erario estatal para fondear a lo largo de tres años con más de 83 mil millones el plan de beneficio personal que planeó con el director de la Unión de Credito, ni más ni menos, que su Secretario de Finanzas.

Descubierto su plan de negocio financiero a costa de los chihuahuenses, denunciado penalmente con las pruebas en el expediente, ha mostrado sin rubor sus peores artes y las mentiras más cínicas. Que más da, después de saquear y de robar, mentir es lo de menos. Y ha urdido cortinas de humo, soportado en el control de la mayoría de los medios de comunicación, ha desplegado campañas difamatorias, de desprestigio personal contra varios de los que salimos a respaldar públicamente a Jaime García Chavez; en los talleres graficos del gobierno del estado se imprimen miles de volantes calumniosos que se reparten en todo el Estado en contra mía y de Francisco Barrio, usa a personas humildes como carne de cañón para la provocación en los eventos de Unión Ciudadana, y a algunos mercenarios políticos para atacarnos, para nuestra fortuna utilizando a personajes de muy mala fama y peor calaña. Todo gira en tratar de distraer la atención del asunto fundamental, la acusación que pesa en su contra; por eso actúa como pandillero de último round, porque sabe que está acorralado, y pronto va a caer, porque la inmensa mayoría de los chihuahuenses, queremos que Duarte se vaya, y pague sus latrocinios.

Resulta interesante observar que de nada le ha servido erogar más de 1000 millones de pesos en convenios de publicidad con los medios de comunicación en el Estado; una encuesta recientemente publicada en el portal http://dossier.com.mx/torre.html que consistió en 1500 encuestas de campo, realizadas del 5 al 8 de enero, da cuenta del tamaño del desprestigio y la reprobación popular. 8 de cada 10 ciudadanos, desaprueban el trabajo de César Duarte, en Chihuahua capital, Juárez, Delicias y Parral. Precisamente los temas de corrupción y una mala administración, son los "distintivos" de este sexenio. El tejido social, no percibe avances en obra pública, educación, obras carreteras, a 4 años y cuatro meses del actual gobierno. Perciben muy lejano de la gente al mandatario estatal. La encuesta maneja un margen de error, de +/-3 puntos.

En Chihuahua hay un sistemático reparto desde el poder de beneficios materiales. Se han comprado voluntades a diestra y siniestra. Se ha introducido cizaña en los partidos de oposición para mantenerlos divididos y polarizados. Esta labor de zapa se ha hecho gracias a las malas artes que sin embargo se conocen y denuncian por el hombre de la calle.

El mundo del nunca jamás presume obras para crear la ilusión de vivir en una entidad en la que los problemas no existen, en el que la violencia y la inseguridad han desaparecido, como una y otra vez lo repite. La última es de hilaridad: que las cárceles del Estado nada le piden al Palacio de Buckingham. Sin embargo hay una realidad que ni todo el manejo de medios y de la propaganda gubernamental reflejan al hombre de la calle que recibe pésimos servicios en los transportes públicos, los maestros de las escuelas que no son capacitados ni les llega completo su sueldo, las madres de familia que sufren los bajos salarios, o el desempleo del esposo o el hijo o el de ella misma. Este mundo no es esplendoroso sino áspero no tiene esperanza sino cancela día con día la mejoría en el futuro.

Frente a esta involución política, crece al lado la esperanza. Se ha conformado este pasado viernes 6 de febrero, el capítulo en Ciudad Juárez del Movimiento Chihuahuense Unión Ciudadana con gran éxito. El Movimiento es un frente amplio y plural en el que convergen ciudadanos de distintas posturas políticas, religiosas y sociales que avanza inexorablemente como el gran cauce de la participación ciudadana en contra de la corrupción política y la impunidad. Porque esa es la causa que nos define y nos anima. Empeño nada fácil en una sociedad atenazada por una larga cultura y práctica de la corrupción oficial, pero tan necesario y trascendente como otras batallas libradas por la emancipación de la condición de subditos a ciudadanos, o como la misma lucha contra el fraude electoral, porque la corrupción, es el cáncer que destruye la vida nacional.

Un hecho palpable en todo lo ancho y largo del país es la corrupción que crece como hongos silvestres ya forma parte de nuestra cotidianidad se le ve como una cosa normal. Nos enteramos de la corrupción en hospitales, en los cuerpos legislativos, en el poder judicial, en las Iglesias, en las empresas, en los sindicatos todo está infectado de ese cáncer social que día con día crece geométricamente y se ramifica en todo el cuerpo social. La corrupción y la ineficiencia debilitan al Estado en sus funciones básicas. Los hechos nos muestran ésta simbiosis de corrupción y debilidad estatal.

El abuso del poder público y la impunidad, propiciados por una democracia disfuncional, han provocado que prácticamente cualquier servidor público tenga incentivos para realizar acciones u omisiones en su deber público con miras a obtener un beneficio privado.

Aunque el tema de la corrupción ha sido una constante en los últimos años, hoy ha tocando las fibras más sensibles de la sociedad frente a los escándalos de endeudamiento de estados y municipios, licitaciones amañadas, concesiones pactadas, sindicatos opacos, aduanas ineficientes, guarderías sin medidas de seguridad, conflictos de intereses, ocultamientos patrimoniales y un conjunto de leyes laxas o ambiguas frente a este tipo de conductas.

El fenómeno de la corrupción distorsiona el funcionamiento de los órganos del Estado y de sus servidores públicos: la corrupción deslegitima a las instituciones públicas, genera vicios en la gestión gubernamental, incrementa los niveles de desigualdad, presiona para la creación de legislaciones y políticas públicas inapropiadas e ineficaces, y profundiza la distribución inequitativa de recursos públicos y de un gasto ineficiente.

Como dura pero claramente lo asentó Stephen D. Morris, "la cultura mexicana de la corrupción se caracteriza por la proliferación de la corrupción en la vida civil, por la glorificación cultural de la corrupción en ciertos sectores de la población, por el seguimiento de una moralidad distorsionada en la clase media, por la desviación de la responsabilidad individual y por la difusión de la desconfianza y el cinismo hacia el gobierno y los funcionarios públicos. Esta cultura generalizada de la corrupción es la que marca la inercia social que dificulta los esfuerzos para controlarla", (Corrupción política en el México contemporáneo, Siglo XXI editores, 1992.)

Conscientes de esta realidad en UNIÖN CIUDADANA actuamos con decisión pero sin ingenuidades, la lucha es monumental dada la maquinaria que la corrupción aceita todos los días con contratos, compras, privilegios, empleos, publicidad, embutes o chantajes. Lo importante es que este problema, endémico si se quiere, ha reunido tal diversidad y pluralidad de actores que la confluencia desatará una fuerza que anime la participación, para dejar de ser espectadores, como bien lo planteó la joven Susana Romero Uribe en una magnifica intervención durante la Asamblea constitutiva del importante capitulo fronterizo: "Un Estado diferente jamás es construido por personas indiferentes". Agrego: Al que se apoderó del poder a través de la mentira, le demostraremos que el Poder tiene un solo titular: el pueblo.


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