El régimen está apanicado y perplejo; aunque repite la cantilena de que goza de un apoyo popular masivo e indestructible y apoya su dicho en encuestas, sus actos no se corresponden a lo que dice ver en su espejo demoscópico.
Como a Narciso en la mitología griega, la soberbia por su belleza lo perdió. Así, el deslumbrante reflejo de las cifras de adhesión que supuestamente le profesan las masas lo trastornan y radicalizan.
El régimen que concentró todo el poder del Estado y utiliza sus recursos para satisfacer la megalomanía del politburó cuatreroterista, hoy luce aterrado frente al pueblo. Sus gestos revelan íntimas incertidumbres sobre el sentir de los ciudadanos.
¿Qué motivó la intempestiva iniciativa de adelantar un año el ejercicio de revocación de mandato de la titular del Poder Ejecutivo? Lo fundamentan en explicaciones pecuniarias: economizar en los procesos electorales.
Han dicho que con las mismas erogaciones para las elecciones intermedias que se realizarán en 2027 para elegir diputados federales, 17 gobernadores, cientos de alcaldes en diversas entidades y de jueces, se realice la consulta revocatoria prevista legalmente para 2028.
Tal razón es del todo increíble en voz de representantes de este régimen manirroto, que pasará a la historia por haber dilapidado putrimillonarias cantidades en proyectos faraónicos ruinosos, y en ser complaciente con el saqueo de otras tantas montañas de efectivo, perpetrado por bandas delincuentes que operan impunemente en sus entrañas. Ese argumento no convence a nadie.
Otra hipótesis es la urgencia de utilizar la figura de la Presidenta –en fórmula dual con el ex— para inspirar la movilización del partido de Estado. Con ellos en la boleta, se lubrica la maquinaria de control social que han construido. Los acordeones, ya legalizados por las autoridades y los tribunales electorales integrados al aparato autoritario, serán la cereza en esta inflada torta comicial.
Este supuesto habría que adminicularlo con la reforma electoral en ciernes, cuyo propósito, acorde a las pulsiones de la ideología autoritaria que campea en los pasillos palaciegos, apunta a darle el golpe de gracia al sistema pluralista y aniquilar cualquier vestigio de ciudadanía libre y participativa. Visto así, la racional de los gerifaltes del tinglado político nacional para adelantar el proceso de revocación parece menos inescrutable.
En efecto, todo indica que esta decisión anunciada de la noche a la mañana, obedece a la urgencia de encarar con endurecimiento autoritario el desastre socio económico y político que ya se otea en el horizonte de la 4T.
Son muchas las causales que lo alimentan: El entorno geopolítico es un auténtico crucigrama, el crecimiento económico está paralizado, la estabilidad financiera del país en riesgo, el descontento en amplios sectores sociales desbordando: los maestros, el sector salud, los productores del campo, las familias de los desaparecidos, los jóvenes, las comunidades esclavizadas y sacrificadas por el crimen organizado. Lo ocurrido en Uruapan fue la gota que derramó el vaso y disparó las alarmas.
El régimen está perplejo y en su escape hacia adelante, se endurece y descara.



























