La decadencia en Chapultepec, Aragón y Los Coyotes

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Es momento de que nuevamente se intervenga.

Apenas habían transcurrido ocho días de la muerte del gorila Bantú en el Zoológico de Chapultepec, cuando la muerte de otro animal vuelve a poner a la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema) como ejemplo de ineptitud.

La gestión de la titular de la dependencia, Tanya Müller, se ha convertido en una sucesión de pifias, ha dejado a su paso por la administración del gobierno central una estela de desastres y políticas mal planeadas y peor implementadas, que se vuelven injustificables en su trabajo y resultados.

Esta semana fue la muerte de una hembra bisonte, según la apresurada versión oficial, debido a un “traumatismo de congéneres”, es decir, por el golpe de otro miembro de su especie. Ese fue el resultado de la necropsia, de la cual, por cierto, esperemos no salgan a la luz inesperadas fotos del animal destazado como en el caso de Bantú.

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Sirva la referencia para ejemplificar la política en materia de Medio Ambiente y el trabajo de Tanya Müller. Destazada. En piezas y desarticulada. Así es la labor de la dependencia encargada del medio ambiente en la ciudad.

Recordemos la cadena de consecuencias sociales y legales que generó la contaminación en el primer trimestre del año que puso en evidencia la pobre planeación de estrategias en materia ambiental y la nula coordinación entre autoridades. La intromisión de la Federación con la modificación de la clasificación de las contingencias, un plan emergente con un doble Hoy No Circula y la exclusión de Müller en la definición de las políticas a seguir deja ver el pobre desempeño de la parte local.

En ese caso, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) hizo una rápida intervención para definir un plan de trabajo, de cuestionable método y resultados, para emitir una norma emergente y actualizar el marco normativo en materia de verificación vehicular y control de emisiones.

Poco después, la Procuraduría Federal Protección al Ambiente (Profepa) fue asignada a la supervisión y regulación de la autoridad local. La Sedema sometida, intervenida y regulada en la verificación de automóviles por la corrupción e ineficacia demostrada previamente.

Hoy es momento de que nuevamente se intervenga. La corrupción, los robos, la falta de calidad en los procesos y la burocracia hoy tienen a los tres zoológicos de la ciudad –Chapultepec, Aragón y Los Coyotes— sumidos en la decadencia. Cinco muertes en los últimos dos años. Robo de insumos. Precariedad en la salud y atención de los habitantes de los zoológicos. Han dejado de ser una atracción para convertirse en un foco rojo.

Dejando de lado aquellas voces que van encontrado pretexto para clamar por el cierre de los zoológicos como única solución, lo que se requiere es una modernización de protocolos, normas y legislación en la materia para el cuidado óptimo de las especies.

La Federación intervino cuando el problema de la contaminación superó a las autoridades locales. La gravedad del asunto y la calidad de vida de los animales es igual de importante.

Tanya Müller y la Sedema dejan en claro que no son capaces de dirigir la vida silvestre de las atracciones turísticas. Los animales merecen ser tratados con dignidad y respeto, y ahora requieren de la intervención que lo garantice.


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