Artículo punlicado en marzo del presente año, pero que tiene gran importancia.
Hoy que se celebra el Día Mundial del Agua, Ciudad Posible hace un llamado de atención sobre el grave deterioro de los acuíferos de la ciudad de México.
El crecimiento anárquico de la metrópoli y la deficiente planeación urbana han provocado la pérdida de áreas agrícolas y de reserva ecológica, eliminando los suelos aptos para la recarga de los acuíferos y, por el contrario, cuando llueve, los escurrimientos crecen exponencialmente y no se pueden manejar con los sistemas de drenaje existentes.
La gente piensa que la mayor cantidad de agua que consumimos proviene del Cutzamala, pero no es así; casi un 70% del gasto total se extrae del subsuelo, lo que representa hasta cuatro veces la cantidad de agua respecto de la capacidad de recarga natural de los acuíferos. De continuar así, las consecuencias serán catastróficas.
Como resultado de la extracción excesiva, el suelo de la ciudad sufre hundimientos del orden de 10 centímetros por año.
En la zona oriente alcanzan entre 20 y 40 centímetros, provocando graves daños a la infraestructura, principalmente a los sistemas de desagüe de la ciudad.
Los gobiernos, tanto federal como locales, cuentan con la información precisa sobre la crítica situación de los acuíferos, pero no se está actuando con la urgencia necesaria, ni se están realizando las acciones debidas para mitigar esta crisis.
En Ciudad Posible proponemos que 2015 sea el año de cambio de paradigma respecto a una Agenda del Agua en la Ciudad de México. Se requiere voluntad política por parte del gobierno y una gran participación ciudadana, a partir de las siguientes acciones:
1) Una política eficaz de reordenamiento urbano metropolitano para recuperar áreas de recarga de acuíferos y de reserva ecológica. Al mismo tiempo, construir lagunas de regulación y de captación de agua pluvial.
2) Impulsar una campaña exitosa de cuidado del agua para evitar su desperdicio y promover su mejor uso.
3) Emprender un programa amplio de eliminación de fugas, sustituyendo tuberías obsoletas en toda la ciudad y a la vez, subdividir en redes más pequeñas con macro-medición que permitan controlar el suministro. Todas las tomas de agua deben contar con medidor.
4) Gestionar nuevas fuentes externas de abastecimiento que sustituyan el volumen de pozos profundos en la misma proporción.
5) Construir las plantas de tratamiento necesarias para reusar el mayor volumen posible de agua.
Hay una gran expectativa por la aprobación de la nueva Ley General de Aguas y sobre todo en lo referente al Derecho Humano al Agua, que fue incorporado en el artículo cuarto Constitucional.
Nadie puede oponerse a declarar este derecho fundamental, ya que es evidente que sin agua no hay vida y también que las personas que no tienen la oportunidad de contar con agua potable sufren todo tipo de calamidades, empezando por su salud.
Sin embargo, el servicio de agua potable es una responsabilidad central de los gobiernos municipales y todos sabemos de la situación lamentable en la que se encuentran la mayoría de los organismos operadores de agua, principalmente por falta de eficiencia, de tecnología y porque en muchos impera la corrupción.
El derecho al agua no se va a cumplir por decreto y menos por establecer en la Ley un volumen mínimo obligatorio que deba ser aportado a los particulares. Se va a cumplir si logramos una verdadera conciencia ciudadana del cuidado del agua y hagamos de los organismos operadores de ésta, instituciones transparentes y altamente tecnificadas, con personal profesional de carrera, autonomía de gestión y con un Consejo Directivo ciudadanizado.
Hay ejemplos en el país de organismos eficientes que hoy tienen la más alta calificación, como es el caso de Agua y Drenaje de Monterrey. Tenemos que lograr que el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SCAM) se convierta también en un ejemplo a nivel nacional, principalmente porque se requiere de la máxima eficiencia para lograr las inversiones necesarias, proyectos y acciones que mitiguen la sobreexplotación de los acuíferos.
La sustentabilidad del agua en la ciudad de México es un asunto de todos.
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