En un fallo histórico, el Tribunal Superior Electoral de Brasil (TSE) ha decidido, por cinco votos a favor y dos en contra, inhabilitar políticamente al expresidente Jair Bolsonaro por un período de ocho años. La sentencia es resultado de un caso de abuso de poder que se desarrolló durante las elecciones de 2023, en las que Bolsonaro compitió contra el líder progresista, Luiz Inácio “Lula” da Silva.
La magistrada del TSE, Carmen Lúcia Antunes, citó el voto del juez relator del caso, Benedito Goncalves, que condenó a Bolsonaro por una reunión con medio centenar de embajadores extranjeros en la residencia oficial de la presidencia en julio de 2022. Durante esta reunión, Bolsonaro intentó desacreditar el sistema electoral y cuestionar la imparcialidad del poder judicial, a medida que su campaña para la reelección estaba en marcha.
Esta decisión del TSE impide a Bolsonaro, de 68 años, ocupar cargos electivos y ejercer en puestos de la administración pública hasta 2030. Sin embargo, Bolsonaro ha afirmado su intención de continuar en política.
Bolsonaro tiene múltiples frentes judiciales abiertos, incluyendo la acusación de haber incitado el asalto más grave a la democracia brasileña desde el fin de la dictadura en 1985. También se le investiga por su gestión de la pandemia de COVID-19, que ha causado la muerte de más de 700,000 brasileños.
La decisión judicial genera un vacío en la derecha brasileña y abre el camino para la búsqueda de un nuevo líder. Entre los nombres que suenan con más fuerza para asumir este rol están el actual gobernador de São Paulo, Tarcisio de Freitas, y la esposa de Bolsonaro, Michelle Bolsonaro.
Este caso supone otro capítulo en la historia de los expresidentes brasileños que han enfrentado problemas judiciales después de su mandato. El caso más reciente fue el de Lula, que estuvo un año y medio en prisión antes de que se anulara su condena y le permitieran regresar a la política para ganar un tercer mandato.
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