Fuerzas y debilidades de nuestra democracia

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Por: Juan Miguel Alcántara Soria

Del cómputo de votos del 6 de junio sigue la calificación de las elecciones por los Tribunales electorales, previa resolución de impugnaciones. Evaluemos de forma preliminar nuestra democracia electoral y al sistema de partidos. Constatamos fortalezas: las mismas elecciones libres, secretas, competitivas; la libertad de expresión; la pluralidad de medios de información; la participación ciudadana. También debilidades: se redimensionó un actor perturbador, ganador de mayor poder político: el crimen organizado. No obstante las previsiones legales del sistema electoral para financiar partidos y candidatos a fin de que no recurran al financiamiento de la delincuencia, éste se dio y en abundancia, según pruebas cada día más difundidas, que fiscalías y tribunales deberán analizar. En 1998, el presidente Zedillo nos invitó a desayunar en Los Pinos a los diputados Carlos Medina Plascencia, Francisco Paoli Bolio y un servidor –integrantes de la coordinación de diputados del PAN- para darnos a conocer resultados recientes de elecciones en Michoacán, donde el narcotráfico financió e impuso a alcaldes y logró puestos claves (tesoreros, directores de seguridad y de obras públicas) en ayuntamientos de la región de Tierra  Caliente; mencionó en lo particular en Aguililla y Aquila. Y nos sugirió considerar aumentar el monto de financiamiento a los partidos para evitar o inhibir el financiamiento criminal que genera un “narco-Estado” o “Estado fallido”. En siguientes presupuestos de egresos de la Federación se aumentó ese financiamiento, y la relación costo-beneficio democrático fue ganadora.

Este 2021 el crimen organizado se supo intocado, desató violencia política, y decidió volver a financiar campañas y comprar votos en los estados del Pacífico y del Golfo, y en San Luis Potosí. Obvio, no es gratis: exigirá otra vez cargos para obtener información, protección policial municipal, obras y recursos públicos,  y, sobre todo, seguir intocados en sus negocios ilícitos de narcotráfico, extorsión, trata, secuestro, huachicol y robo en carreteras: una poliarquía de varios poderes fácticos. Un sistema electoral potente, eficiente y costoso como el que nos dimos desde 1989, evidenció es vulnerable cuando los responsables de investigar y perseguir delitos del crimen organizado están inactivos por decisión presidencial.

Nuestra democracia está en serios problemas, además, porque el sistema político ha sido incapaz de responder a necesidades básicas de la población. A partir de 1991 avanzamos en ruta democrática. Según el estudio Latino-barómetro, la democracia alcanzó su apoyo más alto en la región en 1997, al llegar a 63%; disminuyó para 2001 al 48%. Se recuperó en 2010, al 61%. Desde entonces declina, al 48% en 2018. Crecen ciudadanos que se declaran indiferentes al tipo de régimen –democrático o dictatorial-, lo que va acompañado de un alejamiento de la política. Desencantados y frustrados se vuelven condición propicia para surgir populismos de izquierda o derecha. Estos indiferentes, cuando votan, producen cambios políticos sin lealtad ideológica ni partidaria, y con volatilidad, como vimos ahora (salvo Yuc., Gto., Qro. o Ags). Este 2021 avanzamos en participación  ciudadana (53%), pero programas clientelares del presidente López dieron votación a su partido. A la par, nuestra democracia ha conformado una nata de vividores de la política que han agravado la opacidad del poder, del espacio cerrado de oficinas burocráticas y de pasillos del poder para la toma de decisiones, sin ética, ni transparencia, ni rendición de cuentas. Nuestro sistema de partidos, así, es inviable, por los cacicazgos que tienen secuestrados a partidos (Marko Cortés compra su reelección dando coordinación de diputados a impresentable vividor de Cdmx -aliado de Mauricio Toledo en manejo de fondos por sismo de 2017-; en lugar de ratificar al exrector, exgobernador y actual coordinador Romero Hicks, con virtudes cívicas acreditadas). Así crece apatía política y dependencia clientelar de unos y otros basada en el interés individual. A construir y fortalecer escuelas y herramientas de ciudadanía, democráticas. (Milenio, Junio 30, 2021).

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