EPN, Tesis y plagio: Cómo empeorar las cosas

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Dijo Enrique Peña Nieto a los jóvenes reunidos en Palacio Nacional: «Yo hice mi tesis, tengo presente los estudios que hice; nadie me puede decir que plagié mi tesis». Esto merece la mejor cara de “What?” posible. Su explicación de la no existencia de computadoras y de escribir a mano y a máquina cuando hizo su tesis, no tiene nada que ver con poner en la misma algunos párrafos textuales completos de otros autores sin concederles el crédito correspondiente. Escribir es escribir.

De paso: Peña Nieto se tituló en 1991, y dice que entonces no había computadoras. De nuevo una cara de What? ¡Por supuesto que ya las había! Años antes ya las usaba yo mismo en mi trabajo. Si él no tenía una es otra cosa.

Dijo también EPN en Palacio nacional: “Que pude haber mal citado o no bien citado algunos de los autores que consulté, es probable que sí, tendría que aceptar que es un error metodológico, pero no con el ánimo de hacer mías las ideas de alguien más. Puede haber cometido algún error metodológico”.

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Esta explicación es INACEPTABLE. Incorporar a un escrito muchos, pero muchos párrafos de otros autores sin citarlos, no es un “error metodológico”, es una violación repetitiva a la ley, la que protege los derechos de autor. Si hubiera excluido la totalidad de las citas bibliográficas, podría pensarse en un gran y grave “error metodológico”, pero no fue así. Si no se daba cuenta de que estaba faltando a su obligación legal, habiendo cursado la carrera de Derecho, eso habla peor de él (y de su asesor de tesis). Algo curioso, dijo haber “mal citado o no bien citado” a algunos autores, pero excluyó otra frase que debió decir, que es el “no haber citado”. No “mal citó”, NO citó en muchos casos.

Si al redactar su tesis tenía o no el ánimo de hacer suyas todas esas ideas ajenas, ¿por qué no indicó el origen de las mismas en su tesis? ¿Por qué son tantas “ideas ajenas” incluidas en su tesis sin citar a sus autores? “Al mejor cocinero se le va un ajo”, reza un dicho popular. Pero ¿tantos ajos, digo párrafos textuales sin cita? No es creíble. ¿Y el asesor de tesis, qué hizo al respecto? Nada, a lo mejor ni leyó el escrito. El tesista (EPN) tenía que irle platicando al asesor de dónde salían los textos que iba redactando.

Si alguno o algunos de los autores o dueños de los derechos de autor, se querellan contra él dentro del plazo legal de doce meses contados a partir de que tuvieron conocimiento del hecho (este agosto de 2016), ¿podrá un juez aceptar la explicación de tratarse de “un error (muchos) metodológico” y sobreseer el caso? ¡Por favor, “abogado” Peña Nieto y sus exculpadores!

Ojalá los actuales y futuros tesistas aprendan una lección y tomen nota de que el plagio literario es cada vez más fácil de detectar. Si la Internet ayuda a localizar información, eso sirve tanto para hacer el “copy-and-paste” como para conocer los orígenes de los textos e ideas, y por tanto los posibles plagios.

Nada como dar explicaciones que en vez de aclarar y tranquilizar, hunden más al que las dice. El pez por su boca muere.


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