En que se diferencian sociedad y partidos

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Muchos ciudadanos se quejan de los partidos, lamentando su existencia sin percatarse que en realidad éstos son producto de nuestra propia sociedad, pues sus integrantes no vienen de otro mundo, sino de las escuelas, las viviendas y las zonas que esos ciudadanos habitan. Una persona que cometa un acto de corrupción en una empresa o en el Poder Legislativa es simplemente alguien corrupto.

Contrastes

Nuestra sociedad está compuesta por millones de individuos, los cuales comparten valores en común y reglas básicas –escritas y no escritas– que permiten una convivencia civilizada. Dentro de esta organización, los partidos políticos son los encargados de representar a una parte de la sociedad –de ahí su nombre– en los asuntos de gobierno mediante su participación en procesos electorales.

        Viene siendo costumbre ya, que en nuestra sociedad la valoración que hacemos de los partidos sea para colocarlos en la parte más baja de las consultas que se hacen sobre las instituciones que son más confiables, a la vez que las críticas que hacemos en contra de los institutos políticos se vuelvan demoledoras por las noticias que los colocan en el centro de escándalos ya sea por corrupción o por conductas alejadas de la ética.

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         Manifestaciones como el abstencionismo u otros fenómenos que buscan que la acción de votar se convierta en una de protesta, son parte de esa desconfianza que la sociedad siente por todo lo que huela o suene a partidos políticos, ni que decir de aquellas ocurrencias que se expresan en lemas como “haz patria, mata a un político”, lo que resume también otra característica que muchos de los integrantes de nuestra sociedad comparten, la intolerancia.

         Es aquí en donde nos debemos preguntar si esta sociedad que está insatisfecha y harta de los partidos, no es la misma que los prohijó, es decir, si el tricolor, el amarillo, al blanquiazul y demás fauna política no es producto de esa misma sociedad que tanto los crítica.

         Y es que también hemos visto la costumbre de culpar a otros por nuestros males, sin considerar que también somos parte del problema. Los partidos son reflejos de nuestra sociedad y negarlos no va a cambiar el resultado.

         Pensar que los políticos son una especie de raza extraterrestre que nos ha invadido, por lo que sus acciones no son parte de nuestra esfera de responsabilidades, es cerrar los ojos a una realidad a la que hemos ayudado a construir.

         Habría que preguntarnos, considerando que los partidos son un reflejo de la sociedad de la que emanan, si esto es parte de una dinámica social o si este tipo de problemáticas internas son propios de esta clase de instituciones, pues sus prácticas también pueden caber en lo que hemos aprendido dentro de nuestras casas o en los lugares a los que acudimos cotidianamente. Veamos.

         Lo que se podría comentar es que muchos mexicanos laboran en empresas en las cuales no se respeta a la persona y las contrataciones se dan a partir de criterios como el amiguismo, el nepotismo u otro tipo de intereses, y no de la capacidad de los aspirantes. Algo similar sucede en los partidos.

         Asimismo, hay compañías que buscan reducir al máximo los costos reduciendo prestaciones o buscando cualquier pretexto para despedir personal, además de que les niegan oportunidades a minorías como en el caso de los discapacitados. Los partidos no andan lejos de este tipo de prácticas.

         De igual manera, todos hemos conocido una historia de algún directivo o jefe en la iniciativa privada que se comporta con prepotencia, humillando a sus empleado y provocando que en periodos cortos renuncien sus colaboradores cercanos, de forma similar a como se comportan algunos dirigentes partidistas o legisladores.

         Ni que decir de las personas que no respetan en la vía pública a las demás, que buscan colarse en las filas, pagar una mordida para ahorrarse tiempo o no recibir una multa, parecido a como los partidos buscan ganar elecciones comprando votos o a aspirantes a candidatos independientes que adquirieron firmas hasta de muertos.

         Los partidos no son entes lejanos y sin relación alguna con nuestra sociedad, al contrario son su reflejo. Tratar de culparlos de los problemas que vivimos es sólo un intento por transferir la culpa a otros. En la medida en que hagamos una mejor sociedad, tendremos mejores instituciones, partidos incluidos, pues para que se acaben fenómenos que nos indignan, como la corrupción, es necesario que todos participemos.

Del tintero

Es curioso, en la prensa mexicana hay más preocupación por el futuro inmediato de Manlio Fabio Beltrones luego de su renuncia a la presidencia del PRI, que en lo que suceda en Europa por la consulta del Brexit de la Comunidad. En el primer caso, su destino poco va a afectar la paridad del peso con el dólar –y en otras variables económicas–, en tanto que el segundo tema puede tener un impacto directo en la cotización –aunque los datos al cierre de esta columna indicaban que ganaba la permanencia en la UE, para tranquilidad de los mercados–, pero como nos gusta más el chisme local…

 

Twitter: @AReyesVigueras


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