Elección de los presidentes del PAN: historia de contrastes

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En su vida política, el PAN ha contado con 21 presidentes de su Comité Ejecutivo Nacional. El próximo 16 de agosto, con el voto directo de sus militantes, se elegirá al número 22 de entre Javier Corral Jurado, senador con licencia, y Ricardo Anaya Cortés, diputado federal también con licencia. En la relación de las elecciones para dirigente nacional, el recuento nos indica que en 4 ocasiones se ha presentado un candidato único, en tanto en 8 oportunidades una dupla ha buscado la otrora jefatura nacional.

Los inicios: sin competencia

 

Cabe mencionar que en la historia de los presidentes nacionales del Partido se debe marcar un antes y un después en la forma en que son electos, pues es hasta 2014 en que el voto directo de los militantes, merced a una reforma a los estatutos panistas, cambia la forma en que se realizaba la renovación de la dirigencia nacional. Anterior a ese año, el Consejo Nacional era el órgano encargado de votar a quien encabezara el Comité Ejecutivo Nacional azul.

Desde su fundación y hasta 1949, Acción Nacional estuvo encabezado por Manuel Gómez Morin. La decisión tomada resultó lógica, habida cuenta de su esfuerzo para organizar a un nuevo partido político en un contexto en el que la competencia política era escasa.

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En 1945, el Consejo Nacional fue consultado sobre la conveniencia de nombrar a un nuevo presidente nacional, siendo reelegido don Manuel sin otro candidato que le hiciera sombra. En 1949, el propio Gómez Morin señaló la necesidad de que se renovara el liderazgo y el Consejo designó a Juan Gutiérrez Lascuráin como el segundo Jefe Nacional. En esta ocasión, fue propuesto también Antonio L. Rodríguez, destacado militante de Nuevo León.

Gutiérrez Lascuráin obtuvo su reelección en 1950. La tradición, hasta ese momento, marcaba que en plena sesión de Consejo Nacional se lanzaban las candidaturas, se argumentaban a favor de los candidatos y se votaba, aunque en 1945 y 1950 no se presentara más que un prospecto.

Para 1956, Alfonso Ituarte Servín es electo como tercer presidente. El Consejo presenció la presentación de las candidaturas de Rafael Preciado Hernández, Manuel González Hinojosa, José González Torres y Eduardo Limón Lascuráin, además de la ganadora.

En 1959, por primera vez en su historia, el Consejo Nacional eligió en sesión pública a un Presidente Nacional en la persona de José González Torres. También fue la primera ocasión en que se presentaron 8 candidatos: Luis H. Álvarez, Alfonso Ituarte Servín, Manuel Sierra Macedo, Rafael Preciado Hernández, Jesús Hernández Díaz, Felipe Gómez Mont y Manuel González Hinojosa completaron el elenco junto al propio González Torres.

Inicia la competencia

En 1962 Adolfo Christlieb Ibarrola compitió junto a Jesús Sanz Cerrada y Manuel Ulloa Ortiz, resultando ganador. Eran los tiempos en que la diputación panista crecía y el Partido debatía en su interior nuevos rumbos en la conducción política, particularmente en lo que se refiere al diálogo con el gobierno. Don Adolfo obtuvo su reelección en 1966, pero no de una manera sencilla. Siendo el único que había manifestado su deseo por reelegirse, durante la sesión de Consejo el diputado Francisco Quiroga propuso a Manuel González Hinojosa como candidato, en tanto que Aurelio Gómez Membrillo hizo lo propio con José González Torres.

Ambos prospectos declinaron, pero los postulantes se pronunciaron por un cambio en la jefatura nacional. “Quiroga aclara que lo único que le movió a proponer la candidatura de González Hinojosa fue su convicción de que sería un ‘jefe más idóneo’. No lo hizo tampoco por creer en deficiencia o porque desconozca la capacidad de Christlieb; él quiere un jefe mejor”, reseñó La Nación en su edición 1199 del 15 de febrero de 1966.

La sesión terminó con Adolfo Christlieb Ibarrola elegido por aclamación. Pero en 1968, Christlieb presenta su renuncia al cargo. La enfermedad que padecía tras el gran esfuerzo que hizo por encabezar el partido minó su fortaleza y ese año Ignacio Limón Maurer asume la conducción del partido como jefe nacional para terminar el periodo.

En 1969, Manuel González Hinojosa logra ganar la elección para ser presidente nacional del PAN. Anteriormente lo había intentado en 1956 y 1959 sin éxito. Su perseverancia le concedió frutos ganando en una primera ronda con 101 votos contra 50 de Astolfo Vicencio Tovar.

En 1972, José Ángel Conchello Dávila alcanza el triunfo en una primera ronda. Sus contrincantes fueron Guillermo Ruiz Vázquez y Diego Fernández de Cevallos Ramos, quienes obtuvieron 32 y 4 votos, respectivamente, por 114 de Conchello.

Así comenzó la década de los 70 para el PAN, pero faltaría un trago amargo que motivó una de las peores crisis en su historia. Esta época significó el surgimiento de los grupos que se fueron convirtiendo en uno de los males del Partido. Los enfrentamientos al interior del mismo comenzaron en estos años y no se aprendió la lección, ni en sus militantes ni en sus dirigentes.

Acción Nacional había realizado la renovación de su dirigencia nacional sin sobresaltos o aspectos que reflejaran problemas en su interior, a pesar de la oposición que tuvo Adolfo Christlieb a fines de los 60, pero todo eso cambio en 1975, cuando el enfrentamiento entre dos de sus principales líderes generó una crisis en su interior que provocó interrumpir su participación en los comicios presidenciales con candidato propio.

Ambiente de división

El año de 1975 representó una etapa difícil. Federico Ling Altamirano esbozó unos trazos de lo sucedido en ese año, a través de su obra A trasluz: apuntes para una biografía de Carlos Castillo Peraza: “muchos de los viejos consejeros recordaban las espinosas circunstancias en que en 1975 se eligió Presidente. Las figuras centrales del drama: José Ángel Conchello y Efraín González Morfín, dos personajes de primera magnitud en la historia de Acción Nacional. Se configuraron en torno de ellos dos constelaciones de consejeros nacionales claramente distintas, dos enfoques y actitudes distintas que, unos meses más tarde, habrían de protagonizar la división más dolorosa que ha sufrido el Partido”.

En la sesión de ese año, fueron propuestos Luis H. Álvarez, José González Torres, así como Conchello Dávila y González Morfín, excandidato presidencial en 1970. Los dos primeros declinan y es entonces que los restantes se enfrascan en cinco rondas de votación sin que alguno alcance el 65% de los sufragios que marcan los estatutos para declarar presidente electo: A las 2 de la tarde con 20 minutos comienza la primera ronda, Conchello logró 77 votos por 110 de Efraín –Conchello planteó retirar su candidatura, pero sus partidarios se negaron–; la segunda no ofreció variantes, 79 por 108, respectivamente; la tercera transcurrió de la misma forma: 77 a 109; a las 16:45 horas la tercera ronda con un marcador similar, 75 a 108. Se propuso que la quinta fuera con voto secreto, el Consejo asintió y el resultado varió poco, 70 a 109. José Ángel Conchello renuncia a la candidatura y en una votación nominal Efraín González Morfín obtiene 124 votos y la presidencia del Partido.

Al apretado triunfo, vendría para González Morfín un nuevo problema. Como una consecuencia del fracaso de la Convención Nacional en la que se debía elegir al candidato a la Presidencia de la República del Blanquiazul, el 10 de diciembre de 1975 renunció al cargo. Entre las causas que aduce, señaló “la presencia multiplicada de problemas disciplinarios dentro de Acción Nacional, en un ambiente de división”; Raúl González Schmal asumió la dirigencia nacional y convoca a una nueva sesión de Consejo Nacional para el 21 de diciembre.

En esta, se propone al propio González Schmal y a José González Torres, quienes finalmente declinan, así como a Manuel González Hinojosa, quien es electo por aclamación. La historia de este capítulo se cerró el 25 de enero de 1976, nueva fecha para la elección del candidato presidencial. Nuevamente Pablo Emilio Madero y Salvador Rosas Magallón protagonizaron 7 rondas de votación sin que se llegara a una definición. El PAN, en la campaña electoral de ese año, se quedó sin candidato presidencial.

Aguas a su cauce

González Hinojosa logró calmar los ánimos panistas y el partido regresa a su vida institucional.

En 1978, Abel Vicencio Tovar triunfó en la sesión de Consejo, en la que también participaron Jacinto Guadalupe Silva Flores y Diego Fernández de Cevallos. Fueron dos rondas de votación; en la primera, Vicencio Tovar obtuvo 70 votos, por 54 de Silva Flores y 13 de Fernández de Cevallos; la segunda, definitiva, le dio a Vicencio 74 sufragios por 63 de Silva, quien se retira de la contienda. Abel Vicencio repitió en el cargo en 1981, en una elección en la que participaron Carlos Castillo Peraza, Sergio Lujambio y Jacinto Guadalupe Silva.

Otra interesante competencia interna tiene lugar en 1984. Pablo Emilio Madero logró el triunfo frente a Edmundo Gurza, Jesús González Schmal y Carlos Castillo Peraza. La elección se realizó en dos rondas: la primera dio 8 votos para Gurza, 33 para González Schmal, 26 para Castillo Peraza y 131 para Madero Belden; la segunda otorgó 177 votos para Pablo Emilio.

La elección de Luis H. Álvarez como jefe nacional, en 1987, se vio marcada por una intensa competencia. El jefe nacional en funciones, Pablo Emilio Madero, buscó su reelección, llegando al Consejo Nacional con un panorama que preveía una cerrada contienda, en la que también participó Jorge Eugenio Ortiz Gallegos. La sesión reflejó este hecho: la primera ronda mostró una escasa diferencia: 82 votos a favor de Luis H. Álvarez, por 73 de Madero y 30 de Ortiz Gallegos. En la segunda ronda, la diferencia fue de apenas 10 votos, 98 a 88 a favor de don Luis. Previo a esta ronda, ambos candidatos acordaron respetar el resultado, a fin de evitar “enconadas e interminables rondas de votación”, como escribió Federico Ling. Así, la tercera y última ronda termina con la declinación de Madero y 159 votos para

En 1990, don Luis logra reelegirse con 139 votos a favor y 69 en contra, del otro candidato, Gabriel Jiménez Remus, exembajador de México en Cuba. Se trató de una elección compleja, de acuerdo al testimonio de Ling Altamirano, quien recordó que “lo que estaba de por medio, en resumen, era la forma de conducir el Partido”.

Regularidad y cambio

Carlos Castillo Peraza logra, por fin, ganar la presidencia del Partido en 1993 teniendo como contendientes a Alfredo Ling Altamirano y Rodolfo Elizondo Torres. Castillo resultó electo después de tres rondas de votación, la primera con 89 votos, 65 para Ling y 47 para Elizondo; la segunda cambió el panorama: 101 de Ling por 99 de Castillo.

Previo a la tercera ronda, según relato de Federico Ling –amigo de Carlos y hermano de Alfredo–, “Por parte de Carlos estaba previsto que hablara, si era el caso, Gabriel Jiménez Remus. A la pregunta del presídium: Por Castillo Peraza ¿quién habla? Gabriel comenzó a incorporarse de su silla… en eso, pasó Carlos junto a él, le puso afectuosamente la mano en el hombro y le dijo: ‘¡Voy, yo gano o yo pierdo!’ y avanzó hasta el pódium para pronunciar un discurso muy bueno a favor de un ‘Partido con alma’”.

El efecto de sus palabras se reflejó en el marcador: 109 votos contra 91 votos de su rival, quien se sumó a Castillo y pidió al Consejo hacer lo mismo, sin tener que pasar a otra votación.

Castillo Peraza llevo como secretario general a Felipe Calderón, quien buscó la presidencia del CEN en 1996. El competidor fue Ernesto Ruffo Appel y se resolvió en la primera ronda a favor del ex Presidente de México.

En 1999, Luis Felipe Bravo Mena ganó la presidencia del PAN contra Ricardo García Cervantes. Bravo Mena logro reelegirse en 2002 al competir con Carlos Medina Plascencia. Previo a la ronda de votación, ambos acordaron respetar el resultado de la primera ronda, resultando ganador Bravo Mena.

Para 2005, el exsecretario general, Manuel Espino Barrientos, se presenta en busca de la jefatura nacional del CEN, al igual que Carlos Medina Plascencia, Alejandro Zapata Perogordo y Juan José Rodríguez Prats. En la primera ronda, para sorpresa de muchos, Espino queda en primer lugar. La segunda, únicamente con dos candidatos –Espino y Medina–, es también favorable al primero. Un pacto hace innecesaria una nueva ronda.

El 8 de diciembre de 2007, tras Espino adelantar su salida de la presidencia, se elige a Germán Martínez Cázares como dirigente nacional. La llegada del exsecretario de la Función Pública, como candidato único, generó especulaciones por la intervención del Ejecutivo Federal. En la sesión, Martínez fue electo con el 330 votos de un total de 341, 96.7%, pues hubo 11 abstenciones registradas.

Pero la presidencia de Martínez duraría la mitad del período para el que fue electo. Luego de realizar un despido masivo de personal del CEN, bajo el pretexto de colocar gente de los nuevos titulares de secretarías, y de implementar medidas en su beneficio –como no permitir que otras personas ocuparan el ascensor cuando él se dirigía a su oficina–, Martínez enfrentó una derrota en las elecciones de 2009, por lo cual presentó su renuncia ante Calderón. El relato está en Nexos, Ética de la dimisión.

El 8 de agosto de 2009, de nuevo se presenta un candidato único y, otra vez, surgido del grupo cercano al mandatario. César Nava Vázquez, exsecretario particular de Calderón, es electo en una sesión con 348 consejeros nacionales, 290 votos a favor y 39 nulos, 19 consejeros no emitieron su sufragio.

El 4 de diciembre del 2010, se cita al Consejo Nacional para elegir a un nuevo presidente. Compiten 5 aspirantes, Blanca Judith Díaz Delgado, secretaria nacional de Promoción Política de la Mujer; Cecilia Romero Castillo, ex directora del Instituto Nacional de Migración; Gustavo Madero Muñoz, en ese momento senador; Roberto Gil Zuarth, diputado federal, y el exgobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña.

La elección se resolvió en una primera ronda con 366 consejeros, en la que Madero obtuvo 129 votos por 122 de Gil, dejando en tercera posición a Romero con 57, Ramírez Acuña con 45 y Díaz Delgado con 14. Si bien se había anunciado una segunda ronda, incluso con un par de discursos a favor de Gil y Madero, la declinación de Romero Castillo y Ramírez Acuña hizo que Gil hiciera lo mismo. Madero es electo por aclamación.

En 2013 se llevó a cabo una reforma de estatutos, en la XVII Asamblea Nacional Extraordinaria, para que el voto directo de los militantes eligiera al dirigente nacional. Acción Nacional creo una comisión encargada de organizar la elección interna, además de revisar el padrón.

Cecilia Romero –como secretaria general del Partido–, fue la primera mujer en dirigir el PAN entre el 2 de marzo y el 18 de mayo de 2014 con motivo de la solicitud de licencia del presidente del Partido quien buscaba ser reelecto.

Así, con un padrón de 165 mil 256 militantes, Gustavo Madero Muñoz obtuvo su reelección con 93 mil 25 votos a favor, 57.14% de la votación nacional, frente a 69 mil 767 sufragios, 42.86% del total, del senador Ernesto Cordero Arroyo. Se registraron 2 mil 464 votos nulos.

Poco más tarde, al solicitar licencia para buscar una candidatura plurinominal para la Cámara de Diputados, Ricardo Anaya se desempeñó como presidente interino del 30 de septiembre de 2014 al 20 de enero de 2015, por ser secretario general al momento de la licencia.

En esta ocasión, el 16 de agosto es la fecha para que se elija al segundo dirigente nacional con este mecanismo –y un padrón de más de 470 mil militantes– de entre el propio Ricardo Anaya y el senador Javier Corral Jurado. Cómo se aprecia, una nueva página en la historia del panismo está por escribirse.

 


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