No es fácil de aceptar porque no es el sexenio más popular que México ha tenido en los últimos 40 años, pero Carlos Salinas ha vuelto al poder por sus fueros. Si bien la Constitución limita a seis años el periodo de gobierno de cualquier individuo, no establece limitantes para que lo haga a través de un tercero. No está claro si este tercero lo aceptó por ingenuo, porque lo requirió para ganar o porque comparte intereses…
Peña nunca aceptará reconocer que su programa de gobierno en realidad no es propio. Tampoco que bastantes de los personajes que nombró para gobernar con él no son en realidad sus pupilos sino personeros del antiguo régimen o parientes políticos de éstos. Aunque se siente heredero de un grupo político local que irrumpió triunfalmente en la política de su partido, prefirió apoyarse en un tlatoani poderoso, pero alejado del sentimiento popular. Incluso su programa carretero es copia al carbón -incluida la forma de hacer negocios- del de 1988-94.
Durante aquel sexenio a México lo endeudaron calladamente para cumplir con los programas gubernamentales, y si bien tuvo varios tropiezos en el quinto año de su gobierno, logró terminar a tambor batiente. Aunque lo hizo con altos índices de aprobación, el gusto le duró poco: 20 días después se dio una devaluación catastrófica que dio fin a su popularidad. Desde entonces mantiene un perfil bajo y sólo actúa a través de terceros.
Este sexenio está también endeudando a México, también para cumplir con sus programas de gobierno, entre ellos el carretero. Aún si logra terminarlo, es de dudarse que genere los ingresos suficientes para pagar a corto plazo la deuda, y puede que también conduzca a otra devaluación. Este gobierno no goza ni por asomo del índice de aprobación de Salinas, y si no corrige, terminará aún peor.
El reciente cambio de director de PEMEX ha sido la joya de la corona. El nuevo director no tiene la más mínima experiencia en el negocio petrolero, pero es cuñado del ex presidente Salinas, y eso es suficiente. Había tenido un buen desempeño como director del ISSSTE, pero su mayor valía era ser pariente de CSG. Y más que reemplazó al hijo de quien había sido director de la paraestatal en tiempos del expresidente.
No es el único caso: la Secretaria de Relaciones Exteriores nombrada en septiembre del año pasado llegó al puesto con la sola cualidad de haber sido Secretaria de Turismo. Claro, además de ser hija de la hermana de CSG. Sin más experiencia previa se convirtió en la conductora de la política exterior de un país que se precia de independencia ante los grandes poderes mundiales, pero ella es incondicional del tlatoani.
Otros casos de Secretarios de este gobierno también están ligados al sexenio de CSG: Pedro Joaquín Coldwell, de Energía, y Secretario de Turismo en aquél sexenio. Mercedes Juan, hasta hace poco Secretaria de Salud, fue Subsecretaria en esa entidad en tiempos de CSG. Ildefonso Guajardo, Secretario de Economía fue funcionario de la Secretaria de Programación y Presupuesto cuando CSG era Secretario y cuando éste fue Presidente ocupó diversos puestos de importancia en tres Secretarías. Rafael Tovar y de Teresa, flamante Secretario de Cultura, fue Coordinador Internacional de CONACULTA en esos tiempos.
Un caso más prueba que la relación Peña Nieto-Salinas es más que coincidencia: Emilio Gamboa, director del INFONAVIT, del IMSS y Secretario de Comunicaciones de Carlos Salinas es ahora coordinador del PRI en el Senado de la República. Veamos que viene ahora.
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