El partido independiente

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Se habían tardado. Nunca faltan cuando sale alguna propuesta loable —que se entiende lógicamente que algunos hayan sido sus creadores o principales impulsores— quienes se quieran adueñar de la misma. Es el caso de las candidaturas independientes. En días pasados se publicó en diversos diarios un desplegado a favor de estas candidaturas, de quitar las trabas donde las hay, y de generar una «cancha pareja» para la competencia electoral de aquell@s que no quieran, o no los dejen, ir por medio de los partidos políticos.

Para nadie es un secreto que tengo candidata, con partido o sin él, para 2018. Fui uno de los firmantes del desplegado porque me pareció puntual, justo, que abona a fortalecer nuestra vida democrática y que hace equitativa la competencia electoral. Lo que no sabía era lo que venía de atrás del desplegado: la independencia ya tiene dueños, o lo que es lo mismo, ya tiene partido. Entusiasmados por el éxito de estas posibles candidaturas, varios de los organizadores del desplegado nos hicieron saber a través de filtraciones, entrevistas y reportajes (Excélsior, 28/09/15) de reuniones para diseñar el rumbo de estas candidaturas. La reedición del grupo San Ángel, el regreso de los agoreros del «choque de trenes», los adoradores de la transición de los 90, convertidos ahora, con algunas bajas y algunas adiciones, en los paladines de la independencia.

Las citas fueron en casa de Diego Fernández de Cevallos (por lo que bien podría llamarse el Grupo Virreyes que quedaría bien por varias razones). Debo decir que entre los asistentes varios me privilegian con su amistad y confianza. Ahí, se discutieron varias cosas y se aprestan a preparar los lineamientos de lo que debe ser una candidatura independiente de la que ellos serán una suerte de «gran elector». Hay que decir que todos han dado mucho al país con sus textos e ideas. Castañeda luchó para hacer realidad las candidaturas sin partido, pero de ahí a que sean ellos el órgano que otorgue la solvencia y el camino que debe recorrer una candidatura, no creo que muchos estén de acuerdo. Por ejemplo, ellos han decidido —así lo han hecho— crecer a López Obrador y su candidatura alertando histéricamente con las posibilidades del Peje. Parece ser que para ellos no hay posibilidad de definición si no es un «anti». Mala cosa para cualquier aspirante si tiene que dejar a un lado sus atributos. No quieren una candidatura independiente, quieren un antipeje y eso es una gran diferencia.

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Estamos pues, ante la creación del Partido Independiente. Que ya tiene un CEN y domicilio en las Lomas. Como todo partido tiene sus doctrinarios y sus «neoindependientes». Pronto tendrán estatutos porque ya tienen directrices. Incluso tienen ya sus especialistas electorales y sus cuotas, pues invitaron a una mujer. Hace como partido, camina como partido y se mueve como partido. Eso es un partido. No mamen.


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