Si al inicio de su vida como partido, Acción Nacional hizo de la denuncia de la corrupción en el gobierno una de sus banderas, en la actualidad tiene que responder por esas mismas acusaciones en contra de legisladores y gobernantes emanados de sus filas. El nombramiento de Luis Felipe Bravo Mena al frente de una comisión anticorrupción al interior del PAN, puede tener el mismo destino que otras iniciativas similares, como la que se formó para investigar el tema de los casinos.
Igual a los demás
El PAN, ni duda cabe, fue transformado por el ejercicio del Poder. Tras 12 años en la Presidencia de la República, y desde 1989 en gobiernos estatales, el partido cambio radicalmente. Una de las facetas de dicho cambio tiene que ver con el tema de la corrupción.
Desde hace varios años, las acusaciones en contra de distintos militantes del Partido por temas relacionados a la corrupción ha sido una constante en espacios periodísticos. Para Acción Nacional, acostumbrado a denunciar pero no a defenderse, este escenario supuso un reto que no se ha sabido enfrentar.
En varios diagnósticos que al interior del Partido se han elaborado, en particular luego de derrotas electorales, el tema sale a flote al igual que algunas recomendaciones en ese sentido. Pese a esto, poco se ha hecho para tratar de resolver la situación, mucho menos para endurecer el código de ética que tiene el blanquiazul, tema en el que fue pionero pero que no ha servido de mucho.
Los temas a este respecto se acumulan, para desgracia del Partido, sin que se dé una respuesta satisfactoria para los ciudadanos.
Una pequeña revisión, nos dará una idea del desafío para el panismo: respecto a los legisladores, tanto locales como federales, está el tema de los famosos “moches” y la no aclarada fiesta en Villa Balboa, así como el hecho de que en varias legislaturas estatales los diputados locales han sido acusados de recibir dinero del gobierno de la entidad, como fue el caso de Michoacán en la administración de Leonel Godoy.
Asimismo, algunos gobernadores azules dejaron el cargo en medio de acusaciones, como el caso de Juan Manuel Oliva o Patricio Patrón, en Guanajuato y Yucatán respectivamente, pues en el caso del primero el diario local AM ofreció abundantes alegatos acerca de las irregularidades del mandatario. El más reciente, tiene que ver con Guillermo Padrés en Sonora, con acusaciones que van desde desvíos hasta el tema de la presa en su rancho sin los permisos adecuados.
En el caso de la Presidencia de la República, asuntos como las acusaciones a los hijos de la exprimera dama, Marta Sahagún, así como lo relacionado a la Estela de la Luz o el tema de Pemex y Oceanografía –incluso con algunos libros publicados al respecto, que trataron de probar las irregularidades–, quedan para un listado que haría enfurecer a los fundadores del Partido.
Otro asunto que ocupó distintos espacios en medios, fue el relacionado a los permisos otorgados para establecer casinos y la relación con Juan José Rojas Cardona, a quien se le acusa de financiar campañas de candidatos panistas.
A este respecto, tal fue el impacto en el Partido, en particular por la cantidad de denuncias, que se formó una comisión para investigar el tema y deslindar responsabilidades, sólo que varios de los funcionarios involucrados ignoraron las peticiones de dicha comisión que no llegó a nada práctico, sólo algunas recomendaciones.
Tomando en cuenta los antecedentes, la labor de Luis Felipe Bravo Mena puede enfrentarse a una situación como la descrita como la del párrafo anterior.
Como comentamos en una colaboración anterior, probar las acusaciones de corrupción es una labor muy complicada, cuando no difícil. Por comentar un ejemplo, tenemos el caso de Jorge Romero cuando fue jefe delegacional en Benito Juárez. El ahora coordinador de diputados locales del PAN en la ALDF, fue señalado por comprar un penthouse con descuento de uno de los desarrolladores inmobiliarios en su demarcación, lo que de acuerdo a varias publicaciones implicaba el pago de favores recibidos en el otorgamiento de permisos. No obstante las denuncias, no se pudo probar la comisión de algún ilícito.
Al igual que en el tema de los casinos, u otros similares, el Partido no ha podido probar algún delito, mucho menos expulsado a algún militante implicado o señalado en ese tipo de temas.
El gran reto de este tema en el actual contexto para el PAN, es demostrar a la ciudadanía que el Partido es capaz de atender las denuncias y proceder para limpiar al instituto político. Mientras las denuncias continúen y la inacción prosiga, Acción Nacional seguirá siendo un partido considerado como uno más del montón.
Migajas
Felipe Calderón, en entrevista con El Financiero, señaló que si en el PAN le hace trampa a Margarita Zavala en su búsqueda de la candidatura presidencial en 2018, la apoyaría aún como independiente, como vera las cosas al interior del Partido para hacer tal declaración,
Otro de los temas que sonarán el año que entra, son las alianzas con el PRD. Por lo pronto, Ricardo Anaya mostró su beneplácito a este respecto.
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