¿De qué hablar cuando no se quiere hablar del Papa?

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Mañana, y durante cinco días más, el Papa Francisco será el centro de atención de medios y redes sociales. De madrugada, tarde y noche nos enteraremos qué desayunó, quién le llevó serenata, las reacciones de la gente durante los recorridos y los actos que oficiará, así como las apariciones de nuestros políticos para tratar de aparecer en una fotografía al lado –o al menos cerca– del Sumo Pontífice. Pero si usted es de los que ya se cansaron del tema, aun antes de la llegada de Francisco, y quiere entretenerse en otros temas, aquí le preparamos una guía para que dedique su tiempo a otros menesteres.

Temas serios

Esta guía la dividimos en una parte seria y una no tanto, para darle opciones respecto a temas de los cuales hablar cuando no se quiere hablar del Papa. Si usted es de los que piensan que la visita del representante de la Iglesia Católica es una cortina de humo para ocultar los temas más importantes, puede empezar a practicar con este catálogo de asuntos.

Así, en primera instancia, puede presumir sus conocimientos sobre economía y alertar a sus amigos o familiares acerca de los que implica tener un dólar que se acerca a los 20 pesos por unidad, recordando –para que no digan que es un alarmista o amargado– que si bien las importaciones de electrónicos nos van salir más caras, hay que mencionar lo bien que lo están pasando los exportadores, sobre todo de materias primas, y las familias que reciben remesas de nuestros paisanos. Sólo prepárese por si empiezan las comparaciones con Andrea Legarreta.

Además, puede adelantarse a la temporada de campañas, comentar como están quedando los candidatos para las 12 gubernaturas que estarán en juego en junio próximo y organizar una quiniela sobre los resultados. La recomendación aquí es no apostar por la oposición en entidades como Hidalgo, pues no hay que regalar el dinero.

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Otros temas que puede abordar relacionados con la política, es tratar de adivinar quién será el próximo priísta que será convertido por López Obrador, cómo está pasando su vida Marcelo Ebrard en Europa, si Ricardo Anaya conservará el mismo corte de cabello para el siguiente spot o si habrá algún otro cambio en el gabinete en lo que resta del año.

También puede organizar un debate acerca de si era mejor adquirir un Airbus en lugar del Boeing 787 que se usará para los viajes presidenciales, documentándose antes acerca de los modelos existentes para tener una discusión amplia en este campo.

Adicionalmente, puede empezar a especular acerca de si le darán el Oscar a Leonardo de Caprio o si todo será un complot para negarle el reconocimiento al protagonista de El Renacido.

En la parte no tan seria, puede comenzar a mostrarse como un experto en el catálogo de Netflix y recomendar series y películas que se pueden ver en línea, además de ofrecer opciones de series y películas que uno puede encontrar –y que no lo hace por flojera– en redes como YouTube.

De igual manera, puede organizar un ciclo de cine religioso proponiendo títulos como El Exorcista, El Crimen del Padre Amaro, Philomena o, ya de pérdida, cintas como Legión de Ángeles, La Profecía o El Exorcismo de Emilie Rose –así como los filmes similares a este último.

También puede comentar de tecnología y tratar de visualizar el futuro de los celulares, de las computadoras y de las tabletas, así como de los conocidos como gadgets y, como no queriendo, sugerir cual podría ser un buen regalo para usted para la próxima temporada navideña, señalando la ventaja de que hay tiempo para ahorrar y conseguir el dispositivo de su elección.

También puede acercarse a los deportes, pidiéndole a sus amigos o compañeros de trabajo que imaginen cómo serían los equipos de la NFL si fueran mexicanos, tratando de idear la sede y el nombre local de los Vaqueros de Dallas o de los Halcones Marinos de Seattle. ¿Serían los Vaqueros de Coahuila o los Halcones Marinos de Ciudad del Carmen?

También puede hacer la prueba de preguntar en medio de la comida o reunión familiar, si ya presentaron su #3de3, y escuchar –reprimiendo su risa– los motivos que dan para no haberlo hecho, para lo cual antes debió anunciar que a partir de este año va a ser obligatorio para todos, aunque sin aclarar que es sólo una iniciativa para los políticos.

Finalmente, si se encuentra cerca de alguien que quiere comentar algún tema religioso, sólo recuérdele aspectos como la vida de Marcial Maciel, recomiéndele ver la película Spotlight (En primera plana), o de perdida alguna de la serie del Código Da Vinci. Eso podría ayudar a que la tensión y el tema cambien o al menos a que usted se divierta.

Del tintero

Hoy, 11 de febrero, se dedicó el día a los enfermos, como una forma de llamar la atención acerca de los tratos que reciben, en particular en un sistema de salud público como el nuestro, en el que pueden pasar semanas antes de recibir atención, para luego encontrarse con la sorpresa de que no hay medicinas. Lo lamentable, en este caso, es que la corrupción –origen de parte de la situación descrita en este párrafo– no es una enfermedad, y si lo fuera, no se encontraría aún una medicina para curarla.



Twitter: @AReyesVigueras


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