Sin lugar a dudas la agenda en materia de derechos humanos ha sido una de las más complicadas de atender en la Ciudad de México. Las constantes violaciones por parte del gobierno y el desprecio mostrado por la actual administración, requieren una persona al frente de la Comisión de Derechos Humanos comprometida con la agenda y dispuesta a trabajar por ello.
Es así que llegamos a un momento crítico en la definición del futuro de los derechos humanos en la capital del país: la designación del próximo Ombudsperson, y el proceso debería atraer la atención de todos. En este contexto, tenemos en puerta en el Congreso de la CDMX la responsabilidad de elegirá a quien ocupará el cargo, de lo cual se desprenden dos posibilidades únicas: continuidad o renovación.
Por un lado, la posibilidad de reelección de la actual titular de la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX, Nashieli Ramírez, o la opción de renovar la dirigencia con una nueva propuesta. Sin embargo, a continuación expondré el porqué considero que la estrategia correcta es la continuidad.
Durante su actual gestión, Ramírez acompañó mi petición para emitir recomendaciones para mejorar la logística y condiciones en los centros de vacunación, logrando una mejora en la atención y calidad de los tiempos de espera; apoyó el plan de consulta a la Ley del Sistema de Planeación de Desarrollo, ayudando al Congreso a realizar los foros que después fueron mutilados por Claudia Sheinbaum.
Ha sido objetiva, ecuánime y confiable. Su vigilancia al cumplimiento de la ley en materia de derechos humanos ha sido puntual, señalando cuando se cometen abusos y atropellos, trabajando de cerca con víctimas y autoridades.
Por supuesto, como en cualquier administración, hay pendientes. Por ejemplo, no ha logrado la actualización de protocolos de actuación para la seguridad de los periodistas en cobertura de protestas o marchas.
Sin embargo, me queda claro que los logros son mayores a los pendientes. Cuenta también con el respaldo de organizaciones civiles que han manifestado su deseo de continuidad con sendas cartas de motivos enviadas al Congreso. Ha hecho labor de concertación e interlocución cuando el gobierno carecía de ello y se había quedado sin diálogo, logrando ser una válvula de atención y despresurización social. En otras ocasiones ha tenido que hacer el trabajo de la Secretaría de Gobierno.
Mujer proactiva en varios temas y no una estatua de sal. Por lo cual votaré a favor de su continuidad, lo cual ya se refleja desde el dictamen aprobado en comisiones. Tiene aciertos y tiene pendientes, es cierto, pero cuenta con todos los méritos para terminar con ellos en una segunda gestión.
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