Durante el proceso electoral actual, la elección a la que se le ha dado mayor atención por parte del público es la de diputados federales, de la mano de las de gobernadores. Sobra decir que la renovación de la Cámara de Diputados es de la mayor relevancia, ya que no sólo se juega una agenda legislativa, sino la continuidad de un proyecto fundado en el autoritarismo, la mentira y la demagogia, antidemocrático e incompetente frente a los enormes retos del país, o la posibilidad de ponerle un freno a las ocurrencias que están llevando a México décadas atrás. Pero la elección de congresos locales no es cosa menor. Es ahí donde se aprueban cambios a la Constitución previamente aprobados por el Congreso de la Unión, se aprueban los presupuestos estatales y municipales, se presentan iniciativas ante el Congreso federal, se aprueban las cuentas públicas de gobernadores y presidentes municipales, se nombran autoridades de otros poderes y órganos autónomos estatales y se legisla sobre cualquier asunto que no esté reservado al Congreso federal. La lista de temas es enorme y el impacto de la legislación y el presupuesto sobre las y los ciudadanos es mucho más directo.
Por otro lado, desde las trincheras legislativas locales también se han gestado atentados a la democracia como la ampliación del mandato del gobernador de Baja California de dos a cinco años, que fue declarada inconstitucional, la destitución de cinco legisladores y la amonestación de tres, todos de partidos opositores a Morena, por la mayoría de dicho partido en el Congreso de Baja California Sur o la modificación de la mayoría calificada de 14 a 13 votos en el Congreso de Morelos, que también fue declarada inconstitucional. Hablando de presupuestación, supervisión del ejercicio del gasto y lucha en contra de la corrupción, hay mucho que hacer desde los congresos locales: como ejemplo recordemos que cada nueva administración municipal debe repavimentar calles en mal estado porque el trabajo fue hecho con material de baja calidad cobrado como material de primera, sólo para repetir el mismo ejercicio infinito, a la vez que persisten carencias de servicios básicos de años como agua limpia, servicios de salud, seguridad, recolección de basura o becas suficientes para estudiantes.
En términos de la conformación actual de las legislaturas locales, tenemos que en sólo doce estados un partido tiene más del 50% de escaños. En nueve de estos estados la mayoría es morenista, mientras que el PAN lo es en Guanajuato y Tamaulipas, y el PRI sólo en Coahuila. De los 32 congresos estatales, en 20 de ellos Morena es el partido con más diputados; seguido por las siete legislaturas donde el PAN conforma el grupo parlamentario más numeroso. El PRI sólo cuenta con tres estados donde es el partido con mayor número de diputados y Movimiento Ciudadano tiene el mayor número de diputados sólo en Jalisco. Por otro lado, en San Luis Potosí son dos grupos parlamentarios los mayoritarios: Morena y el PAN, ambos con seis diputados. El porcentaje de escaños en las legislaturas locales de los partidos más representativos es: PAN, 19%; PRI, 16%; PRD, 5.4%; Morena es de 35%, y Movimiento Ciudadano, 3.5%. En síntesis, igual que en el Congreso federal, Morena tiene el mayor número de diputados locales, mientras que el PAN ocupa el segundo puesto, por lo que el llamado es el mismo: si queremos un mejor rumbo para el país, necesitamos nuevas mayorías en los congresos locales. En estos últimos días de campaña investiguemos sobre todos los candidatos sin olvidar a quienes aspiran a una posición en nuestro Congreso local, si elegimos bien, realmente podría haber una transformación positiva en el desempeño de estas legislaturas.
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