Bienestar, bienestar… ¿Dónde estás?

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Por: Salvador I. Reding Vidaña

El presidente AMLO ha dicho y repite que busca el bienestar del pueblo, y con la intención de convencer a la gente de ello, les ha puesto ese nombre a diversas instituciones federales. Pero el bienestar no existe, al contrario, con sus políticas ha provocado mucho daño a la población, en especial a la más necesitada.

Inició su gobierno hundiendo la economía del país, cuando había prometido hacerla crecer. Y como no le gustó que el PIB mostrara su fracaso administrativo, sugirió evitarlo y hacer otro indicados, como un de felicidad del pueblo, pero le dijeron que ya existía. La medida del PIB, utilizada mundialmente se quedó y sigue reflejando la pésima administración morenista de AMLO.

Y buscando supuestamente el bienestar, dijo que el Seguro Popular estaba lleno de corrupción y lo canceló, perjudicando a muchos millones de familias que se quedaron sin ese servicio médico. Supuestamente lo sustituyó por otro organismo, el tal INSABI (sí, del “Bienestar”). Que no funciona.

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Continuando con la presunta búsqueda del bienestar, decidió que en la compra de medicinas había corrupción, y cambió el método de compra, que causó un gran desastre, hasta la fecha, de grave falta de medicinas. Mueren personas por falta de ellas y sigue impasible, sólo prometiendo que ya va a haber las suficientes y que no faltarán, pero las personas se enferman y mueren.

También acusó que en las estancias infantiles y refugios de mujeres violentadas había corrupción y canceló todo, creando muchos problemas, exactamente lo opuesto al bienestar. Que las abuelas cuiden a los niños mientras sus padres trabajan, y que, con dinero en lugar de seguridad federal, las mujeres víctimas de violencia se las arreglen con esa cierta ayuda en dinero.

¿Y la seguridad pública? Terrible la inseguridad, con una enorme y creciente cantidad de asesinatos, incluyendo feminicidios. La principal tarea de un gobierno es dar seguridad a la población, y la administración de AMLO no lo hace, evita confrontar a la delincuencia organizada, olvidando completamente el bienestar del pueblo.

La lista de ejemplo sigue, y el ofrecido bienestar no se ve. Con motivos claramente populistas regala dinero, y cada vez más, suponiendo que eso resuelve el problema de la pobreza, pero lo que hace es estancarlo, al no generarse fuentes de trabajo, que permitan a las familias subsistir por sus medios e ir mejorando su nivel de vida, o al menos satisfacer sus necesidades básicas, que el dinero regalado como ayudas sociales no alcanza.

Ha modificado el nombre de instituciones, organismo y programas para llamarlos como de bienestar, para que el pueblo crea que efectivamente eso busca. Pero las mediciones, las que sean, de real bienestar de la población, sólo muestran retrocesos, algo que le molesta mucho y que no puede rebatir.

El tratamiento federal de la pandemia del Coronavirus, con sus indicaciones contrarias a las recomendaciones de la medicina y de la Organización Mundial de la Salud, su desatención a los procesos oportunos de medidas preventivas y falta de medicamentos, y su insistencia también de no hacer pruebas en los meses tempranos de pandemia, provocó miles y miles de muertos. Las vacunas llegaron, pero tarde. Y cuando vacunaron al personal médico del sector público, les negó las vacunas al mismo de instituciones y hospitales privados, algo criminal.

El gobierno morenista, con las decisiones presidenciales de AMLO, en materia de bienestar solo tiene, como decía una canción italiana, parole, parole parole. Sí palabras y afirmaciones de que todo va bien, sin respaldo alguno, pues cuando se intenta defender de acusaciones sale con su cantaleta de que tiene otros datos, que por supuesto no muestra simplemente porque no existen.

Y lo peor es que la expectativa es que seguirá igual, creando malestar en vez de bienestar, pues no se generan empleos, se cae la inversión por sus ataques a los particulares y la corrupción está peor que nunca bajo el amparo de una severa falta de transparencia en las negociaciones del sector público federal.

Ha preferido, en vez de invertir en beneficio de la población, en sus proyectos faraónicos, con el respaldo de mayoriteo morenista en el Congreso federal. Con una supuesta “austeridad republicana”, ha cancelado muchos programas de beneficio a la población y a la eficiencia administrativa. Todo aquello que le molesta lo destruye si puede o al menos lo daña en cuanto le es posible. Y sus secuaces hacen lo propio en sus posiciones de poder, con el CONACYT como ejemplo.

Así que gravemente para el pueblo mexicano el bienestar ofrecido sigue sin aparecer por ninguna parte y seguirá sin conseguirse. ¿Bienestar? No, caprichos, venganzas, odio sembrado entre mexicanos y más. Sólo es palabras, palabras, palabras.


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