Apuntes sobre los orígenes y evolución del conflicto magisterial

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Escenarios sobre su evolución probable.

Antecedentes

La creación de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) tiene como antecedente la crisis económica que golpeó a los maestros de la región sur (Oaxaca, Chiapas, Campeche) y a otros grupos de trabajadores del país en virtud del alza de precios que se dio principalmente en la zona petrolera de Campeche y Chiapas, dado el descubrimiento en los años setenta de nuevos yacimientos petroleros y en particular del pozo Cantarell en la Zonda de Campeche, que representó un aumento importante del personal de PEMEX y de la CFE en la zona con sueldos muy superiores, mayores con mucho a los de los maestros y otros gremios, lo que forzó al alza los precios de productos de consumo generalizado, y esta situación hizo que los salarios de quienes ya trabajaban en el magisterio en esas regiones vieran muy menguado el ya mínimo poder adquisitivo de sus salarios.

Esa situación llevó a los docentes de la zona a organizarse al interior de las secciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en los llamados Comités Centrales de Lucha (CCL)  para exigir aumentos salariales que les permitieran tener mejores condiciones de vida y también la democratización del SNTE. Estos comités habían empezado a actuar y a aumentar su membresía también en otros estados del país entre ellos el Distrito Federal y Michoacán.

El rechazo de los líderes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) a las pretensiones tanto económicas como democratizadoras de los maestros en los años 70 llevó a estos a organizarse en grupos que se fueron adueñando de puestos directivos de diversas secciones sindicales que convocaron al Primer Foro Nacional de Trabajadores de la Educación, que se llevó a cabo entre el 17 y 18 de diciembre de 1979, con la participación de los CCL de Chiapas, Tabasco, Guerrero, la Coordinadora de Trabajadores Administrativos y Manuales del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y otras cuatro organizaciones magisteriales, que culminó con la creación de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) (1).

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Crecimiento de la CNTE y adhesión de grupos que la apoyan.

Grupos y partidos autodenominados de izquierda han visto con simpatía la organización de las corrientes opuestas a los líderes sindicales, impuestos por el régimen entonces en el poder, que obedecían al sistema representado por el PRI–gobierno, y contribuyeron a impulsar el movimiento de los maestros agrupados en los CCL, mismos que desde entonces contaron con el apoyo de agrupaciones guerrilleras, el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) y el Ejército Popular Revolucionario (EPR), y eventualmente de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) que unió a los diferentes grupos participantes en la protesta magisterial del 2006, y fue constituida el 17 de junio (2) y, que por su ánimo impositivo y no conciliatorio provocó situaciones de violencia y un severo empobrecimiento de la actividad económica de esa entidad. Los profesores y sus aliados de la APPO fueron reprimidos por contingentes de la Policía Federal y culminó después de la muerte de siete personas, entre ellas el periodista estadounidense William Bradley Roland, el enfermero del IMSS Jorge Alberto López Bernal, el profesor Fidel García, un menor de 14 años y con el incendio del archivo histórico de la capital del estado.

Entre la fundación de la CNTE y su posterior desarrollo se observa la permanencia de actos de corrupción, ya entonces bien conocidos en el propio SNTE, tales como la venta y la herencia de plazas laborales, el aumento desmedido de estas, y la presión extra magisterial al gobierno federal y a los gobiernos estatales (particularmente el de Oaxaca) para conseguir mayores recursos, no sólo para aumentar, en muchos casos desmedidamente los ingresos de los docentes y sus familias, sino para tener recursos que les permitieran llevar a cabo su estrategia en ámbitos que van mucho más allá de los aspectos magisteriales laborales y para aumentar su capacidad para influir en el terreno de la política nacional. 

Lo anterior significó una enorme afluencia de recursos. El presupuesto autorizado a la educación pública oaxaqueña en 1998 fue de 11,292 millones de pesos y para el 2014 se elevó, considerando el déficit declarado por el IEPPO, llegó prácticamente a 22,322 millones, que equivale a más del 100 % de incremento en 17 años, cuando la inflación estimada desde entonces estuvo en un promedio de en alrededor del 4 % anual, es decir en una inflación del 68 %. El alumnado oaxaqueño no creció tanto, pero si el número de plazas asignadas a ese rubro, muchas de las cuales nunca han cumplido con su función docente (2).

La presencia de grupos guerrilleros en los movimientos magisteriales de la CNTE especialmente las que corresponden a los estados de Oaxaca y Chiapas parecen confirmarse por varios indicios. Uno de ellos fue la denuncia que hizo la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), en el 2006, de que el ejército estaba interviniendo en la sierra norte del estado. Al respecto es importante señalar que el ejército no combatió a los amotinados de la ciudad de Oaxaca, pero sí a las guerrillas que operaban en la zona.

A lo anterior se suma el hecho de que tres explosivos estallaron en el Distrito Federal de los cuales se auto-responsabilizó un grupo denominado Coordinación Revolucionaria que, según su propio dicho, en ese momento aglutinaba a cinco grupos guerrilleros. Estas acciones se realizaron en apoyo de las actividades de la APPO en la capital oaxaqueña.

La sucesión presidencial del 2000 dio lugar a nuevas dinámicas en los partidos políticos reacomodos y posicionamientos, la aparición de nuevos grupos y partidos políticos, entre ellos “la conformación del Ejército Popular Revolucionario (EPR) y del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI)” (4).

Es importante destacar que la CNTE en el estado de Oaxaca ha iniciado movimientos de huelga desde hace más de 20 años y exigido aumentos salariales que los gobiernos les han concedido invariablemente, sin que hubiera más correspondencia que el regreso a las aulas hasta que no se iniciara un nuevo movimiento al año siguiente, lo que no sólo no ha contribuido a elevar los niveles educativos en la entidad, una de las más atrasadas a nivel nacional en la materia, sino a impulsar una serie de acciones de corrupción tales como la ya mencionada venta de plazas, el que estas, en muchas ocasiones, sean heredadas aunque quien herede no tenga la formación normalista correspondiente y reciba un sueldo que en muchos casos no devenga con el trabajo docente en la escuela sino con la asistencia a mítines y manifestaciones. Ese puede ser el caso de algunos grupos guerrilleros que se mantengan con dinero destinado a la educación pública.

La vinculación entre ambos grupos, guerrilleros y supuestos docentes, es muy clara en virtud de acciones perfectamente planeadas para la presencia de los maestros en el Distrito Federal en el conflicto iniciado a mediados del 2013, lo que pudiera confirmarse dada la actitud beligerante de una parte de los maestros que ocuparon los límites de la Cámara de Diputados para impedir la aprobación de la Ley General de Servicio Profesional Docente y que ocuparon parte del zócalo, reforma que tendería e  impediría las prácticas de venta de plazas y que estas fueran heredadas, además de poner a prueba las capacidades de los maestros al ser evaluados y obligarlos también, en su caso, de capacitarse para realizar sus labores docentes, respetando sus derechos constitucionales. Otros indicios a considerar para establecer la vinculación entre supuestos docentes y guerrilleros son los casos de “María del Carmen López Vásquez (la Jicayan), miembro de la Unión de Trabajadores de la Educación, una de las más radicales de la sección 22 del SNTE en Oaxaca y vinculada al EPR (Ejército Popular Revolucionario); y Othón Nazariega miembro de los grupos de choque de la disidencia magisterial (5)

Cabe señalar que el Frente Popular Revolucionario (FPR), al parecer brazo político del Ejército Popular Revolucionario, presentó su versión del conflicto en su página web del 29 de agosto de 2013 en la que señala:

“Queda claro que la reciente lucha magisterial, es una lucha política, porque es una oposición a una medida impuesta por el gobierno al conjunto de los trabajadores y en contra de la educación pública, no es una lucha meramente gremial, local, o sectorial, sino que tiene un carácter político, nacional. Estas medidas responden a los intereses de la oligarquía financiera y forma parte de la ofensiva reaccionaria del régimen en contra de los trabajadores, para hacer recaer el peso de la crisis sobre las espaldas de los mismos.” (6) En fechas siguientes no sólo se daría continuidad a la reforma educativa sino a una serie de reformas especialmente la energética. Paralelamente al planteamiento de esas reformas, se puede afirmar que existió una estrategia progresiva de adhesión en contra de los objetivos de la agenda legislativa, que consistió en la unión progresiva de grupos tradicionalmente opuestos a los cambios que buscan hacer más funcionales las instituciones.

Entre los grupos que se irían uniendo a la presión para contrarrestar las acciones legislativas propuestas en el Pacto por México estuvieron: el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM), el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM) y el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). Declaraciones del STUNAM como “¡Ya basta del despojo de los recursos del pueblo!” indican la tendencia a sumar fuerzas para contrarrestar las reformas, particularmente la energética, pero reforzando la oposición a la educativa.

No es posible desdeñar la influencia de apoyos internacionales provenientes de Venezuela con los grupos chabistas bolivarianos de Venezuela y Ecuador, país en el que se había refugiado un grupo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que fue bombardeado el 1 de marzo de 2008, y en el cual militaban los estudiantes mexicanos Verónica Velásquez Ramírez, Fernando Franco Delgado, Soren Avilés Ángeles y Lucía Morett que fue la única mexicana sobreviviente del bombardeo (7).

A los grupos anteriores se sumó el Movimiento de Renovación Nacional (MORENA) que encabeza Andrés Manuel López Obrador, que había anunciado acciones contrarias a las reformas, a partir del 8 de septiembre de 2014.

El fin del control por parte de la CNTE oaxaqueña.

Con la transformación del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), que desde 1992 estaba en manos de los maestros de la sección 22, dominada por la CNTE, que tenía el control de la educación pública en el Estado y de los recursos económicos que eran utilizados en muy buena medida para financiar las manifestaciones en Oaxaca, otras entidades y en la ciudad de México, todo indica que ese movimiento, supuestamente magisterial, está llegando a su fin, fundamentalmente por el recorte de recursos multimillonarios a los que accedían por vía del anterior IEPPO.

Sin embargo, es un hecho que los miembros más activos de la CNTE en Oaxaca procurarán recuperar posiciones y con ello provocar nuevos conflictos, pero cada vez con menores posibilidades de éxito a pesar del apoyo que reciben de otras entidades federativas, pero sin la solvencia económica enorme que les representaba el control del IEEPO.

A partir del retiro del control de fondos por parte del IEEPO, que deberían haberse destinado al pago de la nómina magisterial, el movimiento de la CNTE tenderá a diluirse si se considera también que sólo los principales líderes ganaban más que varios gobernadores, “el salario de 187 profesores de Oaxaca se equipara a senadores, diputados federales y gobernadores. El que menos gana de esta ‘élite’ de maestros (100 mil pesos mensuales) tiene un salario más alto que 11 gobernadores” (8).   

El que puede ser uno de los últimos actos de presión en contra de la reforma educativa se dio el pasado 27 de julio cuando alrededor de 21 mil miembros de la CNTE marcharon a la ciudad de Oaxaca con la intención de demostrarle al gobierno que no están derrotados. No obstante, si se descuenta a quienes llegaron de otros lugares del país, el número de manifestantes de la sección 22 de Oaxaca sería aproximadamente de 10 mil personas que son poco más del 10 por ciento del total de profesores que integran esa sección y eso significó un cambio en la actitud amenazante que los ha caracterizado.

Rubén Núñez el máximo dirigente de la CNTE en Oaxaca propuso, al finalizar la manifestación que duró alrededor de cuatro horas, que lo que buscaban era tener una mesa “fraternal” con el gobierno (9). Lo anterior no era para menos luego de la llegada, antes del 7 de julio, de tres mil elementos de la policía Federal reforzados por otros 500 que se sumaron para las festividades de la Guelaguetza y seis mil estatales para hacerse cargo del orden público. Esos contingentes empezaron a ser reforzados por aviones militares y convoyes de soldados que en esas fechas salieron hacia el sur del país.

Adicionalmente se emitieron decenas de órdenes de aprehensión en contra de los principales líderes por delitos federales, como ataques a las vías de comunicación; secuestro de funcionarios federales; lesiones contra policías; bloqueo a instalaciones de PEMEX; toma de casetas en las autopistas y robo y usufructo de recursos federales. Muchos de esos delitos han sido filmados in fraganti además de que se tiene información fidedigna de que algunos de esos líderes tienen vínculos con grupos guerrilleros como el Frente Popular Revolucionario (10).    

Escenarios probables de la evolución del actual conflicto.

Hasta la fecha es claro que es un movimiento no puramente magisterial sino apuntalado por diversas fuerzas políticas, como las que se señalan en el texto, y todo indica que este movimiento pretendía ser la punta de lanza para provocar otro de dimensiones mayores que, de acuerdo con estrategias marxistas de lucha, tendiera a agudizar las contradicciones del sistema político nacional para intentar cambios radicales en la orientación del mismo, o al menos limitar los cambios que se aprobaron en las reformas constitucionales, especialmente la educativa y la energética.

A partir de la transformación del IEEPO que era el sostén económico y multimillonario del movimiento, ese escenario perdió vigencia si se considera además que los maestros activos de la CNTE ya no representan sino algo más del 10% del total de docentes de la sección 22, que fue el único en participar de la última manifestación.

En tal virtud se plantean, los siguientes escenarios:     

1. Que el gobierno decida una represión gradual que vaya apaciguando el movimiento, no sólo magisterial, que agote los ánimos y haga menos eficaces las presiones para evitar o al manos frenar las reformas que más adelante fueron aprobadas, en particular la reforma educativa que en varias entidades no se ha puesto en marcha, y la energética. En este escenario es importante considerar que la mayor parte de los líderes de la CNTE de la sección 22 serán aprehendidos y enviados a prisión en fechas próximas en virtud de que muchas de sus actividades delictivas han sido debidamente documentadas.

2.- Incremento y agudización del conflicto por la suma de grupos y apoyos nacionales e internacionales, lo que podría llevar al agravamiento del conflicto y a hacer más compleja la labor de apaciguamiento y, en su caso, represión de un movimiento que, más allá de las exigencias de los grupos magisteriales, implicará a grupos de presión que buscarán extender los movimientos de protesta revolucionaria a todo el país, lo que hasta ahora no ha ocurrido.

3.- La posibilidad de un movimiento de largo plazo con apoyos de movimientos guerrilleros adiestrados para la provocación y la prolongación del conflicto, para el reclutamiento de nuevos cuadros guerrilleros y esto con apoyos internacionales interesados en cambios políticos de corte populista en el país.

4.- La aparición de víctimas y pretendidos mártires entre las filas de los maestros y otros grupos políticos para buscar la radicalización del movimiento de protesta y su ampliación, ya no focalizada solamente en el Distrito Federal. La desaparición y probable ejecución de los normalistas de Ayotzinapa en Guerrero y la secuela de las protestas consiguientes son una manera más de exacerbar los ánimos de la población poco informada, a favor de desprestigiar instituciones como la Procuraduría General de la República, la Policía Federal y el Ejército.

Referencias:

1.    Mario Alberto Leyva Galicia. CNTE: 27 años de lucha democrática. En acontecer. http://www.uom.edu.mx/rev_trabajadores/pdf

2.    Información tomada de Samael Hernández Ruiz, publicada por NSS Oaxaca el 22 de abril de 2015

3.    Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, en http://www.jornada.unam.mx/2006/11/21/index.php?section=politica&article=027a2pol

4.    Ortega, Max y Solís de Alba, Ana Alicia. La izquierda mexicana, una historia inacabada. Ed.: ITACA. México 2012, página 97.

5.    Información tomada de Raimundo Rivapalacio, CNTE: llegó la hora. El Financiero del 22 de julio de 2015. Página 48 

6.     Liga de Trabajadores por el Socialismo – Contracorriente. Tomado de http://www.itscc.org.mx  martes 12 de marzo de 2013.

7.     Radio NEDERLANDWERELDOMROEP. LATINOAMÉRICA en español, Página Web. 5 de septiembre de 1013.

8.    Teresa Moreno, Maestros ganan más que 11 gobernadores. 24 HORAS.. 28 de julio de 2015. Página 3.

9.    Información tomada de: Carlos Puig, Que sea la última Guelaguetza así … Milenio del 28 de julio de 2014. Sección “Al frente” Página 2.

10.    Raymundo Rivapalacio, Op. Cit. Pág. 48.


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