El mundo entero está fascinado con las nuevas tecnologías, pero no siempre sabe adaptarse al cambio. Se maravilla de los avances sin poder ver la trascendencia que tienen. La tecnología en todos los campos ha avanzado en el último siglo más de lo que progresó en los anteriores 200 años, que a su vez innovaron más que en los 5 siglos anteriores. Lo único que permanece en la tecnología es su capacidad de cambiar.
Cambios tecnológicos ha habido desde que el hombre prehistórico cambió la piedra por el metal como material para hacer instrumentos de todo tipo, inclusive armas. Los pueblos que lo hicieron primero avanzaron, se defendieron mejor e incluso pasaron a la ofensiva. Lo mismo puede decirse de las lanzas macedonias cuya longitud excedía las de sus adversarios o de la estrategia romana de las legiones. Más tarde, con la introducción de la pólvora y las armas de fuego el cambio tecnológico siguió la historia militar. Con la invención del automóvil y vehículos motorizados, quedaron atrás la caballería y las yuntas que arrastraban cañones; aparecieron tanques de guerra y transportes blindados.
El descubrimiento de las máquinas voladoras fue un cambio mayor. Con ellas el hombre aprendió a moverse como nunca antes: modificó la forma de hacer la guerra, de viajar y de transportar mercancías. En el mar, el cambio tecnológico también acompañó guerras y descubrimientos. Cambió del barco a remo por los de velas, luego los de vapor y más tarde los de motor de combustión interna. Buscó novedades e inventó el submarino y el batiscafo. Logró llegar a la máxima profundidad del océano y con otros mecanismos ingeniosos ascender a la estratósfera y más allá: llegar a la luna, a Marte y aún no conocemos los límites a alcanzar.
Pero no solamente el cambio tecnológico se ha dado en el campo militar o naval, también ha cambiado nuestra vida cotidiana. Si damos una vista alrededor veremos distintos productos de este cambio, del que poca conciencia tenemos pero con el que convivimos día a día: teléfonos, televisores, vehículos y computadoras son fruto de un avance tecnológico que nos facilita la vida al tiempo que la hace más sofisticada.
La vida actual es impensable sin los frutos de la tecnología, a menos de que queramos volver a ser ermitaño sin contacto exterior. Aún si no queremos escuchar ni ver noticias, es difícil estar alejados de parientes y conocidos que llamarán por teléfono o nos vendrán a buscar en vehículo.
En el campo de los negocios ignorar el cambio tecnológico sólo conduce al desastre; hay que adaptarse a él o quedaremos de lado. Hace años, cuando el avance tecnológico no era tan vertiginoso, quienes no se adaptaron fueron cayendo en obsolescencia poco a poco. Ahora, si no se presta atención a los cambios, se está fuera del mercado rápidamente.
Cuando se inventó la cámara fotográfica digital pocos supieron ver su futuro. Lo que no era tan trascendente para la mayoría, fue mortal para los fabricantes de rollos de películas sensibles. Ni Kodak ni Agfa vieron la trascendencia del cambio y no supieron adaptarse. No se sabe con exactitud que habrán pensado sus directivos, pero el resultado es que 20 años después pasaron a ser una historia sin futuro. Demostraron ser gigantes tecnológicos con pies de barro.
Si los directivos de esas empresas hubieran visualizado un futuro donde mucho más de la mitad de la población posee y usa una cámara de fotografías, aunque muchas de ellas fueron concebidas para ser usadas como teléfono, algo habrían diseñado para aprovechar ese mercado. Pero no lo hicieron y sus empresas prácticamente desaparecieron.
Aunque sea discutible si es tecnológico, el cambio en la legislación que permite las candidaturas independientes va a modificar la forma en que se hacen campañas electorales. Hasta ahora hemos visto lo hecho por los 10 partidos existentes que, salvo excepciones, sólo han repetido lo mismo, sin mayor creatividad. Pero ahora que 122 candidatos van a buscar el voto ciudadano sin el respaldo de partido alguno, su única oportunidad que tienen de ganar es hacer una campaña distinta, aplicando su creatividad. Sin duda algunos de ellos van a encontrar el éxito encabezando esa nueva forma de hacer campañas, lo que será en política un cambio tecnológico mayor.
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