Este sábado fui a un taller literario al que me gusta asistir más o menos regularmente debido a mi afición por escribir. Por varias razones había dejado de asistir por poco más de dos meses, desde antes de las elecciones hasta ahora que escribo esta columna, la carga de trabajo me complicaron los tiempos libres y terminé faltando.
Tengo que explicar que en este grupo, al igual que en el resto de la sociedad, las preferencias políticas de la mayoría de los participantes se inclinan por el #AbueloObrador y que de todos era conocida mi posición política al respecto de que yo no votaría por lo que yo llamo el #PRIMOR.
Como era de esperar ahora que me reintegro al grupo no faltó quién sacara el tema de las pasadas elecciones y me soltara un «¿Ya se te pasó la frustración de que ganó Andrés Manuel López Obrador?», lo tomé como una puya entre amigos y respondí que aún me costaba creer que el Mesías hubiera ganado, lo cual es cierto, el comentario no pasó a más pero derivó a una discusión entre mis compañeros que me desconcertó un poco.
Uno de los participantes dijo «ahora si las cosas van a mejorar» y otro más contestó con un reflexivo «quién sabe, el primero de diciembre va a empezar lo duro».
Está contestación me sorprendió mucho porque quien la externó es una persona que aprecio, pero siempre ha sido un defensor a muerte del macuspano, por un momento pensé que de alguna manera milagrosa la realidad le había abierto los ojos así que de inmediato le pregunté «¿por qué dices eso? y su respuesta fue «la economía está agarrada con alfileres y cuando asuma la presidencia Andrés Manuel tendrá que hacer ajustes».
«¿Qué va a pasar?» le pregunté sin hacer mención que hace años esa frase la usaron dos priistas, «se va a devaluar el peso, tendremos una gran crisis, el país está en quiebra», le contesté «no lo creo México tiene muchas reservas, el Banco de México ha dicho que tenemos poco más de 173 mil millones de dólares… » mi amigo me interrumpió y dijo «pero tenemos una deuda externa impagable».
Estas expresiones me dejaron pensativo sobre el nivel de conocimiento sobre economía y políticas hacendarias que tienen los seguidores del #AbueloObrador y sobre el efecto que tienen las medias verdades que el Mesías utiliza para justificarse y convencer a sus seguidores.
¿Por qué las personas que son afines al macuspano tienen esta sensación de derrota y dificultad?
Este pensamiento me llevó a la historia que hace muchos ayeres leí en un libro de texto de la primaria pública a la que asistía, la historia habla de aquella zorra (ojo hablo de un animalito) que buscaba desesperada a sus zorritos que había extraviado y para encontrarlos preguntaba con lagrimas en los ojos a los demás animales si los habían visto, como buena madre, describía a sus hijos como hermosos, extraordinarios, casi como el equivalente a unos ángeles versión zorro.
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Ningún animal había visto semejante lindura de zorritos y nadie podía dar razón de tan extraordinarias criaturas, la madre sufría y seguía su dolorosa búsqueda hasta que se topó con un animal que le dijo «no he visto a tus hermosos hijos, solo a unos zorritos sucios, feos y flacos que están en tal lugar.
Algo así les pasa a los fanáticos del #AbueloObrador para ellos todo lo malo, todo lo que sale y saldrá mal, todo lo que no se consigue y que no se conseguirá y lo que les impide e impedirá lograr el tan anhelado sueño dorado , se debe a unos enemigos enormes y muy malos, malos, malos, la mafia del poder, la prensa chayotera que está al servicio de la mafia del poder (ya hablaremos de este tema más adelante), el innombrable, el entreguismo, y el nuevo pretexto que se pondrá de moda «la quiebra económica de México», todos estos son argumentos o pretextos, todo depende quién lo vea, los que les impide e impedirá lograr el sueño dorado. Todo lo malo se concentra en los que no quieren al Mesías, porque su amado engendro, el #AbueloObrador, es ese zorrito hermoso, de cola esponjosa y bella, muy inteligente y que se encuentra extraviado en los recovecos de la realidad.
Ese zorrito plateado y sin igual, no podrá hacer el milagro, porque los que gobernaron antes no dejaron al país como él creía que lo iban a dejar.
Para hacer su milagro El #AbueloObrador quería que el gobierno saliente le dejara las arcas llenas, sin problemas financieros, para que nadie de su gabinete tuviera que trabajar, que todo estuviera resuelto y él y su club de ancianos secretarios de estado se dedicaran a repartir todo el dinero que el #AbueloObrador creía que existía.
El macuspano se va a enfrentar a la realidad que dice que para que tengas dinero tienes que trabajar y eso ya no le gustó porque el #AbueloObrador no ha trabajado en 12 años ¿cómo se atreven dejarle un país sin dinero?
En cierta forma esa visión que tienen en ese grupo de amigos mios que apoya incondicionalmente al #AbueloObrador se basa en exactamente esa torcida idea de creer que «ahora si les toca repartir la riqueza» que otros crearon y nunca se esperaron que para tener que repartir primero hay que trabajar.
El primero de diciembre de este año empieza lo duro para los mexicanos, dará inicio un gobierno que no tiene un plan de gobierno, que desde antes de comenzar ya se declaró incompetente para lograr sus promesas, que no tiene idea de cómo trabajar y además les da alergia la perspectiva.
@EnriqueDavilaV
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