Una mirada al espejo

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Este es un artículo que vale la pena volver a leer… y… NO OLVIDAR

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En lo que publico estas reflexiones, 479 días han pasado desde que Enrique Peña Nieto es Presidente. Sus desaciertos en la esfera económica son evidentes y aunque nadie se atreve a asegurarlo -si es que arribó al poder con un proyecto de desarrollo- la etiqueta de FRACASO bien se le puede endosar luego de un catastrófico 2013 de 1.1% de crecimiento en el PIB, con tercer y cuarto trimestres negativos y un primero del 2014 que no puede ser nada más que un páramo, ante de las primeras consecuencias que vivimos después de la Reforma Fiscal promovida por su administración y aprobada por un Congreso corto e ignorante que no consideró el mal infligido a la clase media, a los jóvenes, inversionistas y clase trabajadora.

Un desánimo mantenido casi en secreto prevalece en México, con empresas cerrando, otras buscando ampararse… y lo más grave, suspendiendo el embarazo de las que pudieran nacer en el presente y futuro, por la inviabilidad fiscal trabada, como marco de una nueva economía ideada por el "GENIO "de Luis Videgaray y su política desaprendida y contraria a la promoción de la actividad productiva. Triste lamentable la realidad de los mexicanos, al orillar a todos a ser "delincuentes fiscales" a menos que demuestres lo contrario. Todo "vía electrónica" reportar al fisco cada dos meses…todos; eso mismo dígaselo al que repara llantas, al plomero, al pintor, a la que vende tortillas, boleros, mariachis y demás conjuntos musicales nocturnos, pretender acabar con las tienditas de la esquina con cadenas de mini súper pertenecientes a grandes corporativos; bueno taqueros, y todos aquellos que vendan comida en la calle de manera "formal" los de los cocos en Veracruz, Mazatlán y Acapulco a todos hay que pedirles factura o mínimo nota de remisión, ¿para que? para que el mismo presidente diga que sus propiedades, joyas y demás bienes, fueron "donaciones"….

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Para que un régimen de gobierno trascienda, lo que deberá fomentar, antes que nada, será un ambiente que reúna condiciones que auspicien la ocupación y bienestar de sus miembros… y aquí la decepción es manifiesta. La apuesta inmediata pretende cobrar “cash” los efectos de la puesta en marcha de una Reforma Energética, de la que se desconocen detalles y que presumiblemente arrebataría al mercado mundial el apetito por co invertir con Pemex, aprovechando la transparencia y agilidad empresarial “propias” de la paraestatal.

Nada más sublime y cándido.

Peña Nieto y su equipo pueden dar cara a una primera evaluación, ganándose de entrada una calificación reprobatoria. No saben hacer empresa, por la simple razón que les es desconocida. No entienden cómo se crea un buen campo de cultivo, por el sencillo argumento de que no lo han hecho.

Cuando te has pasado “viviendo la vida loca” a expensas del erario, con un gran patrimonio producto de “donaciones”, es imposible entender por dónde y cómo se nutre un Proyecto Nacional de Bienestar.

¿En qué falla su estrategia?

Esto es lo que dice la gente:
 

  1. No ha logrado dar confianza. Hay tristeza que se convierte en enojo
  2. La gente piensa que Peña Nieto no está preparado para ser Presidente
  3. Sus esfuerzos promueven al PRI, no a México
  4. Al aplicar su corta “visión”, deja fuera a las demás
  5. Lo único que importa es su punto de vista y el de quienes lo rodean. No escucha a nadie más. Espera veneración
  6. Intercambia privilegios por lealtad
  7. Intenta -vía “Gobernachong”- neutralizar a la prensa para engañar, sin haber logrado engañar a la opinión pública
  8. Su régimen persigue y duda del que trabaja, mientras estimula a la enorme y creciente Economía Informal
  9. El resultado de sus propuestas para reformar a México murió en el parto
  10. Su plan general pretende el poder, no el bienestar común

 
El concepto de “una buena vida” es fácil de entender. Si las familias tienen trabajo, insumos materiales para vivir con dignidad, salud y educación. Estímulos para la creatividad, espiritualidad, seguridad y justicia, podremos decir que la “buena vida” será consecuencia. De aspirar pasaríamos a gozar nuestro carácter de mexicanos. Pero no es así. Sentimos que prevalece la injusticia y el abandono. La improvisación y el sesgo. El autoritarismo y el desprecio al ciudadano. El asistencialismo sigue siendo limosna y la mayoría de edad de nuestra sociedad no es respetada. Porque nosotros mismos no nos damos a respetar.

Por todo esto invitemos al Presidente a que “si es posible”,  reflexione. El siglo XXI sigue patrones diferentes al pasado. La rebeldía de un pueblo explota, no cuando es pobre… sino cuando advierte que se ha roto el camino que lo comunica al progreso.

La juventud empezará a luchar por su libertad, democracia y cauce de inquietudes. Nada la detendrá. Ni siquiera éste nuevorégimen, que no deja de verse al espejo con vanidad pueblerina.


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