Todo parece indicar que la guerra va para largo
Una de las últimas noticias de la semana sobre la guerra de Putin contra Ucrania ha sido el bombardeo de un teatro de la ciudad de Mariúpol (Información tomada de euronews 17/III/022 en youtube) que brindaba protección a más de mil refugiados entre los que se encontraba un número importante de niños, probablemente más de cien, los trabajos para rescatar a vivos y muerto en esa localidad todavía no termina.
Los comunicados de los rusos que de alguna manera participan en la invasión, fueron que los propios ucranianos que arrojaron bombas al refugio, lo cual, más que una mentira flagrante es signo irrebatible de hipocresía y cinismo criminales, que sólo se explican por los sueños de opio del presidente ruso cuyo sueño es revivir la URSS aunque no tenga la capacidad de hacerlo, al respecto se recomienda la lectura sobre propaganda en Mi Lucha de Hitler y de sus incondicionales obligados a serlo en muchos casos sacrificando su propia dignidad y vergüenza pero, quizás también, protegiendo un salario y la propia vida.
Es impresionante la capacidad de mentir cuando la verdad pretende esconderse bajo un manto de niebla que, más que ver la realidad, ve ambiciones personales las que ni siquiera son medianamente creíbles porque llegan al absurdo y son desmentidas por miles de imágenes que los rusos no pueden negar.
El pueblo que ha ridiculizado a las supuestas fuerzas superiores que invaden su país, ahora resulta que sacrifican masivamente, más allá del más elemental sentido común, a aquellos a los que quieren salvar de la muerte y la esclavitud a su pueblo poniendo en juego su propia vida.
Y, claro, bajo el cobertor tan de moda de que todo es relativo y de que la verdad es sólo “mi verdad”, pero no “la verdad”; ya sólo falta que quieran negar la verdad representada por la ley de la gravedad que, dicho sea de paso, no suele medirse en porcentajes sino por su relación entre la masa y la distancia o la relación establecida por Einstein entre la masa por la velocidad de la luz al cuadrado, efectos que operan universalmente, pero eso no vale para quienes predican un relativismo tan cómodo que permite convertir, a voluntad propia, la mentira en verdad y viceversa.
Algo de eso ya se puso en práctica con Goebbels desde antes de la Segunda Guerra Mundial en la propaganda nazi, indicada por el libro “Mi lucha” escrito en la cárcel por el propio Adolf Hitler, y quien la llevó a su máxima eficacia fue Joseph Goebbels, antes y durante la Segunda Guerra Mundial. En la base de ella se encuentra el principio de “una mentira repetida … se convierte en verdad” por lo que el propio Hitler consideraba la falta de preparación y cultura crítica por parte de la mayoría de la población:
“La inmensa mayoría de la gente es tan femenina en lo concerniente a su naturaleza y opiniones, que su pensamiento y acciones se hallan gobernados por sensaciones y sentimientos más bien que por consideraciones razonadas. Este sentimiento, empero, no es complicado sino muy sencillo y consistente. Apenas si sabe diferenciar pero es uno de los dos, positivo o negativo” (HITLER, Adolf: Mi lucha. Antalbe, Barcelona, 1984 1ª Ed. 1925).
Pero, como señala el propio Hitler, eso no importa en tratándose de personas blandas e ignorantes, lo que no es cierto para el género femenino ni para ninguna persona medianamente instruida, por más que el autor citado inspire a Vladimir Putin en sus intentos desinformativos (o de Fake News en las de Donald Tump).
Ahora la inteligencia británica señala que los militares de Putin harán una estrategia de desgaste, (Cfr. Globar Weekend, eurodews 19/III/ 022) como si no lo hubiera sido desde un principio, ello puede significar mayores atentados contra la población civil si eso fuera posible, porque las bombas de los invasores han destruido ya cientos de viviendas e instalaciones civiles. Pero bueno, las cosas siempre pueden empeorar, también para los invasores.
Por lo demás, los militares adictos a Putin, que no tienen la libertad de no serlo, se han desgastado cometiendo crímenes de guerra y ante la tenaz resistencia de los ucranianos por quienes que hace tres semanas vaticinaban un final rápido de la guerra, una guerra que ya es muy larga y todo indica que seguirá por al menos varias semanas más.
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