En la antesala del fin de año, las encuestas marcan una baja significativa en la popularidad de la titular del Poder Ejecutivo, aunque sigue conservando un margen de aprobación importante, no obstante, son de considerar efectos derivados de múltiples acontecimientos que han cimbrado al país.
De enero a la fecha, han ocurrido diversos episodios, algunos escandalosos que han provocado preocupación en Palacio Nacional, al advertir un desgaste a la administración morenista y, la reacción puesta en marcha con el objeto de revertir la tendencia consiste en una estrategia implementada con diversas acciones.
Asuntos como La Barredora; la red de huachicol fiscal y; los asesinatos de opositores a Morena con especial relevancia el homicidio del Presidente Municipal de Uruapan, Carlos Manzo. Asimismo, se suman las marchas y bloqueos de la generación Z, los campesinos y transportistas, que hastiados ante la indolencia del gobierno decidieron manifestarse.
Ante esa situación, que evidentemente hace mella en la actual administración, que ha sido errática en el manejo de los problemas, fue que decidieron diseñar un plan general con el objetivo de revertir la tendencia, comenzando por la promoción de los programas sociales y obras, inundado los medios sobre las bondades de entregar apoyos a la gente, los spots del Partido Verde y del PT, dan cuenta de ello.
Además, eligieron salir a la calle convocando a sus simpatizantes a participar en una marcha de respaldo a Sheinbaum, bajo el pretexto de celebrar el séptimo aniversario de la llegada al poder de la cuarta transformación, sin embargo, en esencia se trata de un acto solidario de apoyo.
Por otra parte, de forma sorpresiva removieron de manera brusca y sin atender las formas al Fiscal General Alejandro Gertz, obligándolo a renunciar, inclusive no había siquiera presentado el escrito correspondiente, cuando el Senado de la República convocó a la Sesión para ver el tema.
Fue un proceso completamente desaseado -como acostumbran-, en el fondo, lo que significa es una pérdida de confianza y falta de control en una institución clave, avocándose con inusual rapidez a tomar la Fiscalía, utilizando la Cámara Alta como una Oficialía de Partes y, colocando a una gente de probada incondicionalidad como es Ernestina Godoy que, por cierto, ni siquiera cumple con los requisitos constitucionales para ocupar el cargo, algo que les tiene sin cuidado.
El fundador del movimiento López Obrador, ha salido al quite, seguramente estuvo calculando los tiempos y, consideró la pertinencia de dar la cara manifestando su apoyo a la heredera, preparando el camino para un retorno.
La inusitada presencia pública del tabasqueño se presta a diversas lecturas, no obstante, viene a cobijar el movimiento que comenzó hace años y, ahora presenta un declive, que ni Sheinbaum, Luisa María Alcalde ni su hijo Andy han sido capaces de revertir.
Por supuesto, el apoyo lleva consigo mensajes políticos, pues comienza señalando que saldría nuevamente a la actividad política si observa riesgos en la democracia, cuando está en puerta una reforma electoral, entendiendo endurecer el régimen en ese rubro; ¡no al dialogo, si a la imposición!
